La Responsabilidad Social, la Sustentabilidad y la Etica, son los Valores básicos para las

La Responsabilidad Social, la Sustentabilidad y la Etica, son los Valores básicos para las
En 1953, Howard R. Bowen definió a la Responsabilidad Social del Empresario como “…las obligaciones de los empresarios para seguir políticas, tomar decisiones o adoptar líneas de acción deseables en términos de los objetivos y valores de la sociedad”. ETICA Y SUSTENTABILIDAD: VALORES BASICOS PARA LAS EMPRESAS

27 de julio de 2010

Hay que seguir fomentando la responsabilidad social II

El ejemplo de la vida diaria dentro de muchas empresas, es probablemente una de las principales razones el por qué mucha gente todavía considera la responsabilidad social como una quimera, o en el mejor de los casos un exceso de copas en una noche de verano.

El que empresas vía la mercadotecnia se muestren un tanto filantrópicas, oculta la forma en que administran a su personal, calificándolo y evaluándolo como un recurso más de los que son necesarios para la operación diaria.

Y si bien pueden mostrar alguna preocupación por la elevada rotación existente, esto lo compensan bajo el entendido de que hay mucha gente dispuesta a ocupar el cargo vacante a pesar de las condiciones de contratación.

Esto lo llevan inclusive con el personal que tiene el trato directo con el cliente, con lo que demuestran también el poco interés por atender de la mejor forma posible a ese último cliente de quien depende totalmente la empresa para sobrevivir.

Con el interés de matizar es importante también considerar que hay personal que muestra una actitud indolente, y por ello poco dispuesto a realizar un mejor trabajo; por lo que el escenario que existe en muchas organizaciones, es el de tener una administración poco interesada en su gente, y por el otro lado, un empleado apático haciendo solamente el mínimo esfuerzo. Con lo que viene a resultar un ambiente laboral poco grato para todos los involucrados.

Tal vez, y reitero el tal vez, la forma de solucionar esto sea a través de los propios administradores o cabezas de la organización, quienes deben de buscar una nueva forma de gestión que reevalúe al personal, considerándolo como el principal elemento de la organización, ya que es precisamente a través de él la operación de la empresa.

Tomando en cuenta el más elemental sentido ético, tratar y calificar al personal como lo que es, una persona humana; aunque suene redundante y tal vez hasta obvio es importante remarcarlo.

Este aspecto ético es posiblemente el paso inicial de lo que viene a ser una responsabilidad social, el considerar a las personas en sus condiciones básicas como tal, y no evaluarlo como un recurso más de los que se necesitan para la operación de la empresa.

En términos generales, es de llamar la atención que esta forma de pensar en cuanto a la forma de tratar despectivamente al personal, que viene desde prácticamente la Revolución Industrial hace prácticamente 200 años, sea todavía el paradigma vigente en gran parte del mundo.

Aunque resulte exagerado, es lamentable que gran parte de los seres humanos todavía no tenga una verdadera conciencia social, el no percatarse que la riqueza de esos grandes empresarios proviene precisamente de la actitud y el trabajo de sus empleados, y por lo tanto, es a ellos a quienes les debe su riqueza acumulada.

Pero afortunadamente la responsabilidad social y la sustentabilidad están paulatinamente avanzando, una toma de conciencia sigue ganando adeptos, y es posible pensar que las próximas generaciones hayan logrado ya desechar con ese paradigma de la Revolución Industrial.

El futuro nos dará la respuesta.

Seguiremos platicando …

20 de julio de 2010

Hay que seguir fomentando la responsabilidad social

El elevado grado de incertidumbre del ambiente económico y de negocios que impera desde hace varios años, ha marginado en alguna forma la atención a la responsabilidad social, lo cual reafirma la tesis de que dicha responsabilidad social es un agregado que no ayuda a la sobrevivencia de las empresas.

Sin embargo, esta tesis está totalmente alejada la verdad, ya que esta responsabilidad social es una forma de gestión que le sirve a la empresa también en condiciones de elevada incertidumbre como sucede actualmente, puesto que opera con objetivos de largo plazo que buscan satisfacer un mercado, y que cuenta con el apoyo de sus grupos de interés.

