La Responsabilidad Social, la Sustentabilidad y la Etica, son los Valores básicos para las

La Responsabilidad Social, la Sustentabilidad y la Etica, son los Valores básicos para las
En 1953, Howard R. Bowen definió a la Responsabilidad Social del Empresario como “…las obligaciones de los empresarios para seguir políticas, tomar decisiones o adoptar líneas de acción deseables en términos de los objetivos y valores de la sociedad”. ETICA Y SUSTENTABILIDAD: VALORES BASICOS PARA LAS EMPRESAS

10 de diciembre de 2014

El negocio versus la Responsabilidad Social

Responsabilidad Social y negocio son términos que pocas veces van unidos posiblemente por considerarse excluyentes, tal vez pensando que lo social no considera el aspecto económico, idea que dista mucho de ser real.

Lo social, considero, es el concepto básico en toda relación humana incluyendo las transacciones comerciales, realizándose estas últimas aún de manera tácita, en base a una responsabilidad que tiene como base la confianza entre las partes negociadoras.

De manera más concreta con lo anterior me refiero a un ejemplo que creo que puede ser utilizado en diferentes escenarios y es el de la educación, específicamente en las universidades.

Cuántas escuelas que se denominan como universidades es decir, de educación superior, que dicen formar a sus estudiantes con una preparación profesional, realmente ofrecen una educación a ese nivel y más aún, “le venden” por así decirlo, la idea a sus educandos que les será más fácil lograr un buen empleo con la profesión adquirida.

Estas susodichas escuelas están manejando el concepto negocio en el sentido más peyorativo posible, ganando dinero pero sin compensar realmente a quien está pagando por la preparación buscada. Ofrecen sus servicios educativos a precios accesibles para un estrato social determinado, con una fuerte carga académica en cada ciclo para que terminen rápidamente y además dándoles la facilidad de repetir algún curso reprobado hasta cuatro o más veces.

Ante dicho escenario la pregunta es: ¿Está recibiendo el estudiante una formación profesional; o en el mejor de los casos solamente lo están cargando de información para su memoria pero sin entender su real y verdadero significado de todo lo visto en clase?

En términos más generales, qué tan socialmente responsable es la escuela como para otorgar el título profesional a sus egresados y decir que están técnica y profesionalmente preparados para ejercer la profesión adquirida.

Qué tan real es el común anuncio que ofrece una preparación completa en un tiempo mínimo y con precios accesibles.

No estoy en contra que la educación tenga un costo, pero considero que no es válido ofrecer “diamantes a precio bajo, cuando en realidad solamente se están dando brillantitos”. Esto no es negocio, más bien es un fraude.

Desde el punto de vista ético, se está lesionando la parte aspiracional que todo ser humano legítamente tiene, que a cambio de una cantidad de dinero puede ser resuelta de manera rápida y con un mínimo de esfuerzo.

Es en este tipo de aspectos donde adquiere su verdadera valía la responsabilidad social la cual no está reñida con el negocio, pero este tiene que estar basado en una relación “ganar-ganar”. Siendo la escuela responsable de ofrecer una real educación y formación profesional, teniendo como contraparte el estudiante la responsabilidad de ser un verdadero estudiante.

Lo anterior puede sonar tal vez utópico por decirlo de manera decente, pero es el comportamiento ético en las relaciones personales y profesionales donde se pone de manifiesto la responsabilidad social.

Seguiremos platicando ....

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18 de noviembre de 2014

La juventud y la Responsabilidad Social

Desde la perspectiva que la empresa es parte de la sociedad y no ente ajeno a ella, un importante sector de la sociedad es la juventud, tanto por su número y por representar el futuro en el corto y mediano plazo.

Y por su importancia señalada creo que vale la pena hacerse la pregunta de: ¿Qué conciencia tiene esta juventud (me refiero principalmente a quienes están en edad universitaria), de lo que es e implica la Responsabilidad Social?

Y si bien el concepto Responsabilidad Social puede sonar muy etéreo o ambiguo para las personas de esa edad, creo se puede bajar a otro nivel haciendo la siguiente pregunta. ¿Qué tanto viven y experimentan el civismo en su vida diaria? O bien ¿Tienen conciencia “del otro”, en la calle, en el transporte colectivo o en algún otro lugar donde convivan “con otros”?

Por mi experiencia personal percibo que existe poca conciencia entre los jóvenes de la existencia del otro. Un ejemplo para esto considero que es el trabajo en equipo en las clases. Cuando se encarga un trabajo bajo ese esquema, es un problema el que trabajen realmente en equipo los miembros. Por lo regular es uno el que hace el trabajo encargado y los demás cuando mucho lo siguen o secundan, pero no se comprometen en su realización, es decir, se involucran pero no se comprometen.

Y si esto lo veo en México, país donde vivo, creo por pláticas con profesores de otros lugares, al menos de Latinoamérica, que se tiene esa misma experiencia.

Ante ello la pregunta es: ¿Cuál es el futuro que se espera en nuestras sociedades si sus jóvenes miembros actuales no perciben de manera clara y definida que viven en una sociedad integrada por individuos como ellos mismos?

¿De qué manera pedirles que sean responsables socialmente? Una responsabilidad que siempre ha existido que pero ha sido minimizada o devaluada en comparación a un individualismo exagerado, el pensamiento convencional y predominante ha sido: “primero yo, después yo y hasta el último yo”.

Para que realmente funcione la Responsabilidad Social se requiere cambiar esa “mentalidad del yo”, por una mentalidad del nosotros”. Una mentalidad que se geste y fomente desde la infancia en casa y se apoye en la escuela. Esto si bien suena fácil, la realidad nos dice que los medios de comunicación no ayudan en ello. Diversas series de televisión de diversas formas fomentan y apoyan ese individualismo que busca se logren los objetivos personas y empresariales sin tomar en cuenta a los demás.

Es por ello que en la misma casa junto con la escuela promuevan esa mentalidad del nosotros, y eso ayudará para ir generando la Responsabilidad Social.

Esta propuesta es un cambio de paradigma de una gran trascendencia, que considera al menos la filantropía, que sería al menos un primer paso para percatarse de la existencia de los otros, y que junto con los otros, todos tenemos una responsabilidad social de nosotros mismos, ya sea en casa, la escuela y en la organización donde se colabora.

Suena utópico lo anterior, tal vez por ahora, pero en la medida que se siga apoyando la importancia de la ética en sus diversas manifestaciones, es posible pensar que en el futuro se tenga una sociedad responsable.

Seguiremos platicando …

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28 de octubre de 2014

El ébola y la Responsabilidad Social

La aparente lejanía de algunos sucesos a escala mundial y que potencialmente pueden tener graves repercusiones, se hayan desvinculados de la atención y opinión pública general, dejándole a “otros” su atención y cuidado.

Lo anterior lo refiero a una situación actual específica como es el caso del virus del ébola, el cual está provocando un elevado índice de mortalidad en la población de algunos países africanos, situación que se vuelve más dramática aún, por no existir una vacuna para poder defenderse y atacar dicho virus en el ser humano.

Da la impresión que por encontrarse en un lugar específico y lejano para los países americanos y europeos, su eventual contagio es mínimo, y esto aunque pueda ser cierto, no reduce la realidad ante la cual se encuentran seres humanos que están afectado por este mal, o peor todavía, los niños que han quedado huérfanos por la muerte de sus padres víctimas de esta grave enfermedad.

