A pesar de todos los avances de la ciencia, el ser humano
todavía tiene mucho que aprender de la naturaleza para convivir con ella para
que no la lastime, la perturbe y pueda generarse una armonía y en general una
sana convivencia.
Un claro ejemplo de esa falta de armonía es lo que se llama
de manera genérica la basura. Me atrevo a decir que este concepto fue inventado
por el hombre, ya que la naturaleza por sí misma no la produce. Todos los seres
vivos que existen ya sea plantas, animales e insectos que generan algún tipo de
desecho, estos son absorbidos y reciclados por la naturaleza, y esto puede
verse de forma evidente en cualquier bosque que se visite en donde no habite el
hombre; no hay basura o algún tipo de desperdicio que permanezca de manera
permanente.
Fue seguramente con la aparición de la llamada civilización
cuando surgió el llamado concepto basura, el desperdicio generado por la
actividad humana que no tiene ninguna utilidad posterior. Siendo en ese momento
cuando el hombre se divorcia de la naturaleza y pierde el sentido de
convivencia con ella, sintiéndose inclusive superior a ella. Baste recordar que
en la religión el ser humano es visto como el rey de la creación y todo lo
creado está a su disposición y servicio.
Esta mentalidad o paradigma es lo que ha imperado en al
menos los últimos dos mil años, convirtiéndose en algo “natural” el generar
desperdicio y verterlo en la naturaleza sin ningún tipo de cuidado, lejos de nuestra
vista, pensando que con ello se resuelve el problema de todos los desechos.
Así, el resultado de todo de ello es que ahora a pesar de
los grandes adelantos científicos y tecnológicos el planeta en general se ha
convertido en un gran depósito de basura teniendo como consecuencia el que
exista un elevado grado de contaminación tanto en la tierra, en el aire y en el
mar. Por cualquier lugar que se transite se encuentra basura, basura y más
basura, siendo ya parte del paisaje.
Por otro lado, afortunadamente esta forma de operar ha
empezado a generar una conciencia de las consecuencias de seguir actuando así a
través de la ecología. Este término que fue acuñado en 1869 por el
naturalista y filósofo alemán prusiano Ernst Haeckel a partir de las palabras griegas
“oikos” (casa, vivienda, hogar) y logos (estudio o tratado); por
ello ecología significa «el estudio del hogar». La cual considera el
transporte de materia y energía y su transformación por las comunidades
biológicas.
Esta conciencia como decía antes ha venido adquiriendo mayor
fuerza en al menos los últimos 20 años y esto es bueno, pero se necesita
generar un cambio radical en la mentalidad de la civilización actual para
cambiar el modelo que genera basura por sistema.
La sustentabilidad viene siendo ese principio para cambiar
el modelo hasta ahora imperante, que requiere ser atendido de manera drástica e
imperativa por toda la humanidad. Darse cuenta que solamente se tiene un
planeta para subsistir y que el ser humano no es rey de la creación y que es
parte de ella.
De no hacer algo radical, no es difícil pensar que las
próximas generaciones vivirán entre basura.
Seguiremos platicando ….
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