La Responsabilidad Social, la Sustentabilidad y la Etica, son los Valores básicos para las

La Responsabilidad Social, la Sustentabilidad y la Etica, son los Valores básicos para las
En 1953, Howard R. Bowen definió a la Responsabilidad Social del Empresario como “…las obligaciones de los empresarios para seguir políticas, tomar decisiones o adoptar líneas de acción deseables en términos de los objetivos y valores de la sociedad”. ETICA Y SUSTENTABILIDAD: VALORES BASICOS PARA LAS EMPRESAS

23 de febrero de 2010

Las grandes utilidades de las empresas

A raíz de la severa crisis económica del pasado 2009, desde principios del presente año se han seguido prácticamente con lupa los resultados de las empresas tanto en México como en Estados Unidos y el resto del mundo, y es de llamar la atención que una gran cantidad de dichos resultados reportan utilidades superiores a los veinte o treintas por cientos, porcentajes considerables y que aún así son calificados como medianamente positivos.

A riesgo de sonar exagerado, es posible considerar que durante al menos las dos décadas previas a la reciente crisis, se fue gestando una mentalidad de buscar las máximas utilidades posibles, evaluando de bajas aquellas que no fueran mayores a los treintas por cientos. Esto significó que las empresas se hayan convertido únicamente en máquinas de hacer dinero.

Y esto no puede considerarse por sí mismo negativo, ya las primeras definiciones de empresa la consideraban una organización para generar utilidades para sus accionistas; baste recordar nuevamente lo dicho por Milton Friedman en la que señala que la empresa en esta forma cumple su responsabilidad social “La responsabilidad social de los negocios es el de incrementar las utilidades”.

Sin embargo, una de las tantas lecciones que ha dejado la crisis es que esa misma responsabilidad social de la que habla Friedman en muchas empresas no se cumplió, pero en otras, que han logrado importantes ganancias en los pasados trimestres, son aquellas que no han considerado al resto de la sociedad, como si estuvieran establecidas en otro mundo.

Así, bajo la máxima de alcanzar las mayores utilidades posibles, no se consideraron riesgos y se soslayaron principios éticos por ser calificados como poco o nada rentables; siendo la máxima utilidad el paradigma con lo que se han venido evaluando las empresas en el pasado reciente, sin evaluar sus implicaciones sociales.

Ante esto, y sin considerar a detalle los aspectos financieros como valor presente de una inversión y/o su costo de oportunidad, la pregunta es: ¿no existe un límite de algún tipo en la búsqueda de maximizar las utilidades? Tal vez es una pregunta ociosa que su única intención es definir reglas del juego que permitan tomar riesgos de una forma más sana tanto financiera como éticamente.

Por otro lado, en el pasado reciente, ante esta forma de búsqueda desmedida de maximizar utilidades, se acuñó el concepto de empresa social para distinguirlo de la tradicional empresa que busca solo las utilidades de forma individual; sin embargo no se toma en cuenta que también la llamada empresa social busca las máximas utilidades, pero considerando tanto a su nicho de mercado como a su entorno ecológico y social como parte de la misma empresa, y de esta manera evalúa el costo realizado para cumplir sus objetivos sociales.

Para concluir por ahora, es posible que ante lo visto hasta ahora y como otra más de las grandes lecciones de la crisis vivida, el mundo de los negocios se encuentre al borde de un gran cambio que tenga como una de sus normas un comportamiento más responsable en la búsqueda de maximizar las utilidades.

Seguiremos platicando …

11 de febrero de 2010

Primero la gente

Dentro de la discusión que se ha venido realizando desde inicios del presente año, acerca de cuándo y cómo deben de empezar a retirarse los apoyos gubernamentales para que no vuelva a caer el sistema financiero en virtud de la incipiente recuperación que se viene registrando, poco se habla acerca del apoyo que necesita la población que fue víctima de la enorme crisis de los pasados dos años.

Como contraparte, por todos lados se habla de la enorme cantidad de gente que redujo su nivel de riqueza, de la cantidad de desempleo que se presenta y nada más; afortunadamente en la reciente reunión de Davos, el directivo principal del Fondo Monetario Internacional hizo notar la importancia de la gente, y en una de las últimas reuniones de dicho evento del Forum cuando se hizo un trabajo grupal para establecer un mecanismo de recuperación, se corrigió el término de consumidores por el de personas, gente, para considerarlos como tales y no solamente como alguien que tiene un determinado poder adquisitivo.