Ante tal escenario la pregunta es: ¿existe alguna responsabilidad para la población, gobiernos e instituciones de diversa índole, para atender este problema al que se encuentra sometida una enorme población del mundo?

Gracias a la tecnología actual, los diversos medios de comunicación a escala global, dan una clara y precisa imagen de lo que está sucediendo en la zona afectada, y para resolverla, diversos especialistas mencionan que se requieren grandes cantidades de dinero para invertir en investigación y crear una vacuna, sin embargo pocos son los que están dispuestos a invertir en ello. Y tal vez esto sea, según mi opinión, porque es un problema “de otros” que no le incumbe al resto de la sociedad.

Por el contrario, hemos visto y ahora seguimos viendo, que Brasil requirió de enormes inversiones para las instalaciones y organización del mundial de futbol, y ahora lo sigue haciendo para las Olimpiadas del 2016. Para estos eventos si hay muchos y suficientes recursos monetarios, pero en la atención de un grave problema de salud no hay dinero.

Alguien puede decir, lo cual es válido, que en los eventos de Brasil hay negocio, y por ello le es posible obtener los recursos, en cambio en la atención de una epidemia en Africa no hay rendimientos.

¿A tal grado ha llegado la insensibilidad humana que solo cuando hay posibilidad de negocio lo atiende y se preocupa? ¿La Responsabilidad Social a nivel planetario se desliga de la epidemia del ébola en Africa? ¿Dónde está la ética en este caso?

Y no es tampoco un aspecto de filantropía, es algo más. Recodemos el origen del viagra. El Sildenafil o Citrato de Sildenafil, fue desarrollado en los laboratorios Pfizer para tratar la angina de pecho. En la primera fase de las pruebas clínicas la droga resulto tener pocos efectos en la angina, pero produjo "reacciones adversas". El maravilloso medicamento generaba erecciones intensas.

Como en este caso, es posible que con dinero utilizado en la investigación se encuentre algo más que la vacuna. Pero mientras se logre obtener dicho remedio, una enorme cantidad de población necesita apoyo de la humanidad, y en su atención se requieren crear algunos modelos de negocio que tengan algún incentivo pecuniario.

Afortunadamente existen historias en las que con decisivo apoyo se han podido atender las necesidades de diversas poblaciones. Esto sería la Responsabilidad Social en acción.

Seguiremos platicando …


17 de octubre de 2014

Confianza y mercadotecnia

Al adquirir algún producto o servicio, cualquier cliente espera que el bien obtenido cumpla con las características y bondades que dice tener, lo que implica de una manera tácita que el fabricante debe estar cumpliendo con lo que ofrece haciéndose responsable de ello.

Puede ser una obviedad lo antes mencionado, sin embargo, es necesario reiterarlo las veces que sea necesario desde la perspectiva de la enorme responsabilidad que tienen las organizaciones al participar en el mercado.

La relación con su entorno social y económico es una de los elementos claves de cualquier empresa que pretende sobrevivir y mantenerse, y de manera específica la mercadotécnica es uno de los medios para mantener dicha relación.

Y si bien dicha mercadotecnia sirve para conocer el nicho de mercado en el que se participa, sirviendo además para diseñar la manera de promover el producto o servicio, debe de llevar en todo su proceso una carga importante de responsabilidad social; dicho en otras palabras el generar confianza al presunto cliente.

Confianza que se genera a través de la honestidad tanto en el perfil del producto como en su precio para adquirirlo.

Creo que a todos alguna vez nos han dado “gato por liebre”, como se dice en México, cuando adquirimos algún bien que dice tener ciertas características, pero que al usarlo no las cumple plenamente. Y ante tal situación evidentemente desconfiamos de la marca de ese producto o de la tienda que lo vende.

Igualmente nos ha sucedido y sucede lo contrario, cuando compramos algún producto por su pura marca, porque confiamos plenamente en ella por haber tenido experiencias positivas.

La pregunta es: ¿cuántas empresas tienen realmente el cuidado de no engañar a su presunto cliente? Desde hace tiempo se dijo que la competencia obligaría de alguna manera a los fabricantes a tener un comportamiento adecuado al ofrecer sus productos, algo que en la práctica no ha sido completamente cierto.

O bien sucede que le fija un elevado precio al artículo considerando que con ello presupone una elevada calidad, además de cumplir con las expectativas que se tienen al comprarlo.

Sin ser experto en ella ni mucho menos, considero que la mejor mercadotecnia es aquella que tiene como principio básico la responsabilidad de realmente cumplir lo que se ofrece.

Es necesario reiterar por enésima vez que el “pegamento” que mueve a la economía es la confianza que se genera en el ámbito social. En otras palabras, al adquirir algún producto se está comprando, por decirlo de alguna manera, también la confianza de que se obtendrán los beneficios que se esperan de dicho bien o servicio.

Y esa confianza se generará a partir de tener una mayor responsabilidad social. Aunque parezca un juego de palabras, la confianza creada, es la responsabilidad social puesta en acción.

Seguiremos platicando …

30 de septiembre de 2014

La maldición del corto plazo

Además de pedirle a las empresas un comportamiento socialmente responsable, es necesario también que la sociedad en conjunto tenga una conducta sostenible que sea igualmente responsable.

Hasta ahora, mucho se ha escrito sobre el significado y efectos de la responsabilidad social, dirigido principalmente a las empresas, siendo esto primordialmente por la relevancia que tiene este tipo de organizaciones en la sociedad actual. Sin embargo, en el plano ecológico y en su conjunto la sustentabilidad o mejor dicho de la sostenibilidad en el idioma español, se ha escrito y hablado mucho también, pero de una manera más general, invocando a la conciencia de empresas, gobiernos y sociedad en general, pero todo esto lamentablemente considero ha dado pocos resultados, dados los informes y resultados de investigaciones que se dan a conocer continuamente, en los cuales se menciona un horizonte poco optimista para el planeta y sus habitantes.

Es posible considerar que la visión en conjunto tanto de gobiernos, empresas como de la sociedad en general es de corto plazo. Específicamente se dice en un reciente informe las consecuencias ecológicas que se prevén para el 2030 en relación al aumento de la temperatura.

Y si bien estamos en el 2014, a tan sólo 16 años para llegar al 2030, este último año se ve muy lejano tanto para los directivos empresariales, funcionarios públicos y para el ciudadano común. En el discurso se habla mucho de pensar en las generaciones futuras, pero en la práctica quien manda es el corto plazo, en el aquí y en el ahora, por lo que en realidad sucede es que se pasa el asunto a la próxima generación; y cuando llegue esa próxima generación culparán a sus antecesores de su situación y volverán a pensar en el corto plazo.

Ese estigma o paradigma del corto plazo es un aspecto que mucho ha sido la lógica para la toma de decisiones, tanto en el pasado como en el presente.

Y ese paradigma es tan fuerte, que muchas de las soluciones que se plantean actualmente son pensando en dicho corto plazo, solamente adecuando o ajustando el modelo vigente.

