La Responsabilidad Social, la Sustentabilidad y la Etica, son los Valores básicos para las

La Responsabilidad Social, la Sustentabilidad y la Etica, son los Valores básicos para las
En 1953, Howard R. Bowen definió a la Responsabilidad Social del Empresario como “…las obligaciones de los empresarios para seguir políticas, tomar decisiones o adoptar líneas de acción deseables en términos de los objetivos y valores de la sociedad”. ETICA Y SUSTENTABILIDAD: VALORES BASICOS PARA LAS EMPRESAS

24 de junio de 2013

La confianza: la nueva regla del juego

Es evidente que un elemento existente en las múltiples relaciones comerciales y de negocios es el temor a una decepción; aspecto que de alguna manera se ha venido acrecentando en los últimos tiempos, y que está marcando de alguna manera una forma de ser y de actuar.

Esto es relativamente fácil de verlo en las diversas campañas publicitarias que a través de técnicas mercadológicas le dicen a sus potenciales clientes que crean en ellos, en el producto que están ofreciendo, que son ciertas las bondades o cualidades de tal o cual artículo.

Esto significa entonces que la confianza, aunque no se mencione de manera expresa, es el aspecto clave que buscan las empresas en la relación con sus clientes, que están diciendo la verdad en sus mensajes publicitarios y por lo tanto son dignos de creerse.

Y de la misma manera que esto se percibe en los aspectos comerciales y de negocios, también es percibido en las relaciones personales, las eventuales relaciones con gente desconocida se realizan en lo mínimo, buscando entrar solamente en contacto con amigos de los amigos, o de quien se tienen referencias.

Un ejemplo palpable también puede verse en los últimos días en el plano financiero, los drásticos altibajos en el valor de las monedas en su relación cambiaria con respecto al dólar, y también en los vaivenes de las Bolsas de Valores a escala mundial.

Un comentario del presidente de la FED, el equivalente al Banco Central de Estados Unidos, despierta una serie de suspicacias entre lo que dijo y lo que realmente quiso decir, que en lugar de generar alguna certidumbre, genera más dudas e inquietudes en los denominados mercados.

Luego entonces, la desconfianza y con ella la incertidumbre son las reglas del juego que actualmente imperan, y que son el resultado de la crisis que se presentará de manera clara desde el pasado 2008.

Esto significa que existe una crisis de confianza generalizada; no se cree en el gobierno, en las empresas, o bien en determinados grupos sociales; y se vive en una constante alerta ante el temor de ser robados, timados o engañados; siendo está situación ya tan constante que se considera ya como algo normal, sin embargo esto está lejos de lo que es la verdadera cohesión social.

Es cierto que siempre ha existido y seguramente seguirá en el futuro la desconfianza presentándose en todas las relaciones humanas, ya sean estas sociales, de negocios o en el plano financiero, es más, podría inclusive atreverme a decir que es sana, en la medida de que es una forma de estar alertas y preparados ante quien eventualmente pretenda aprovecharse de las buenas intenciones en una probable relación entre dos personas o empresas.

Pero es aquí precisamente donde está el punto clave, el que en el momento de iniciar alguna relación o intercambio comercial, se comience de la desconfianza y no al revés; si partimos de la convicción de no confiarse de nadie desde el inicio, será muy difícil mantener una relación ni mucho menos incrementarla.

Es pues necesario hacer algo para revertir dicha situación, y esto puede ser el fomentar la confianza en todos los aspectos de las relaciones, ya sean sociales y de negocios. Hay que tomar en cuenta que toda relación parte en función de las expectativas creadas, las cuales nacen de los antecedentes del probable interlocutor; ahora bien: ¿De dónde o de quién proviene la información de dichos antecedentes? Vale la pena evaluar qué se dijo y quién lo dijo.

Es cierto que la confianza no se gana de manera instantánea, es algo que se va generando y se va construyendo paulatinamente, pero es importante el considerarla como el punto de partida; en otras palabras considerar ver el “vaso medio lleno y no medio vacío”. De lo contrario, si bien vivimos en sociedad, seremos seres aislados que conviviremos social y económicamente, pero no como seres humanos, que es a fin de cuentas lo que somos realmente.

Seguiremos platicando …

6 de junio de 2013

Empresa privada y Empresa de interés social. ¿Son diferentes?

