La Responsabilidad Social, la Sustentabilidad y la Etica, son los Valores básicos para las

La Responsabilidad Social, la Sustentabilidad y la Etica, son los Valores básicos para las
En 1953, Howard R. Bowen definió a la Responsabilidad Social del Empresario como “…las obligaciones de los empresarios para seguir políticas, tomar decisiones o adoptar líneas de acción deseables en términos de los objetivos y valores de la sociedad”. ETICA Y SUSTENTABILIDAD: VALORES BASICOS PARA LAS EMPRESAS

26 de enero de 2017

Desarrollo de una conciencia ecológica

A pesar de todos los avances de la ciencia, el ser humano todavía tiene mucho que aprender de la naturaleza para convivir con ella para que no la lastime, la perturbe y pueda generarse una armonía y en general una sana convivencia.

Un claro ejemplo de esa falta de armonía es lo que se llama de manera genérica la basura. Me atrevo a decir que este concepto fue inventado por el hombre, ya que la naturaleza por sí misma no la produce. Todos los seres vivos que existen ya sea plantas, animales e insectos que generan algún tipo de desecho, estos son absorbidos y reciclados por la naturaleza, y esto puede verse de forma evidente en cualquier bosque que se visite en donde no habite el hombre; no hay basura o algún tipo de desperdicio que permanezca de manera permanente.

Fue seguramente con la aparición de la llamada civilización cuando surgió el llamado concepto basura, el desperdicio generado por la actividad humana que no tiene ninguna utilidad posterior. Siendo en ese momento cuando el hombre se divorcia de la naturaleza y pierde el sentido de convivencia con ella, sintiéndose inclusive superior a ella. Baste recordar que en la religión el ser humano es visto como el rey de la creación y todo lo creado está a su disposición y servicio.

Esta mentalidad o paradigma es lo que ha imperado en al menos los últimos dos mil años, convirtiéndose en algo “natural” el generar desperdicio y verterlo en la naturaleza sin ningún tipo de cuidado, lejos de nuestra vista, pensando que con ello se resuelve el problema de todos los desechos.

Así, el resultado de todo de ello es que ahora a pesar de los grandes adelantos científicos y tecnológicos el planeta en general se ha convertido en un gran depósito de basura teniendo como consecuencia el que exista un elevado grado de contaminación tanto en la tierra, en el aire y en el mar. Por cualquier lugar que se transite se encuentra basura, basura y más basura, siendo ya parte del paisaje.

Por otro lado, afortunadamente esta forma de operar ha empezado a generar una conciencia de las consecuencias de seguir actuando así a través de la ecología. Este término que fue acuñado en 1869 por el naturalista y filósofo alemán prusiano Ernst Haeckel a partir de las palabras griegas “oikos” (casa, vivienda, hogar) y logos (estudio o tratado); por ello ecología significa «el estudio del hogar». La cual considera el transporte de materia y energía y su transformación por las comunidades biológicas.

Esta conciencia como decía antes ha venido adquiriendo mayor fuerza en al menos los últimos 20 años y esto es bueno, pero se necesita generar un cambio radical en la mentalidad de la civilización actual para cambiar el modelo que genera basura por sistema.

La sustentabilidad viene siendo ese principio para cambiar el modelo hasta ahora imperante, que requiere ser atendido de manera drástica e imperativa por toda la humanidad. Darse cuenta que solamente se tiene un planeta para subsistir y que el ser humano no es rey de la creación y que es parte de ella.

De no hacer algo radical, no es difícil pensar que las próximas generaciones vivirán entre basura.

Seguiremos platicando ….

12 de enero de 2017

El vaso medio lleno

A riesgo de obviedad, es claro que a pesar del gran número de organizaciones y profesionales que existen a nivel mundial apoyando y promoviendo la responsabilidad social y la sustentabilidad en conjunto, todavía no impacta de manera profunda y decisiva en el ámbito empresarial y en la sociedad en general.

El 2016 dejo claramente en forma explícita, que todavía persiste de manera clara el egoísmo y la cerrazón en sociedades que se esperaba tuvieran una actitud más proclive a la solidaridad y subsidaridad, concretamente me refiero al llamado “brexit” y la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos.

Para el logro de ambos acontecimientos, se utilizaron consignas que enaltecían un egoísmo y superioridad de quienes las favorecían, poniéndose en actitud de víctimas y de ser los “buenos de la película”, teniendo ellos la fórmula mágica para resolver los problemas sociales y económicos de ambos países.

Es cierto que la globalización como se ha realizado hasta ahora no es la panacea que se considero hace por lo menos 30 años, todavía falta mucho por hacer para terminar la pobreza a escala mundial y los conflictos civiles que se registran en el mundo.

Pero este fenómeno globalizador se ha logrado principalmente gracias a los enormes avances tecnológicos que nos está tocando ver y disfrutar, y con una perspectiva de un enorme avance para al menos la próxima década, lo cual es bueno. Sin embargo el avance en términos humanos como son la ética y la colaboración se ha quedado rezagado.

Un ejemplo de lo anterior es el cambio climático, es verdaderamente de sorprender que el nuevo presidente estadounidense, dude de la veracidad de lo declarado por organizaciones científicas serias sobre este fenómeno.

Algo similar sucede en el mundo financiero a escala planetaria; de la crisis que estallara en el 2008, se saben claramente las causas que la produjeron, que no fueron por aspectos matemáticos o estadísticos, sino por la codicia desmedida (aunque suene redundante) y una avaricia igualmente sin límite, carentes totalmente de ética y de solidaridad; y ante esto: ¿qué se ha hecho? Nada. Las reglas de operación en los mercados siguen siendo las mismas de antes de la crisis como si nada hubiera pasado.

Es por ello que la sociedad mundial está desfasada; la tecnología avanza de manera impresionante, y la ética, la solidaridad y la responsabilidad social caminan a un paso lento. Pero ello no se debe a sí mismas, sino a la actitud y comportamiento del ser humano que no quiere ver más allá del presente, del aquí y del ahora.

Qué bueno que existen organizaciones y profesionales que impulsan y promueven la responsabilidad social, enalteciendo la ética y la solidaridad.

Afortunadamente es posible encontrar en todo el mundo diversas manifestaciones y modos de poner en práctica esa responsabilidad social, buscando poner fin a ese capitalismo salvaje heredado de hace dos siglos.

Pero a pesar de esto todavía falta mucho por hacer y no quiero pensar que su logro pleno sea una utopía, algo inalcanzable.

Seguiremos platicando ….