Ejemplo de lo anterior es la generación de energía, el petróleo que ha sido su base por al menos durante poco más de un siglo, es el modelo que sigue vigente, por lo que muchos avances tecnológico buscan reducir sus efectos contaminantes, pero poco se habla de considerar seriamente de planear su obsolescencia, lo cual implica pensar en el mediano y largo plazo.

Estoy cierto que existen muchos intereses creados que por obvias razones económicas no piensan en dejar de producir utilizar dicho producto, por lo que se ve difícil que en el “corto plazo” las generaciones actuales nos alcance un cmbio de paradigma en este aspecto.

Por lo que a mi modo de ver tendría que haber en el multimentado dicho corto plazo, un fenómeno catastrófico de alcances mundiales para pensar realmente en cambiar el modelo energético hasta ahora imperante.

Seguiremos platicando …

26 de agosto de 2014

Sociedad y gobierno socialmente responsables

En México, al igual que sucede en otros países, se ha desarrollado una cultura en la sociedad en la que se culpa al gobierno de muchas que suceden, pero al mismo tiempo esa misma sociedad se desentiende, pensando que no son de su responsabilidad.

De alguna manera esa cultura de deslindarse de lo que sucede en el ámbito social, se ha arraigado fuertemente en gran parte de la población, considerándose algo normal el culpar al gobierno de todas las vicisitudes y de especial manera en temas como la violencia.

No es mi interés defender al gobierno ni nada por el estilo, estoy cierto que en una parte importante de situaciones que se viven de manera cotidiana, el gobierno es el encargado y por consiguiente responsable de sus consecuencias; sin embargo, la sociedad también tiene un rol que cumplir en la vida social y económica, ya sea de una ciudad, una entidad y de un país en términos generales.

Concretamente me refiero a que la sociedad tiene también una responsabilidad social al igual que la tiene el gobierno. Y más aún, ese mismo gobierno nace y surge de esa misma sociedad, no se crea de forma espontánea y autista, su función y razón de ser es por y para la sociedad, y por lo tanto es responsable socialmente de actuar de forma adecuada según las leyes establecidas.

Y creo que este mismo argumento puede usarse al hablar de la sociedad, que no puede desatenderse como antes se mencionó de los aconteceres que se presentan en el seno de ella. Viendo esto de lo general a lo particular, es responsable inicialmente del propio gobierno que tiene y por lo tanto no debe, aunque lo haga de forma continua, desatenderse de lo que hagan los gobernantes.

Al seguir con la misma línea de pensamiento, la sociedad llevada al aspecto familiar, es responsable del comportamiento de sus miembros tanto dentro como fuera de casa, de su relación con sus vecinos, de la manera como se conducen sus miembros al estar dentro de un autobús o camión, en el metro, de la forma como se comporta al ir manejando un automóvil.

En todas estas situaciones mencionadas se está conviviendo con personas, y por este sencillo hecho se tiene de suyo una responsabilidad social; es decir, se es responsable en la manera de cómo se convive con el resto de los seres humanos.

Esto puede ser visto desde aspectos tan sencillos o coloquiales como el dar “los buenos días” al llegar a ver a una persona, dar “gracias” al recibir un servicio, hasta casos de ayudar en caso de una necesidad inesperada de alguien que se encuentra próxima.

En suma, se tiene una responsabilidad social para lograr una convivencia sana que genere confianza entre las personas, y no simplemente culpar a otros de lo que sucede.

Visto todo esto a nivel de la sociedad y en su relación con el gobierno, ambas entidades tienen una responsabilidad que en muchos casos es compartida. Un ejemplo creo que puede ayudar a explicar mejor esta idea. La violencia no se termina con la presencia de más policías que sería la función del gobierno, sino también que hacen las familias y la sociedad en general para que no se generen más delincuentes. Estoy claro que no es un problema fácil de solucionar, pero considero que es una actuación y responsabilidad social compartida.

Si bien es cierto que dicha violencia nunca se terminará si puede reducirse. Hay evidencias de algunas sociedades que tienen conciencia clara de su responsabilidad y actúan en consecuencia en beneficio de todos, sociedad y gobierno.

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21 de julio de 2014

La Responsabilidad Social y la política

En el transcurso del actual mes de julio, en México se ha venido discutiendo la llamada reforma energética, la cual implica primordialmente cambios trascendentales en la manera como se ha manejado hasta ahora la extracción del petróleo entre otros aspectos.

No es la intención hablar de los pros y contras de dicha reforma, pero sí de la enorme responsabilidad social que tienen los miembros del congreso en su elaboración. El percatarse de todas las repercusiones que actualmente tienen y eventualmente puedan llegar a tener las disposiciones que se aprueben.

Estoy consciente que nunca se tendrá una ley perfecta ya sea en este país o en otro cualquiera, pero si es importante que alguien que ocupa un puesto político, se percate que su primera y máxima responsabilidad es social.

Hasta ahora, mucho de lo que se habla y se dice de este tema está encaminado a la actividad de las empresas, pero poco o nada se dice en relación al papel de los gobiernos en cualesquiera de sus órdenes, ejecutivo, judicial, y del legislativo al que ahora me refiero.

Y uno de los temas en estas nuevas leyes es el relacionado a establecer las condiciones necesarias para evitar la corrupción; es notable observar que mucho de lo que se discute es el cómo detener posibles actos delictuosos. En otras palabras, la desconfianza es uno de esos temas prioritarios y por lo tanto resulta muy costosa para toda la sociedad.

Y es posible observar también que dicha sociedad está dispuesta a pagar ese costo por el elevado nivel de desconfianza; dicho de otra manera, existe un bajo nivel de responsabilidad social, o de poca confianza entre los agentes sociales y por ello hace necesario establecer múltiples candados, lo que en palabras llanas conocemos como un exceso de burocracia.

Como contraparte, ese misma sociedad pide una ley que sea perfecta, sin saber lo que esto último signifique. Pero la multimencionada sociedad también tiene una enorme responsabilidad social, ya que a pesar de las fallas o deficiencias que pudiera tener la legislación de la reforma energética, necesita al menos ser socialmente responsable para que la pueda operar, sin ser necesario poner tantos candados para evitar la corrupción.

Dicho en otras palabras, mientras no existan a lo menos ciertos niveles de responsabilidad social en hacer las leyes por una parte y de cumplirlos por la otra, no habrá candados suficientes para evitar la corrupción, y por consiguiente no se lograrán los propósitos de la legislación que se elabore.

Y para lo antes mencionado se necesita tener confianza, algo que a nivel de sociedad hace mucha falta, y esta no se podrá generar mientras no se tenga y aplique la responsabilidad social entre todos los actores y miembros de la sociedad.

Seguiremos platicando …

1 de julio de 2014

La Solidaridad y el futbol

Es necesario aprovechar el Capital Social creado a través de la solidaridad para fomentar la Responsabilidad Social en todos los miembros de la sociedad.

Lo anterior lo menciono por un fenómeno que me parece interesante y que se vivió en mi país (México), con motivo del mundial de futbol que se realiza actualmente en Brasil. Me explico.

Ya sea por la publicidad generada por una gran cantidad de artículos, y por la evidente participación de los medios de comunicación tanto en la transmisión de los partidos como en todo lo que se escribió y se dijo después de dichos partidos; lo cierto es que una gran cantidad de población manifestó su interés en la participación de la selección nacional, ya fuera en sus comentarios en los pasillos de la oficina, y el vestir la playera del uniforme en el día en que jugaba el equipo.