La generación de conceptos que a través del tiempo se convierten en verdades absolutas, de alguna forma obstaculizan el tener una visión más amplia y con ello desarrollar un nuevo enfoque que provoque un desarrollo más integrado.

La aseveración anterior se refiere a dos términos o conceptos que de alguna forma son vistos como contrapuestos y con objetivos diferentes; específicamente dichos términos son la empresa y el denominado sector social.

La primera, sin tener una definición universalmente aceptada, es concebida para el desarrollo de una actividad económica con fines de lucro exclusivamente para sus propietarios; el sector social por su parte, es definido por la Secretaría de Economía de México como como el conjunto de empresas y organizaciones formadas por trabajadores que optan por la propiedad social de los medios de producción, es decir, todos los que la integran son dueños de estas empresas.

En pocas palabras, en la empresa las ganancias son para los dueños, y en las establecidas dentro del sector social las ganancias son en beneficio también de los dueños y de la sociedad en general, de ahí la denominación del sector social.

Esta serie de conceptos están ya establecidos como verdades absolutas como se dijo líneas arriba, paradigmas que delimitan a las empresas establecidas y que las encamina a objetivos diferentes.

Sin embargo estos preceptos que ya están establecidos desde hace mucho tiempo, de alguna manera son revisados con la idea de la Responsabilidad Social, ya que con esta, la empresa tiene un compromiso con la sociedad, y más aún, existe para satisfacer una necesidad de la sociedad, y aunque no le pertenece formal o legalmente a sus grupos de interés (stakeholders), vive y desarrolla por y para ellos.

Con lo anterior se busca redefinir a la empresa, que si bien realiza actividades económicas como medio para operar y subsistir, los beneficios obtenidos son para la sociedad en general, la cual incluye tanto a sus dueños como a sus grupos de interés y en términos generales a toda la sociedad.

La empresa que realiza actividades económicas es una entidad social, al igual que una empresa de las clasificadas del sector social, que también ejerce actividades económicas; y que en las otras lo que se denomina lucro, en estas son un excedente económico en beneficio de sus socios.

Ambas buscan ganancia, y en la empresa aunque su propiedad jurídica o legal es de “unos cuantos”, la organización como tal es propiedad de alguna manera de sus grupos de interés, ya que sin ellos la empresa no puede subsistir.

Luego entonces, qué es lo que las diferencia realmente, es seguramente la figura jurídica que las define, ya que ambas tienen una responsabilidad social, una responsabilidad con la sociedad en general.

Las dos existen por y para la sociedad, y son figuras creadas artificialmente por los miembros de la misma sociedad para realizar actividades económicas como un medio para sus fines.

Tal vez este párrafo anterior pueda sonar repetitivo a lo mencionado previamente, pero la intención es enfatizar eso precisamente; la parte social no está reñida ni diferenciada con la parte económica o el lucro.

Haciendo historia, tal vez esta diferenciación artificial sean resabios de una mentalidad que se generó desde el siglo XIX, cuando se marcaba a la empresa como la propiedad de los dueños del capital y que se preocupaban solamente para su bienestar; pero aunque fuera así, no se percataron o quisieron darse cuenta que por muy grande que fuera su capital, la empresa dependía de sus trabajadores quienes de alguna forma también eran dueños o propietarios.

El mismo Henry Ford cuando estableció su primera planta fabricante de autos, consideraba el pagarles bien a sus empleados, y si alguien suspicazmente pueda decir que esto lo hacía para que compraran sus carros, pues puede ser que así fuera, pero en cualquier caso sus empleados tenían salarios elevados y eventualmente podría comprar un carro marca Ford.

No es antiético buscar su ganancia personal, el mismo Adam Smith decía que el carnicero buscaba su ganancia, era egoísta, pero ese egoísmo por hacer bien las cosas y ganar dinero, de alguna manera beneficiaba a toda la sociedad.

En conclusión, la empresa, ya sea de propiedad privada o propiedad social (del sector social o tercer sector), tienen el mismo propósito; la utilidad; y ambas viven y se desarrollan gracias a sus grupos de interés. Por lo tanto, ambas se deben a la sociedad y por ello tienen una responsabilidad con la sociedad.

Seguiremos platicando …