Y así, aunque parezca obvio, durante la crisis y ahora en la inicial recuperación se mencionan la situación de las grandes instituciones financieras y bancarias, de los grandes conglomerados industriales, de la eventual crisis fiscal que puede llegar a presentarse en los próximos meses; pero poca atención se le pone a las grandes poblaciones que están resintiendo el desempleo y los incrementos en los precios, afectando con ello severamente su nivel y calidad de vida.

Ya desde hace al menos dos años, Bernardo Kliksberg y Amartya Sen en su libro llamado “Primero la gente”, mencionan las enormes carencias que existen y primordialmente en América Latina, la región más desigual del planeta, y esto fue antes de que se presentara esta gran crisis, por lo que ahora es todavía más urgente atender a las grandes poblaciones en los aspectos de salud, educación y empleo.

En las grandes crisis de al menos el siglo pasado, quienes primero sufren sus efectos son las personas, y desafortunadamente son las últimas quienes se recuperan.

En este sentido podemos anotar a favor lo dicho por Obama en su discurso al congreso en los últimos días del pasado enero, que tiene como prioridad básica recuperar el empleo en este 2010, pero ahora falta que tanta disposición tendrán los congresistas y el sector productivo para actuar en concordancia con dicho objetivo del presidente.

Y así vemos que en todo el mundo se habla de poco de lo que se podrá hacer para detener el enorme desempleo ya existente; y en el caso de México sucede algo similar, pocas acciones concretas se ven para detener la falta de empleo existente.

En resumen es claro que es necesario darle por lo menos la misma prioridad de atención a la gente, como se está haciendo para evitar la caída de las empresas financieras o manufactureras. Hay que recordar aunque suene obvio, que dichas empresas existen gracias a la gente, que no son entes aislados que se muevan con su propia dinámica; y si quieren vender y hacer negocios, se necesita de gente con educación, salud y poder de compra.

Seguiremos platicando …

3 de febrero de 2010

La Empresa Social

En su reciente aparición de Muhammad Yunus en el Foro Económico Mundial de Davos el fin de semana pasado, dejó muy en claro lo que considero la verdadera responsabilidad social en el más amplio sentido de la palabra.

En relación a lo que llamó la empresa social, señaló que el capitalismo que se maneja señala que el hombre está hecho únicamente para hacer dinero y en función de ello es categorizado; sin embargo, el ser humano es multidimensional y el considerarlo unidimensional solamente para ganar dinero, es reducirlo en sus capacidades y posibilidades.

Y si bien el ser humano es egoísta puede ser también desinteresado en cuanto a su relación con los demás, y en este sentido es cuando surge la empresa social, la cual no busca las utilidades, sino más bien proporcionar un bien o servicio a la sociedad, en donde los ingresos y/o utilidades obtenidas son reinvertidas para seguir brindado el producto o servicio para la que fue creada.

Aclarando, el negocio existe como tal, con la diferencia que no es su objetivo obtener utilidades, sino para proporcionar algo para la sociedad, por lo tanto el lucro como fin no es el propósito de este tipo de organizaciones.

Bajo este concepto antes mencionado, el imaginar por un solo instante que las empresas se manejaran con un propósito eminentemente social, cambiaría en mucho la forma como opera el mundo de los negocios.

Sin temor a exagerar es muy posible que a todos nos hayan educado tanto en la casa como en la universidad, con la premisa de ganar dinero, y el ser exitoso será en función de la capacidad para ganar mucho dinero. Los medios de comunicación a través de sus diversas series es el mensaje subliminal que nos envían, pensar en forma egoísta en ganar dinero, pero no hacer algo en beneficio de la sociedad, dejando esto último como función del estado y/o de las organizaciones caritativas o filantrópicas.

Tal vez por lo anterior la ética y la moral no son valores que se tengan en alta estima, ya que el paradigma es ganar y ganar más dinero, y serás estimado y aceptado por toda la sociedad en la medida en que mejor cumplas tal consigna.

El mensaje de Yunus no es para nada quijotesco o quimérico, ya que siendo el director y fundador del Grameen Bank de Bangladesh e inventor de los microcréditos, ha venido demostrando claramente que este modelo es posible y de aplicación universal.

La gran lección de la crisis de los pasados dos años ha sido el buscar esa ganancia y el lograrla en el corto plazo, máximas que han imperado en la historia contemporánea, y que será seguramente marcada en dicha forma por los futuros historiadores.

Por tal razón, las generaciones actuales tenemos la responsabilidad social de cambiar los mencionados paradigmas de utilidad y corto plazo y repensar la forma de hacer negocios de manera social y sustentable, de lo contrario, el fantasma de la crisis como la que se ha vivido siempre estará presente y de forma cada vez más grande.

Seguiremos platicando …