Inclusive se acuñó la frase “ponte la camiseta”, con la idea de que no eran solo los jugadores los miembros de dicho equipo, sino que era toda la sociedad la que estaba participando en los noventa minutos que dura el partido.

Al margen del aspecto deportivo y además que existimos algunos que no nos gusta dicho deporte; no se deja de reconocer esa emoción que muchos tuvieron en el apoyo demostrado para la selección nacional que como tal, es una representación de México que participó en esta competencia internacional.

Después de la eliminación de la selección y de todo lo que se diga en los días posteriores, el apoyo seguramente se ira diluyendo y finalmente perderse. Sin embargo la fuerte solidaridad que se generó y se manifestó, es una clara muestra de lo que puede hacer una sociedad cuando tiene un objetivo común. Ante esto la pregunta que surge es: ¿Será posible seguir sosteniendo y creciendo esta solidaridad manifestada y aprovecharla en el comportamiento social y en todas las actividades socioeconómicas?

Como antes se mencionó, esta fuerte solidaridad generó un fuerte capital social que al menos considero, puede seguirse manteniendo por medio de la solidaridad en todo tipo de actividades al igual que se tuvo con la selección nacional de futbol. Ya que en dichas actividades, ya sean sociales o económicas, está también escrito el nombre del país.

Que los mismos medios de comunicación sigan promocionando el “ponerse la camiseta” pero no solo de la selección nacional de futbol, también la de nuestra Responsabilidad Social que como sociedad todos tenemos.

Al respecto un amigo me comentaba que una empresa japonesa instalada en México, tiene como parte de su cultura el presentarse con los dirigentes de otra empresa del mismo país cuando llega a instalarse en la misma ciudad. Y manifestarle sus buenos deseos y apoyarles en aquello que sea necesario.

Creo que esto es una clara muestra del capital social generado en dicha cultura, y que buscan manifestarlo aun estando fuera de su país.

Esta solidaridad es algo que se requiere promover más allá del aspecto deportivo y no solamente cuando juegue la selección nacional de futbol en el torneo internacional que se realiza cada cuatro años; es algo necesario todos los días y en todas las actividades.

Que no se pierda este capital social generado, que como capital en el sentido financiero, es una pena que se pierda por no aprovecharlo adecuada y positivamente.

Seguiremos platicando …

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18 de junio de 2014

Una sociedad socialmente responsable

Es evidente que el tema de Responsabilidad Social se ha enfocado primordialmente a las empresas, siendo de alguna manera comprensible en cuanto al importante papel que desempeñan en la sociedad.

Sin embargo, hay tener claro que la empresa es un instrumento o mecanismo económico que sirve para la producción de un bien y servicio, y que por estar integrada por seres humanos es una entidad social; en donde el aspecto económico no está divorciado o separado de lo social, ambos aspectos se complementan y por lo tanto uno requiere del otro.

Pero esta empresa integrada por seres humanos si queremos que sea socialmente responsable, requiere entonces que estos seres humanos tengan una conciencia de esta responsabilidad.

Y ante esto la pregunta podría ser: ¿Y dónde se adquiere esta responsabilidad social? Alguien puede contestar que en la escuela, pero creo que va más allá, esto es, el lugar en el cual se toma conciencia de todo lo referente al aspecto social es en la familia.

La familia, como a muchos se nos enseñó en las clases de civismo, es el núcleo básico de cualquier sociedad, y es en ella donde de manera tal vez inconsciente en algunos aspectos, se adquieren los principios básicos de convivencia, y es en base a esta, donde de alguna manera va involucrada la responsabilidad social.

Ejemplos de ello pueden ser cuando nos dicen nuestros padres que debemos cuidar ya sea la casa y los enseres domésticos, ya que estos son de todos los miembros de la familia; en otras palabras, se nos enseña la responsabilidad de cuidar los objetos de todos.

Y esto dicho va más lejos todavía, cuando se nos inculca que debemos procurar el bienestar de los miembros de la familia. Siendo esto considero, la más clara muestra de la Responsabilidad Social. El procurar por el bien común de todos los integrantes familiares.

Desafortunadamente si lo anterior se realiza, en muchas ocasiones no sale de dicho núcleo, se llega a la escuela y el vínculo de atención a los otros llega solamente a los amigos cercanos, el resto aunque también son integrantes de la misma escuela son vistos como ajenos.

Así llegamos a la empresa donde los clientes son catalogados como el mercado, concepto abstracto que no considera a las personas, y entonces la Responsabilidad Social se diluye ante la importancia que se le otorga al aspecto económico, subordinando todo al aspecto monetario.

Si todo lo anterior de alguna forma se presenta, es claro entonces el por qué las empresas son entidades frías que dentro de ella su única cohesión es el renglón monetario, y su relación con la sociedad en general es únicamente verla como cliente, sin tomar en cuenta que son al final de cuentas también personas.

Por lo tanto, si queremos empresas, gobiernos o cualquier tipo de organización que sea socialmente responsable, se necesita primero formar una sociedad que tenga conciencia y aplique dicha responsabilidad en todas sus actividades sociales.

Lo anterior no es una utopía, las sociedades danesas, suizas y noruegas, que si bien no son perfectas, son una clara muestra representativa de que es posible. Una atención y procuración de toda la sociedad que es responsable por toda la sociedad.

El objetivo es llegar a ello, no es fácil, pero tampoco es imposible.

Seguiremos platicando …

5 de junio de 2014

Capital Humano

Actualmente ya se ha venido convirtiendo en práctica común llamar capital humano al otrora conocido como departamento de personal o de recursos humanos, buscando con ello dignificar el verdadero valor de la persona, y aunque el nombre alude el aspecto financiero, su sentido debe ir mucho más que considerar un rendimiento.

Tal vez porque no se encontró un nombre más apropiado, o tal vez la razón sea precisamente el de utilizarlo y aprovecharlo lo más posible, pero si este fuera el caso, el ser humano no puede ni deber tratado como un recurso más en las empresas.

En ese afán de poner inclusive a la persona y todo lo relacionado a ella al servicio del mercado, se ha enfocado al ser humano en términos de la utilidad que le pueda dar, menospreciando o ignorando que dicho mercado es un medio y no un fin para la realización de esa persona.

Pero de esta concepción no es solamente culpable la empresa, sino de la sociedad en general que también ha convertido a la persona en un consumidor y/o prospecto de cliente.

El capital humano es de alguna manera el individuo en sí mismo por el simple hecho de ser humano, pero no en términos de lo que puede obtenerse de él, sino por el contrario, de su capacidad de dar y ser útil al resto de los seres humanos.

Poco se considera que una empresa es una entidad compuesta por personas, y se olvida que inclusive la misma empresa es una “persona moral”. Lo cual significa entonces que todo está integrado y formado por personas, y a riesgo de sonar tautológico, se convive y se produce y se vende por y para personas.

Y así como se habla que una empresa tiene mucho o poco capital económico en función de sus ventas, activos fijos y créditos, es posible que se pueda decir que dicha empresa tiene mucho o poco capital humano debido a su comportamiento ético con sus grupos de interés, clientes, proveedores su responsabilidad ecológica, y en suma su responsabilidad social.

