La Responsabilidad Social, la Sustentabilidad y la Etica, son los Valores básicos para las

La Responsabilidad Social, la Sustentabilidad y la Etica, son los Valores básicos para las
En 1953, Howard R. Bowen definió a la Responsabilidad Social del Empresario como “…las obligaciones de los empresarios para seguir políticas, tomar decisiones o adoptar líneas de acción deseables en términos de los objetivos y valores de la sociedad”. ETICA Y SUSTENTABILIDAD: VALORES BASICOS PARA LAS EMPRESAS

18 de octubre de 2013

Formando un nuevo empresario

Es claramente visible la persistencia de algunos paradigmas que se resisten a modificarse por considerarse como valores o verdades absolutas, y en este caso se encuentra el concepto empresa, que sigue siendo defendido como una entidad de propiedad única y exclusiva de sus propietarios.

Y si bien es bien muy conocida la posición de Milton Friedman al respecto que se toma como referencia para sostener esa única propiedad; hubo otra antes que se consideró y que posiblemente se sigue valorando como el punto de partida de esta manera de pensar.

En específico me refiero al conocido caso “Dodge versus Ford”, que estableció jurisprudencia en Estados Unidos:

Cuando Henry Ford creó su empresa en 1906, contó con la ayuda de distintos inversionistas, entre los que se encontraban los hermanos Dodge, quienes pusieron 10,500 dólares en el proyecto Ford, y John Dodge entró a formar parte del consejo de administración.

En 1916 los Dodge decidieron crear su propia empresa automovilística, que pensaban financiar en parte con los dividendos de la floreciente Ford. En ese entonces Henry Ford canceló el reparto de dividendos para capitalizar la empresa y asignar más recursos a sus clientes y a sus empleados; con lo que favoreció a lo que ahora se conoce como sus grupos de interés sobre los socios. Ante ello, los Dodge lo demandaron y acabaron ganando el pleito.

La Corte Suprema de Michigan declaró que: “una organización empresarial está organizada y dirigida con el fin principal de dar beneficios a sus accionistas”.

Este hecho, se enmarca en el modo y forma de pensar de la época, muy influenciada todavía por la mentalidad del siglo anterior, lo cual hasta cierto punto pudiera ser entendible.

Pero prácticamente a un siglo de aquel suceso, sigue vigente esta idea de propiedad única, en donde empleados están de alguna manera al servicio de los dueños, y los clientes son el medio para incrementar sus ganancias.

Esta concepción requiere modificarse en las grandes y principalmente medianas y pequeñas empresas, ya que estas últimas son la mayoría, pero no hacerlo por una cuestión de altruismo, sino por esa responsabilidad social que necesita ser tomada en cuenta en la forma como se opera cualquier organización.

Inculcar entre el empresariado no solamente las cuestiones financieras pensando que solamente son ellas las importantes para obtener ganancias y utilidades; sino además promover una ética en la forma de administrar, algo que no es incompatible con el aspecto monetario y que también es rentable.

En suma, generar y fomentar una mentalidad empresarial que tome en cuenta la responsabilidad que se tiene con la sociedad, y dejar atrás esa idea individualista que no permite un mayor y mejor desarrollo socioeconómico.

Que tengan una mentalidad de largo plazo la cual fomenta una forma de pensar en donde se busca una sostenibilidad y no una ganancia para una sola vez. Algo que se puede lograr y alcanzar.

Seguiremos platicando ....

4 de octubre de 2013

Una empresa con sentido humano

El paradigma que muchos años ha imperado de que la empresa es únicamente una unidad económica productora de bienes y servicios, está paulatinamente desapareciendo para dar paso un concepto más humano.

Aunque con fuertes resistencias todavía, por un dogma establecido prácticamente en los genes de lo que se debería entender como una empresa, la responsabilidad social con su fundamento ético está abriéndose paso en la forma como debe ser vista y administrada una organización.

Para todos es conocido el hecho de que el ser humano dentro de las organizaciones ha sido visto solamente como “mano de obra”, y que por lo tanto es un instrumento para el proceso productivo, sin embargo dicha conceptualización se está dejando atrás al estarse considerando ahora a la empresa como una entidad integrada por seres “humanos completos”, que además de su mano cuentan con cerebro y corazón (sentimientos).

Y esta nueva visión no está reñida con el factor económico, hay una gran cantidad de evidencias que muestran claramente un aumento en la productividad cuando el ser humano es considerado y atendido de manera plena, siendo esto ya un prerrequisito para lograr una mejora en las condiciones productivas.

Ahora la empresa ya empieza a ser vista como un lugar donde prácticamente viven y además conviven seres humanos para realizar un trabajo, una actividad económica, y que se necesita que esa actividad laboral tenga un sentido para quienes la realizan, pero no un sentido puramente monetario, sino que se convierta en una vía para su desarrollo y realización.

Lo anterior no es un hecho aislado o una quimera, empresas como Google muestran que lo antes dicho es posible, y otras del sector manufacturero, grandes y Pymes nacionales, de alguna manera están haciendo algo para mejorar las condiciones de trabajo más allá del aspecto monetario.

Además en diversas partes del mundo existen ya reconocimientos de diferente tipo, que se les otorgan a las empresas por sus acciones para mejorar la forma en que están gestionando a su personal.

El ser humano se está convirtiendo en el centro de referencia, y la empresa y sus resultados financieros y monetarios se vuelven ahora en el medio para que ese ser humano logre un mayor bienestar, y no al revés como mucho se ha manejado hasta ahora, y con ello la visión “tayloriana” de considerar al hombre como una extensión de la máquina se está quedando atrás.

Y es por eso, que la empresa tiene como una de sus principales responsabilidades sociales el atender a todo su personal, y no solamente a cumplir su responsabilidad económica de ser rentable, claro que sea rentable, debe serlo, pero con la premisa básica de buscar el bienestar mencionado.

Dicha rentabilidad económica sirve para los propietarios, para los empleados y para la sociedad en general, en un juego en donde todos ganan y que sirve de alguna manera para mejorar dicho bienestar.

En resumen, se está empezando a entender que la ética y con ella la responsabilidad social no están reñidos con el aspecto monetario, ni tampoco que están jerarquizados en cuanto a su importancia, sino más bien que tienen funciones y propósitos distintos que de alguna manera son complementarios para un mayor y mejor bienestar del ser humano.

Seguiremos platicando …