La búsqueda de grandes ganancias en el corto plazo, no son características del verdadero espíritu de lo que significa ser empresario en el amplio sentido del término, esta actitud cortoplacista de grandes riquezas son de un especulador en el sentido peyorativo del término, que quiere ganancias solamente para él mismo, plenamente egoísta.

Además, vale aclararlo por enésima vez, la responsabilidad social tampoco es altruismo ni mostrar una imagen caritativa ante la sociedad; dicho en otras palabras, la gran ayuda y apoyo que han estado dando muchas empresas a la población afectada del norte de México por las torrenciales lluvias provocadas por el huracán “alex” en los primeros días de julio, se puede calificar como filantropía, la cual vale y tiene todo el mérito que le corresponde, pero no es válido que se le califique o encasille como responsabilidad social.

Pero volviendo a la idea inicial, esta fuerte incertidumbre provocada por la crisis financiera, requiere entonces de empresarios que tengan una actitud diferente en su forma de hacer negocios, que considere como parte de su proyecto o modelo de negocios, al menos a sus principales grupos de interés, sus empleados y proveedores, que se trabaje en forma conjunta con ellos para ofrecer productos o servicios que requiere la sociedad, y por consiguiente ganar dinero.

Por lo tanto es cuestión de prioridades, teniendo al dinero como un medio y no como un fin en si mismo.

Es necesario considerar que esta ya multimencionada incertidumbre es provocada precisamente porque se modificaron las reglas del juego, las cuales en mucho ponderaban la ganancia rápida como el gran objetivo, sin evaluar realmente las repercusiones que se tendrían en esta forma de operar.

Esta crisis si bien a todo el mundo está afectando en forma severa, es el momento adecuado para redefinir las reglas del juego de cómo opera el mercado en general y las empresas en lo particular.

Fomentar un ambiente de negocios en donde todos ganen y no el de suma cero como ha sido hasta ahora. Y dentro de las empresas propiciar un clima laboral en donde el personal se sienta parte de la organización.

Y esto último no es utópico, ya existen numerosos estudios que demuestran de manera fehaciente que las empresas son más productivas cuando su personal se siente a gusto laborando en estas organizaciones.

Por todo lo anterior, ahora más que nunca es seguir apoyando a la responsabilidad social en todas sus manifestaciones, para que entre y se quede en el ADN de todas las empresas.

Seguiremos platicando …

13 de julio de 2010

La participación y la colaboración en el siglo XXI

Así como en el actual mundo globalizado las empresas para poder participar de manera competitiva se empiezan a unir en redes, debido a que se han percatado que por sí sola ninguna organización es capaz de sobrevivir, de la misma forma la responsabilidad social en su aspecto de la sustentabilidad, está propiciando una integración en diversas formas y matices.

Pero lo que tal vez puede ser más interesante, es que dicha integración no es solamente en aspectos económicos, ni se limita a una relación cliente-proveedor, ahora ya se considera también al consumidor final como parte integral de dicha cadena, considerando que es precisamente este cliente final, el que le da vida y razón a este encadenamiento.

Este proceso de unión para un objetivo o propósito común no es algo nuevo, en la historia del mundo ya se ha presentado en más de uno ocasión, lo nuevo ahora quizá es que se está considerando como una opción real para el manejo tanto de los recursos naturales, como del capital humano.

Quienes han puesto de nuevo en la mesa de discusión este aspecto, fueron los ganadores del Premio Nóbel de Economía en el 2009 (Oliver Williamson y Elinor Ostrom), los cuales de manera formal han comprobado en sus investigaciones, la existencia de una governance que no se restringe a la que pueda realizarse dentro de la propia empresa, sino que involucra a diversos actores y en la que todos salen beneficiados en alguna forma.

Esta forma de gobernanza que incluye a varios agentes económicos, buscando generar una forma de trabajo que les ayude en su crecimiento y desarrollo que incluyen al consumidor final, es, considero, una representación y aplicación real y práctica de la responsabilidad social.