Luego entonces así como se busca incrementar el valor económico de la empresa, debe también buscarse incrementar el capital humano, lo cual a nivel interno se reflejaría en el bienestar de los empleados, en una menor rotación y también en un incremento en la productividad, y por contraparte, la empresa será vista como una empresa confiable mejorando por lo tanto su reputación y de esta manera incrementar sus ventas.

Pero insisto, esos logros económicos son un medio para la sobrevivencia de la empresa, la cual existe para el desarrollo humano en el más amplio sentido del término.

Hasta ahora el enfoque que impera es ver a las personas como un recurso más, y no como seres humanos que tienen emociones y que en general buscan su felicidad más allá de todos los bienes que se logren obtener.

Estoy claro que lo dicho hasta ahora puede sonar utópico para algunos, pero las empresas creadas por Yunus tienen mucho de lo expresado hasta ahora, por lo tanto son posibles. Por lo tanto es momento ya de volver a la economía a su lugar, y poner al ser humano como el fin de toda la actividad productiva.

Seguiremos platicando ….

21 de mayo de 2014

Es necesaria una mayor conciencia de la existencia “del otro”

Si bien muchos propugnamos considerar la Responsabilidad Social ya sea en el aspecto individual y como un modelo de gestión empresarial, es necesario considerar también la responsabilidad ecológica que todos tenemos por el sencillo hecho de habitar en este planeta.

Y esa responsabilidad ecológica se refiere específicamente a la sustentabilidad. En la búsqueda básica de la supervivencia económica, o en el afán de incrementar la riqueza que ya se tiene, se olvida o peor aún se desdeña el considerar que habitamos un planeta único y que cada día se encuentra más contaminado y que se extraen sus recursos en una forma que afecta su medio ambiente y con ello el hábitat de animales y plantas que ahí se encuentran.

Estoy cierto que mucho se ha escrito y hablado de este tema en múltiples idiomas en al menos la última década; sin embargo todo ello parece poco ante la enorme cantidad de evidencia que existe a escala mundial de los abusos que se comenten al planeta que no se queja de manera evidente.

Parece increíble que a pesar de dichas evidencias desde el punto de vista científico de todos los problemas que ya existen como el cambio climático, o los que potencialmente se presentarán en un futuro próximo, siga persistiendo la mentalidad religiosa de que el ser humano es el “rey de la creación”, y por ello tiene el derecho de modificar el entorno ecológico a su conveniencia y principalmente por su afán de codicia de incrementar su riqueza monetaria.

Por lo anterior, creo que hay un punto en común entre la responsabilidad social y la ecología. En la primera se busca generar una conciencia en cada persona de la existencia “del otro”, y por ello crearse un comportamiento ético, tanto a nivel personal como empresarial; terminar con el pensamiento individualista y exacerbado en el que se ha vivido al menos en los pasados cien años.

Y en la parte ecológica sucede lo mismo, no existe una conciencia de “ese otro” que son los animales, plantas y todos los recursos naturales que forman en conjunto el ambiente adecuado para la creación y generación de la vida en todas sus manifestaciones.

Y tanto en la responsabilidad social como en el plano ecológico, se olvida que todos necesitamos “del otro”, para sobrevivir y realizarse como persona, ya sea en la escuela o en el trabajo; y de los proveedores y clientes como empresa. Y en la parte ecológica se necesita de “ese otro”, para tener los alimentos y recursos para sobrevivir, ya sea primordialmente el agua, un clima benigno, los metales y todos los subproductos que se utilizan para ser más confortable nuestra vida.

En la cotidianeidad no reparamos ni tomamos conciencia de todos esos otros, personas y empresas, que contribuyeron y contribuyen en todos lo que utilizamos, ya sea ropa, computadoras, energía y medios de comunicación y transporte por mencionarlo en forma muy generalizada.

Ni tampoco en todos los recursos naturales que se utilizan para que podamos alimentarlos o bien, para tener una vida más cómoda en el más amplio de los sentidos. Se dice que por el consumo actual se requerirá el equivalente de más planetas en el mediano plazo, los cuales no los tenemos.

Considero que en la medida que tomemos una mayor conciencia social y se utilicen los recursos naturales en una forma más responsable, nuestra vida será más placentera y el planeta podrá ser más sustentable.

Seguiremos platicando …

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8 de mayo de 2014

¿Hasta cuándo seguiremos viendo la Responsabilidad Social como un tema novedoso?

Es lamentable que en los 14 años del actual milenio, todavía se siga viendo y hablando de la responsabilidad social como si fuera un concepto recién aparecido, y más aún, buscando la forma de convencer al sector empresarial y a la sociedad en general de sus ventajas.

Y de unos sus pilares, la Etica, así con mayúsculas, se hace también un esfuerzo continuo para que se practique en todos los ámbitos de negocio y sociales. Como bien se dice, concepto del que se viene hablando desde la época de Aristóteles, 300 años antes de Cristo, y después de dos mil años los seres humanos todavía no hemos aprendido y sobretodo entendido su importancia en nuestras relaciones humanas y dentro de ellas las de negocios.

Y peor todavía es que se utilicen de manera desvirtuada. Adam Smith por ejemplo que como todos saben era profesor de Moral y es considerado como el “Padre de la Economía”, hablaba de liberalismo pero en función de como había sido la sociedad antes del siglo XVIII, pero no hablaba de un libertinaje, decía que el mercado debería de tener reglas y no manejarse de manera autónoma.

La pregunta es: ¿Qué diría Adam Smith si viviera ahora cuando todavía se viven las secuelas de la gran crisis 2008-2009? Y que una de las formas de resolverse es una mayor concentración de riqueza y una mayor precariedad laboral. Y también que uno de los partidos políticos de Estados Unidos, el país más desarrollado y con las mejores universidades del mundo, tienen una mentalidad sumamente individualista pensando que el pobre está así porque él mismo se lo buscó.

Resulta paradójico para la generación actual que en los pasados 50 años hemos visto y vivido unos avances científicos y tecnológicos impresionantes, que solamente en los más osados sueños de nuestra infancia hubiéramos tenido, son ahora cosas comunes. Y en cambio en nuestras relaciones socioeconómicas, se siguen teniendo los mismos problemas y conflictos que tuvieron Aristóteles y sus contemporáneos.

Y aquí reitero la pregunta inicial: ¿Hasta cuándo seguiremos viendo la Responsabilidad Social como un tema novedoso? En qué momento dejará de ser vista como algo fuera de lo normal y rutinario, y deje de ser noticia por tratarse de un suceso poco común.

Tal vez la respuesta se encuentre en la educación, una educación desde la infancia que se enseñe y se aplique de manera cotidiana, considerando algo natural un comportamiento ético y socialmente responsable y que se va desarrollando paulatinamente, de la misma manera como se aprende a caminar y pronunciar las primeras palabras.

Obviamente esto no será cosa de años sino de generaciones enteras y en una dimensión mundial. Pero de la misma manera como se difundieron el capitalismo y el comunismo durante los siglos XIX y XX, es posible aventurar o tal vez soñar, que para fines del actual siglo XXI la responsabilidad social sea algo normal y cotidiano.

