La Responsabilidad Social, la Sustentabilidad y la Etica, son los Valores básicos para las

La Responsabilidad Social, la Sustentabilidad y la Etica, son los Valores básicos para las
En 1953, Howard R. Bowen definió a la Responsabilidad Social del Empresario como “…las obligaciones de los empresarios para seguir políticas, tomar decisiones o adoptar líneas de acción deseables en términos de los objetivos y valores de la sociedad”. ETICA Y SUSTENTABILIDAD: VALORES BASICOS PARA LAS EMPRESAS

15 de diciembre de 2010

¿Quién manda aquí?

Por fin de año, me tomaré unas "vacaciones mentales"; regresando en la segunda semana de enero DE 2011. Mientras tanto para todos ¡FELICIDADES!

La situación de los llamados países PIGS por sus siglas en inglés (Portugal, Irlanda, Grecia y España); en cuanto a la forma en que están siendo tratados por “los mercados”, es una muestra palpable que sigue imperando la mentalidad que provocó la gran crisis financiera mundial que comenzara en 1987 y todavía no termina.

Esos llamados genéricamente mercados, están cobrándole ahora a esos países las grandes inversiones realizadas que buscaban ingentes ganancias a corto plazo, y que no se dieron conforme esperaban inicialmente; y los gobiernos en un afán de no quedar mal con ellos, están dictaminando estrictas leyes para calmarlos.

Qué cosas se están viendo, primero los gobiernos salen al rescate de los bancos nacionales que se involucraron en el gran juego especulativo financiero, rescate económico que salió del dinero de los impuestos que paga la sociedad en general; ahora los gobiernos con severos déficits fiscales son cuestionados y castigados por esos mismos mercados que llevaron sus capitales a esos países.

Ahora los gobiernos buscan la forma de calmar y satisfacer a esos “nerviosos mercados”, y aplican severas medidas de austeridad y de recorte fiscal. Y ante todo esto las preguntas que surgen son: ¿Y la sociedad y pueblo en general en donde queda? ¿Tiene que pagar la sociedad los excesos de los bancos nacionales y la avaricia de los mercados? ¿En dónde está escrito que tiene que pagar la sociedad la irresponsabilidad y la falta de ética de los agentes financieros?

Y la gran pregunta detrás de todas las anteriores es: ¿Quién manda finalmente en esos llamados países demócratas: la soberanía del pueblo, los gobiernos, o los mercados?

Las generaciones actuales somos siendo testigos y víctimas de una irresponsabilidad social total, y una enorme ausencia de ética tanto de los mercados como de los dirigentes de los países, que buscan las ganancias máximas a corto plazo sin importarles el bienestar de la sociedad.

Ejemplos de ello lo vemos en España en las reformas puestas en práctica, en los incrementos de impuestos y recortes en el gasto del gobierno de Irlanda, y el severo castigo que está recibiendo la sociedad griega, con aumentos en todo. Pues ahora resulta que todos ellos tienen elevados déficits fiscales.

Pero esos elevados déficits: ¿no los vieron los mercados antes del 2008? Pensaban que no pasaría nada seguramente y siguieron enviando grandes inversiones; las calificadoras también participaron en ello, y se vivió en un “Mundo Feliz” en el cual hay mucho dinero y no habrá problema de cobrarlo con grandes ganancias.

Ahora la cruda realidad es muy diferente a la que se pensaba hace unos cuantos años, y la sociedad en general que poco tuvo que ver en este alucinante mundo de grandes ganancias y cuando mucho pudo comprarse una casa, ahora está perdiendo esa casa, su empleo, y con un futuro totalmente sombrío.

Algo que se puede ver actualmente tanto en Europa como en Estados Unidos, y que repercutió y sigue golpeando a países como México.

Por todo lo anterior, ahora más que nunca hay que impulsar la responsabilidad social en el más amplio sentido del término, y empezar por los gobiernos, que sean los protagonistas con un comportamiento realmente responsable en términos sociales, para satisfacer primero a la sociedad y después a los mercados.

Seguiremos platicando …

9 de diciembre de 2010

Ética y reputación; valores que reconoce el mercado

Artículo publicado en El Financiero, en septiembre de 2010

Al cumplirse el segundo aniversario de la quiebra de Lehman Brothers el pasado 15 de septiembre, fecha que se maneja como el climax de la crisis financiera de Estados Unidos, se reconoce la falta de ética como uno de los factores clave que explica una buena parte de los eventos que han puesto en riesgo la estabilidad económica mundial.

Bernardo Kliksberg, experto en responsabilidad social y asesor principal del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) de América Latina y el Caribe, la calificó como un “tsunami ético”: “Ya Adam Smith el padre de la economía clásica había advertido varios siglos atrás, que los mercados debían estar regidos por valores éticos como la honradez, la prudencia, la transparencia, y la confianza mutua. De lo contrario podrían funcionar muy mal”.

Con ello el tema ético ha tomado una gran fuerza en los últimos años, reconsiderando su importancia en cuanto a la forma como deben de manejarse las empresas, ya que la búsqueda de su rentabilidad no debe soslayar o subestimar su impacto en los temas económicos, sociales y ecológicos.

Y si bien la ética se conoce desde la época de los grandes pensadores griegos, hace dos mil 500 años, en el mundo de las empresas y los negocios se empezó a manejar desde los años setenta del siglo pasado. En Estados Unidos surge con fuerza la Business Ethics, la "ética de los negocios"; a la cual el mundo europeo prefirió llamar como "ética de la empresa"; con lo que se definía a la empresa como un grupo humano, que lleva adelante una tarea valiosa para la sociedad, la de producir bienes y servicios, a través de la obtención del beneficio.