No es filantropía, sino una manera de lograr una relación ganar-ganar con otros actores de la sociedad, considerando además que existe un límite en cuanto a la cantidad de recursos naturales existentes, y también una serie de restricciones legales.

Esta gobernanza consiste en que los participantes desarrollen una serie de reglas o formas de operar que los beneficien a todos lo más posible, sin darle al mercado la opción de considerarlo el que mejor redistribuye la riqueza, idea que imperó en al menos los pasados treinta años, y que fue de alguna manera la causante de la gran crisis actual; pero tampoco se trata de dejar todo en manos del gobierno para que él lo administre o genere alguna legislación específica.

Esto va más allá, se trata en todo caso de tomar las mejores decisiones en términos de eficiencia y en beneficio de todos los involucrados, en la que los propios actores sociales se comprometen y responsabilizan entre sí para el logro de un objetivo en común.

El que estas ideas hayan sido consideradas y premiadas por el comité del Premio Nóbel, hace pensar que estamos posiblemente en el umbral de un nuevo tipo de pensamiento en el que la toma de decisiones en forma compartida sea el mecanismo para lograr un mejor desarrollo económico, una mejor manera de utilizar los recursos naturales, y finalmente, lograr un mundo más sustentable.

Seguiremos platicando …

6 de julio de 2010

El gobierno y su responsabilidad social

La última reunión del llamado G-20 en Canadá, planteó claramente las diferencias en cuanto al papel de los gobiernos para retomar la senda del crecimiento económico.

Contrario a sus posiciones tradicionales, Estados Unidos apoyó la idea de mantener un gasto elevado, y la Unión Europea por el contrario, manejó la propuesta de reducir el déficit fiscal y con ello reducir el gasto del gobierno.

Esta posición de la Unión Europea, contraria a la que maneja en forma tradicional, es por el castigo que está sufriendo por parte de los mercados, tanto en su moneda, como con algunos de sus miembros, Grecia, España e Irlanda principalmente.

Lo más importante posiblemente en todo esto, es su visión como estado benefactor, doctrina con la cual se vino diferenciando del resto del mundo al menos en los pasados 60 años.

Por lo tanto, ante esta situación imperante considero que la gran pregunta es: ¿qué está pasando con el estado benefactor? O ¿cuál será el estado benefactor del futuro?

La pugna que está detrás de todo este dilema es sobre cómo funcionará la economía cuando se supere la crisis, muchos buscan que permanezca todo como estaba antes, y que las causas de la crisis son parte de los ajustes normales del libre mercado sin regulaciones; otros en cambio, dicen que precisamente la crisis se debió a ese mercado libre sin regulaciones, por lo que se requiere una regulación fuerte y un estado sólido que dirija al mercado.

Ante estos dilemas, lo que puede verse por enésima vez es que el mercado con todas sus bondades no puede manejarse por sí solo, como invento humano tiene sus imperfecciones y por lo tanto requiere ser regulado para que tenga como objetivo final el beneficio de toda la sociedad, y no solamente de algunos cuantos.

La inmensa cantidad de pobreza extrema imperante a escala mundial, y la existencia de unos cuantos muy ricos, es un claro ejemplo de que el modelo que ha imperado al menos en los pasados cuarenta años no ha beneficiado a la humanidad entera.

El dogma del libre mercado al extremo ha exaltado al máximo el individualismo y menospreciado la ética y la responsabilidad social de todos los actores sociales, llámense gobiernos, empresas y personas.

El buscar la complacencia de los mercados, como lo pretenden ahora los países europeos, es darle la razón a dicho dogma de libre mercado sin regulaciones, que quiere seguir obteniendo ganancias monetarias a costa del bienestar de las poblaciones de dichos países.

Por lo anterior, es ahora el momento de promover la responsabilidad social en todos sus niveles, y empezando por el papel básico de un gobierno, que es el buscar el bienestar de la sociedad, utilizando el financiamiento como un medio para lograrlo, y no como un fin en sí mismo.

El mercado es un instrumento social que utiliza a la economía y las finanzas como medios para operar, y no al revés.

Seguiremos platicando …