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22 de abril de 2014

El bienestar de los trabajadores en el nuevo modelo de empresa

El concepto del trabajo dentro de la empresa está en un proceso de cambio radical, en el cual el empleado o trabajador, es revaluado como persona en el más amplio sentido del término. Lo cual implica un drástico cambio de paradigma.

Hasta ahora, el modelo tradicional, es una reminiscencia del concepto que viene desde el siglo XIX, el cual siguió a su vez el existente en la época feudal, en donde existe un señor feudal llamado después patrón, y su contraparte los siervos con el nombre de trabajadores. Este patrón es el propietario de la riqueza y del conocimiento, y los trabajadores lo único que aportan es su mano de obra.

Este modelo hacía y todavía hacer ver a la empresa como una entidad donde solamente hay un único dueño, y todos los demás están para generar valor para ese único dueño. Y este último se desatendía de su responsabilidad social con su personal, ya que se consideraba y en muchos casos actuales se sigue considerando, que esto no es de su competencia, que es algo personal o en el mejor de los casos le corresponde al gobierno.

Y el cambio al que me refería en un inicio, se muestra de manera clara en el informe "Workplace Trends 2014" de Sodexo, que analiza las principales tendencias que marcarán la evolución del mundo del trabajo en los próximos años.

En dicho informe se menciona que los trabajadores de hoy en día buscan que su empleo sea significativo y relevante. También desean que sea flexible, y que incluya formación. Además, los empleados aspiran a que el clima laboral sea bueno, y a que las retribuciones y compensaciones reconozcan los valores personales.

Si bien cada uno de los puntos mencionados por sí mismos implican un cambio importante, creo que uno clave en todos ellos y que de alguna manera los engloba es el del clima laboral, en otras palabras, que el trabajo no sea visto como un castigo, sino más bien como el medio por el cual la persona pueda desarrollarse tanto profesional como personalmente.

El informe agrega que el empleo del futuro proporcionará a las plantillas algo más que un puesto de trabajo. El análisis sugiere que las compañías de éxito serán las que promuevan el bienestar y la salud de los empleados, las que creen espacios de trabajo centrados en los empleados y las que presten atención a las experiencias que viven los trabajadores en el desempeño de sus funciones.

Esto último es una real y verdadera Responsabilidad Social, la atención al Capital Humano y no solamente al recurso humano como todavía se le llama, en el cual ahora se atiende a la persona como un todo, y no únicamente como un ente que opera junto con una máquina.

Y aunque suene obvio, con este clima laboral positivo se espera un incremento en la productividad, pero esta última ya no basada en la “disciplina del látigo”, sino en la atención del personal en todas sus dimensiones, y que el centro de trabajo se convierta en un lugar de un ambiente positivo donde todos los participantes disfruten su actividad productiva. Viendo esta última no como un castigo, sino como un medio para su mejora profesional y personal.

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7 de abril de 2014

Obligaciones y responsabilidades sociales

Es común que de diversas formas, ya sea mediante los medios de comunicación, en la escuela y en casa, se nos hace ver y reitera que como ciudadanos y como seres humanos tenemos ciertos derechos y hay que exigirlos, pero poco o nada se menciona de nuestras obligaciones y por lo tanto tampoco de nuestras responsabilidades.

Haciendo un breve repaso mental se habla de los derechos de la mujer, de los niños, de los discapacitados y de los ancianos, por mencionar solo algunos. Y que es necesario que dichos grupos sociales exijan su atención y cumplimiento, lo que traerá como consecuencia lograr una mejor convivencia social. Lo cual es bueno y necesario.

Pero salvo los discapacitados mencionados, tanto los otros grupos citados como todos los demás, tenemos también una serie de responsabilidades que poco son señaladas y por lo tanto atendidas.

En términos generales me atrevo a decir que socialmente estamos más conscientes de nuestros derechos, tanto como individuos y como empresas, pero no le damos la misma importancia y atención a nuestras responsabilidades.

Y algo que tampoco se atiende y que es imprescindible también destacarlo es que todos los derechos sociales que se tienen no son gratuitos, es decir, tienen como contraparte una obligación y la responsabilidad de cumplir dicha obligación.

Cualquier abogado sabe que todo a todo derecho le corresponde una obligación, es decir, hay o debe haber una obligación que es complementaria al derecho adquirido.

Por lo tanto es importante buscar un equilibrio en la difusión del compromiso de cumplir tanto los derechos como las obligaciones.

Vivir en sociedad no es solamente nuestra unión en un sentido gregario simple o natural, es decir, de vivir juntos porque la naturaleza así nos diseñó, sino implica también nuestra convivencia para el beneficio de todos los involucrados.

Y para que esa convivencia sea social, que la interacción e interrelación de seres humanos sea positiva para todos es necesario establecer derechos y obligaciones comunes; dicho en otras palabras; derechos y obligaciones sociales, y para que estos funcionen cabalmente se tiene la responsabilidad de cumplirlos.

Por lo anterior no es algo opcional para una persona o para un grupo determinado el cumplimento de las responsabilidades.

De alguna forma se habla de esto en la materia de civismo que alguna vez se cursó en los estudios básicos de primaria y/secundaria, pero enfocados a fomentar un nacionalismo que si bien hasta cierto punto es positivo, se queda corto en el sentido de que más que ciudadanos somos seres humanos.

Y de esto último trata la ética, materia que si alguna vez se llevó en la escuela, siempre se manejó de manera etérea y poco practica y aplicada, como si fuera solo necesaria para los estudiantes de filosofía, donde poco o nada se habla de la importancia de la responsabilidad social.

Por lo tanto la responsabilidad social no es un agregado más, sino que siempre ha existido desde que vivimos en sociedad, la diferencia es que ahora ya se pide hacer de manera explícita esta responsabilidad.

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12 de marzo de 2014

Terminar con el autismo social

Se habla y escribe mucho sobre el papel que deben tener las empresas en materia de Responsabilidad Social, pero poco se dice acerca de lo que debe hacer el gobierno en esta misma materia.

En términos generales y por lo tanto pueda sonar atrevido, es posible observar en muchas sociedades que los objetivos de los gobiernos y del sector privado son divergentes. Es claro que alguien puede decir y con cierta razón, que lo son porque buscan aspectos diferentes, la empresa busca su utilidad económica y en cambio el gobierno, pretende logros de beneficio común sin considerar primordialmente la rentabilidad económica de sus proyectos.

Lo anterior ha sido el paradigma que ha imperado en gran parte del pasado, y por lo tanto se ha considerado y se considera actualmente como algo normal y hasta en cierto sentido natural. Sin embargo esta mentalidad se ha llevado al extremo, y así es posible ver empresas en que la premisa básica es la rentabilidad máxima posible sin considerar sus repercusiones sociales y ambientales, y por el otro lado, gobiernos en donde los funcionarios públicos piensan en el desarrollo y futuro de su carrera política, y actúan como si ellos tuvieran las mejores soluciones sin considerar a los posibles afectados. En pocas palabras, ambas entidades, empresas y gobiernos, actúan en forma autista, pensando por sí y para sí mismos, si considerar que son parte de una sociedad y que tiene responsabilidades para con el resto de los miembros de la misma.

Y si bien se escucha en forma retórica que los gobiernos se deben a la sociedad que incluye a las empresas, es común escuchar por otro lado el enorme cabildeo que realizan estas empresas para que las decisiones gubernamentales no les afecten negativamente, o bien que las disposiciones que se realicen les convengan a sus intereses y nada más.