En perspectiva, resulta anecdótico comprobar cómo la gente se asombraba de que alguien osara ligar dos términos como "ética" y "empresa". El comentario era siempre el mismo: “es como querer juntar aceite y agua”.

Pero como se mencionó, Adam Smith, fundador del liberalismo económico, y siendo profesor de Filosofía Moral, creía en la economía como una actividad capaz de generar mayor libertad, por lo que su pensamiento se apoyaba en valores éticos.

Tal vez su atención en los setenta se debió en gran parte al ya célebre caso de Watergate y todas sus implicaciones y consecuencias, lo que sirvió para recordar que la “confianza” es un recurso demasiado escaso, y que viene siendo el pegamento que une a los miembros de una sociedad.

Otro gran momento ya emblemático en los tiempos actuales, fueron los fraudes de las empresas Enron, Arthur Andersen y Worldcom en el 2001, los cuales sirvieron para revalorar plenamente los conceptos de confianza y ética, los cuales desde entonces cada vez más son atendidos.

Y esta atención se debe a que las mismas empresas ya consideran la reputación como un valor que reconoce el mercado, y por lo tanto su cuidado y atención cada vez es mayor.

De manera práctica, lo anterior se traduce en una serie de acciones que se realizan en el mundo de los negocios con un comportamiento ético, destacando los Códigos de Etica o de Buen Gobierno; la Responsabilidad Social Empresarial; y el fomento al consumo y del comercio justo entre otros.

Desde esta perspectiva, las empresas más éticas aumentan su competitividad en la forma como atienden a sus grupos de interés afectados por su actividad empresarial, y no sólo a los accionistas, las que saben emplear sus conocimientos; en suma, las que plantean su actividad desde unos valores éticos que constituyen la identidad de la empresa.

Con este enfoque, Amartya Sen, premio Nóbel de Economía 1998, dice que una buena empresa es un bien público, porque no solamente ella obtiene beneficios, sino que es un beneficio para la sociedad. Al fin y al cabo, la ética será rentable para los negocios si se consigue que haya cada vez empresas más serias y más responsables.

Filantropía y ética
En relación a la mencionada definición de Amartya Sen, la filantropía, que se deriva del griego que significa “amor por el género humano”, implica la realización de actividades que resultan discrecionales para la empresa pero que, de algún modo, conllevan la devolución a la sociedad, lo que esta concedió de acuerdo con el contrato social implícito que permite funcionar a las empresas.

De esta forma, ambos conceptos implican la responsabilidad social en diferentes modalidades que tiene la empresa con la sociedad en general y con sus grupos de interés en particular.

Seguiremos platicando ...

2 de diciembre de 2010

Peligra la sustentabilidad de la Aldea Global

La gran reunión de las Naciones Unidas sobre el cambio climático que se realiza en estas semanas en Cancún, está mostrando que sigue imperando una mentalidad extremadamente económica y cortoplacista, y con poco interés en resolver un problema que afecta a toda la humanidad.

Es lamentable observar que a pesar de los impresionantes avances tecnológicos que se han logrado en al menos los pasados veinte años, todavía sigan presentes los graves problemas ambientales y económicos de la actualidad.

A lo anterior habría que agregar que pesar de lo severo que han sido los efectos de la crisis financiera de la cual todavía no se emerge plenamente, los seres humanos que ocupan los liderazgos políticos y empresariales, sigan con mentalidades que ya deberían haber sido superados años atrás.

En esta reunión de Cancún se habla y se dice mucho sobre lo que está pasando ya ahora sobre el cambio climático, y lo que se presentará en unas décadas más, y que a pesar de ello, no se llegue a unos acuerdos completos y definitivos para resolver un problema que ya existe, pero que se sigue menospreciando.

¿Qué debe suceder a escala mundial para que los líderes de las grandes naciones tomen las decisiones que se requieren para detener el calentamiento global?

A pesar de las innumerables pruebas que los grandes avances científicos y técnicos nos muestran sobre el grado de degradación ambiental ya existente, los líderes políticos y empresariales pareciera que están realmente en otro planeta, y que los sucesos de este no le afectan.

Realmente la llamada globalización está mostrando que la humanidad vive en diferentes planetas, es decir, en lugar de que los avances tecnológicos como el internet una a la humanidad toda; se hacen evidentes una serie de formas de pensar tan antagónicas que en un problema de escala global no se logran poner de acuerdo, como si los seres humanos viviéramos en diferentes mundos en donde no son afectados por lo que pasa con sus vecinos.

Ante este escenario, la mayoría de los cercanos siete mil millones de habitantes del planeta que llamamos tierra, nos encontramos en un estado de indefensión total, e inermes ante las decisiones de los líderes planetarios.

Es un hecho que ya estamos viviendo en la llamada Gran Aldea de la que hablaba Marshall McLuhan hace más de treinta años, estamos ya más y mejor comunicados, pero paradójicamente nos entendemos menos; y la prueba evidente es esta falta de acuerdo para resolver un grave problema mundial como es el calentamiento global.

Por lo anterior es necesario decir que peligra la sustentabilidad de la Aldea Global, ante una indiferencia del ser humano que a pesar de la ciencia y tecnología actual, todavía no sabe actuar en forma conjunta, ni considera realmente su futuro.

Seguiremos platicando ...