En otras palabras, el ser humano es visto por los gobiernos como ciudadano y un votante o elector, y por parte de las empresas es únicamente un consumidor como miembro de un mercado.

La pregunta por lo tanto es: ¿Hasta dónde existe la conciencia de una sociedad y que ambas entidades se deben a ella por distintos medios? O dicho en otra forma: ¿Existen una conciencia o conocimiento de su Responsabilidad Social? Y aunque probablemente suene audaz, el que se den cuenta que ambos, gobierno y empresas, son un medio para el bienestar social.

La Responsabilidad Social no es una moda o una forma de gestión con visión filantrópica, sino un deber que compete a todos los actores sociales, empresas, gobiernos e individuos, que por el hecho de vivir en sociedad se adquiere dicha responsabilidad.

Y siguiendo esta línea de pensamiento, si los gobiernos y empresas se preocupan por atender al resto de los actores sociales, llámense ciudadanos, votantes o consumidores, requieren trabajar en forma conjunta, siendo el medio la búsqueda de sus objetivos particulares pero como fin de ambos el atender de manera plena a dicha sociedad.

Terminar con ese autismo en sus maneras de pensar y actuar, y trabajar de manera cooperativa, subsidiaría y solidaria, y esto no es utópico. Los países nórdicos es un ejemplo de que se puede trabajar en eses forma, y si bien ellos no son perfectos, si pueden servir como un referente que sirva para que todos los actores sociales trabajan de manera socialmente responsable.

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Blog: http://atamayon.blogspot.com

24 de febrero de 2014

Más compromiso social de las empresas

La llamada “Generación Y”, los nacidos entre 1977 y 1994, se muestra inconformista y exigente, según los resultados del informe anual de Deloitte “Millenial Survey”, que analiza las inquietudes y expectativas de este colectivo en su relación con el entorno empresarial y gubernamental.

Los resultados de esta encuesta realizada a nivel mundial y publicados a mediados del pasado mes de febrero, hacen evidente una mayor conciencia social de esta generación y por lo tanto más exigente tanto con el gobierno y con las empresas.

Específicamente, según este informe en el que han participado siete mil 800 jóvenes de 26 países, los encuestados consideran clave que las organizaciones empresariales potencien el pensamiento innovador, contribuyan al desarrollo de sus habilidades y tengan un impacto social positivo.

En lo que se refiere al impacto social, los encuestados consideran que los grandes retos a los que se enfrenta la sociedad en el mundo en estos momentos son: el desempleo, la escasez de recursos, el cambio climático, la protección del medioambiente y las desigualdades salariales.

Sobre la forma como están enfrentando los retos señalados, consideran que los gobiernos tienen una gran capacidad de acción a la hora de enfrentarse a estos retos, pero que no se están produciendo resultados positivos. Por lo tanto consideran que el impacto de las políticas gubernamentales a la hora de combatir el desempleo, la escasez de recursos y las desigualdades salariales no está siendo efectivas. Sin embargo, los encuestados consideran más positivas las actuaciones de los gobiernos en materia de salud, educación y formación.

En relación con las empresas, los encuestados consideran que el éxito de una organización debe ser medido más allá de su rendimiento financiero, teniendo en cuenta además los esfuerzos que se realicen para contribuir a la mejora de la sociedad. Esta forma de pensar considero que muestra de manera evidente que esta “Generación Y”, ya tiene otro concepto de empresa, viéndola corresponsable socialmente junto con el gobierno, y no una entidad autista que tiene como único objetivo el ganar dinero para ella misma.

En este sentido, el 74% de los consultados considera que la forma en la que las empresas llevan a cabo su trabajo tiene un positivo impacto en el entorno social en el que operan (generan empleo, forman profesionales, incrementan la calidad de vida). Sin embargo, los consultados piensan que las empresas aún pueden hacer más en relación con otros retos sociales como la escasez de recursos, el cambio climático y las desigualdades salariales.

Según Deloitte, las organizaciones tienen que mostrar a los miembros de la “Generación Y” su capacidad de innovación y su sintonía con la visión que tiene este colectivo sobre la sociedad. Sólo así tendrán una oportunidad de reavivar el entusiasmo de estos profesionales y progresar de forma real a la hora de resolver los problemas de la sociedad”.

Además, añade el informe que las organizaciones públicas y privadas deben mirar más allá de sí mismas y buscar colaboración mutua para encontrar soluciones innovadoras a los retos a los que se enfrenta la sociedad.

Esta encuesta muestra, pensando positivamente, que nos encontramos en el umbral de una nueva era en que la sociedad se muestra más exigente con gobiernos y empresas para que estas atiendan su responsabilidad social.

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5 de febrero de 2014

Valorando el tiempo y el compromiso social

El tiempo, un concepto evidente en el quehacer tanto personal como en las empresas, es manejado en una forma tan restringida, que solamente se considera mayoritariamente en su tiempo presente o en el corto plazo, sin evaluar sus repercusiones en el largo plazo.

Dicho en otras palabras, el largo plazo o el futuro no existen, y en la mentalidad de muchas sociedades de manera tácita solamente se habla del aquí y del ahora. Y esto ha provocado por lo tanto que se busque la ganancia o el bienestar de manera rápida e individual, sin reparar en la existencia de los demás. Es decir: “primero yo y ahora”, sin percatarse que se vive dentro de una sociedad.

Todo esto conduce como alguien ya lo ha dicho, a una codicia que busca lograr todo en el presente sin considerar las llamadas externalidades o el riesgo moral. Un individualismo exacerbado que es enaltecido tanto en el ámbito escolar como en las películas o series de televisión en donde hay solamente un héroe, no un grupo, que es reconocido por su audacia y agresividad para lograr sus objetivos sin tomar en cuenta a los demás.

Creo que no es exagerado decir que actualmente impera la hibris o hybris, un concepto griego que puede traducirse como ‘desmesura’, y que en la actualidad alude a un orgullo o confianza en sí mismo muy exagerada.

Ante esta forma de ser, la responsabilidad social viene a ser una respuesta o contrapropuesta. Modelo de vida y de gestión, que está consciente de la existencia de un futuro, como consecuencia del presente, y buscar de algún modo una empatía o conciencia “del otro”.

La promoción y desarrollo de la responsabilidad social busca tener clara la conciencia de la existencia del otro, ya sea una persona o un llamado grupo de interés, pero no solamente en el presente que ya de suyo es importante, sino además crear un ambiente y condiciones adecuadas en este presente que tenga efectos positivos en el futuro tanto a título individual como para una empresa y para todos los involucrados con esta última.

Por todo lo antes mencionado, es necesario generar primeramente una conciencia social, contraponer ese modelo individualista que se nos ha impuesto desde hace ya algunas generaciones atrás, y que ha llegado a un extremo en el pasado reciente, siendo la causa de esa actitud apática e indolente en el presente tanto en las personas como en las empresas.

Revalorar el tiempo, y no considerar solamente el presente como si este fuera único, sino como la causa de lo que será el futuro y que se tiene una responsabilidad por ello.

Esa toma de conciencia de la convivencia social, aunada a una concepción real del tiempo, pasado, presente y futuro, son algunos de los principales factores para tener clara la responsabilidad que se tiene y por lo tanto responder adecuadamente a los requerimientos de dicha responsabilidad.

Es importante reafirmar que por ignorarla no es válido eximirse o rehuir de la responsabilidad social que se tiene.

Como alguien lo dijo ya también, el futuro es ahora, en la medida en que se está construyendo en el presente, y en la medida que mejor se construya este presente considerando la responsabilidad que se tiene para con los demás, se estará construyendo una sociedad mejor.

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27 de enero de 2014

El Foro de Davos, el Papa y la Responsabilidad Social

De la importancia de la Responsabilidad Social en el mundo actual, es una de las lecturas que posiblemente se le puede dar al mensaje del Papa en la apertura del reciente Foro de Davos.

Sin entrar en aspectos de credos religiosos, es de llamar la atención la participación de este personaje en un evento con marcado acento económico, y que invocó a los asistentes a considerar una mentalidad diferente.

Si mencioné previamente que habló de la Responsabilidad Social, es porque en su presentación habló de la importancia que tienen los distintos sectores políticos y económicos en la promoción de un enfoque inclusivo que tenga en cuenta la dignidad de toda persona humana y el bien común. Añadiendo que quienes trabajan en dichos sectores, tienen una responsabilidad precisa para con los demás, especialmente con los más frágiles, débiles y vulnerables.

Y más adelante agrega: “Hace falta, por lo tanto, un renovado, profundo y amplio sentido de responsabilidad por parte de todos. “La vocación de un empresario es una noble tarea, siempre que se deje interpelar por un sentido más amplio de la vida”. De este modo, los hombres y las mujeres pueden servir más eficazmente al bien común y hacer que los bienes del mundo sean más accesibles para todos”.

De manera explícita habló de responsabilidad y de la ética que se requiere para el trato del ser humano y buscando el bien común.

Es de llamar la atención que se considere la participación de este tipo de personas en un evento con un marcado acento económico, y que se hable del papel del empresario como un agente social que utiliza a la empresa como un medio y no como un fin en sí mismo.

Desconozco el impacto que dicho discurso haya podido tener en todos los asistentes y participantes en los debates realizados en el evento de enero de este 2014; pero no deja de ser interesante que se hable de aspectos éticos y de la responsabilidad que tienen todos aquellos que participan en los sectores políticos y económicos.

Es innegable que las secuelas de la gran crisis que se iniciara a finales de la pasada década todavía tiene severas repercusiones, y que se requiere formar una nueva mentalidad entre los grandes agentes políticos y empresariales y que tengan un mayor sentido social, y de la responsabilidad que han tenido, tienen y tendrán para un desarrollo más sólido y equitativo.

Y tal vez siendo demasiado optimista, considerando la grave repercusión dicha crisis tanto en la forma de manejar a las empresas como en la mentalidad hasta entonces existente, es posible considerar que posiblemente estemos entrando a una nueva era que tome una mayor consideración de los aspectos sociales en las decisiones económicas.

Es de reconocer que esta atención a lo social ya ha sido considerado en las anteriores reuniones de Davos en al menos las recientes reuniones, sin embargo el que se señalara desde el principio como lo fue con este discurso inaugural, expresa en forma tácita la importancia que se le da al tema, y pueda ser un principio de la “humanización” de esta reunión a veces extremadamente técnica en su ángulo económico, sin valorar más la parte social.

Y de pasó además de lo antes mencionado, se esté marcando un nuevo marco de referencia a las futuras reuniones de Davos, en donde se considere con mayor énfasis el aspecto social de las reflexiones económicas, en el cual las inversiones y modelos económicos que ahí se plantean y comentan, consideren de manera clara sus repercusiones sociales.

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15 de enero de 2014

Conciliar la Responsabilidad Social y las Finanzas

La pausa obligada entre el fin y el inicio de un nuevo año, provoca a reflexionar sobre las implicaciones y retos que tiene la responsabilidad social tanto en el corto como en el largo plazo.

Algo que llama la atención y que puede sonar obvio para algunos, es que nos encontramos en dos mundos que parecen estar distanciados en años luz. Por un lado el mundo de las finanzas y los negocios, en donde los principales factores son las ganancias, las utilidades y la competencia, en donde la empresa es una máquina que se utiliza para ganar dinero en un mercado hostil, donde son reconocidos quienes tienen mayor capacidad para generar riqueza.

En el otro mundo en cambio, se habla de aspectos totalmente diferentes como son la ética, la confianza, la transparencia, conceptos todos ellos inherentemente humanos, en donde la ganancia y las utilidades son consideradas en forma tácita como un medio y no como un fin.

En este otro mundo nos enteramos de organizaciones que están haciendo algo por el entorno ecológico, que existe una atención a sus grupos de interés, y que muchos medios lo manejan como las llamadas “noticias blandas”, que sirven de alguna manera como compensación al mundo de la competencia o del mercado por llamarlo con un solo término.

Con esta panorámica la pregunta es: ¿se podrán interconectar los dos mundos? Y si esto podrá lograrse ¿cuándo será?

Mucha de la información que se genera en relación a la Responsabilidad Social, es sobre lo que las empresas están haciendo y eso es bueno, pero desafortunadamente considero que es la minoría de ellas, por lo cual implica que todavía hay un largo camino por recorrer para que este modelo de gestión este plenamente generalizado.

Haciendo un poco de historia, los cambios culturales se han dado después de muchos años, de manera lenta, que vienen siendo prácticamente generacionales. Recordemos como por ejemplo en Estados Unidos, la discriminación racial que prácticamente se manejaba desde la época de Lincoln, empezó a modificarse hace apenas unos 30 años, a fines de los setenta quien hubiera pensado que tendrían un presidente no blanco para el año 2010.

En el ámbito empresarial por ejmplo, las llamadas Organizaciones No Gubernamentales (ONGs), son también de relativa reciente aparición. Entidades que no se les puede dar el nombre de empresa, porque seguramente este concepto tiene una connotación mercantil, y por lo tanto es difícil concebir una empresa que no persiga utilidades monetarias.

Y como es sabido, existe la llamada Carta de los Derechos Humanos, documento emitido poco después de la Segunda Guerra Mundial, y que fue precisamente elaborado por la necesidad de establecer clara y explícitamente los derechos de todos los seres humanos, aspecto eminentemente social, y si bien esto es bueno, poco se habla de las obligaciones humanas y mucho de los derechos.

Y considero que una de las principales obligaciones humanas es precisamente la Responsabilidad Social, y en este contexto entra también la empresa, entidad creada por el hombre.

Por todo lo anterior, para que la Responsabilidad Social Empresarial se extienda a nivel generalizado y sea vista como algo normal en la forma de gestionar una organización, es necesaria imbuir primero la responsabilidad social en la educación desde la niñez; que exista plena conciencia que tenemos inicialmente una responsabilidad individual social porque vivimos en sociedad, y esta llevarla después a las empresas.

Espero que llegue el día en que el mundo de las finanzas que antes se mencionó pase a un segundo plano, que sea visto como el mecanismo para cumplir cada vez mejor nuestras responsabilidades sociales y ecológicas. Y de esta manera unir a ambos mundos ahora distantes.

Seguiremos platicando ….

¡Un Feliz año 2014!