El título de esto tal vez pueda sonar exagerado para
algunos, sin embargo lo sucedido con la empresa Volkswagen provoca sin quererlo
una severa reflexión sobre lo que está sucediendo con la Responsabilidad Social.
Desde hace mucho tiempo se dice que este concepto es usado
como un concepto de marketing por algunas empresas y que por lo tanto se debe
tener cuidado con ello. Y esa es la razón por la cual algunos vemos con recelo
lo que dicen ciertas organizaciones. Aunque por otro lado hay que reconocer que
si puede haber y hay empresas que si consideren la Responsabilidad Social de
manera seria y profunda en su manera de operar.
Ahora la duda está empezando a imperar y permear entre todos
los dedicados al estudio y práctica de este modelo pero: ¿esto es bueno? Creo que
es necesario. Lo sucedido con empresas de alcance mundial como esta automotriz está
sirviendo para cuestionar lo que mucho que se dice de tal o cual empresa, y
prácticamente cualquiera se cuelga el título de ser socialmente responsable, con
el ánimo de dar una buena imagen ante la sociedad.
Esto que sucede con la Volkswagen me ha servido sin quererlo
para hacer una retrospectiva de mis primeras andanzas en esta temática.
Recuerdo que hace poco más de diez años cuando estaba inmerso en el mundo
laboral-sindical, conocí su existencia y gratamente me sorprendió al encontrar
un pensamiento que veía a la empresa en un contexto diferente al que ha
existido desde prácticamente el siglo XIX, en el cual se ve a estas
organizaciones dedicadas exclusivamente a la búsqueda de su utilidad sin
considerar al ser humano y su entorno ecológico y social.
Me parecía algo sorprendente que por fin en el siglo XXI se
empezaba a cambiar este paradigma que había prevalecido por más de cien años. El
mundo de los negocios se encontraba en un proceso de cambio drástico en su
forma de pensar y actuar, colocando el aspecto utilitario en su lugar
correspondiente y poniendo al ser humano en un lugar primordial. De esta forma
se empezaba hablar de una ética empresarial y de los negocios. Unir así dos
términos que siempre se manejaron de manera antagónica; la ética y los
negocios.
En los pasados diez años ya se ha hablado mucho de estos términos
en conjunto y se ha satanizado a Milton Friedman en todas sus formas posibles,
pero, vuelvo a lo planteado al inicio: ¿Quiénes pugnamos por la Responsabilidad
Social estamos tras una utopía? ¿El hombre de negocios es capaz realmente de pensar
en términos éticos?
Hace tiempo me hice una pregunta en el mismo sentido: ¿Cuándo
dejará de ser noticia la Responsabilidad Social?
Ante los cuestionamientos anteriores me respondo que la
Responsabilidad Social no es una utopía, pero que significa cambiar una
mentalidad utilitaria que ha penetrado hasta el fondo e imperado por siglos,
por lo que todavía falta mucho por hacer, una educación ética que modifique los
estándares de negocios fuertemente establecidos.
En suma lo sucedido con la multimentada empresa automotriz,
más que una decepción, es una alerta que debe servir para ser más cautelosos y
no creer todo lo que se dice; sin importar el tamaño y tipo de empresa.
No es fácil, pero tampoco es imposible.
Seguiremos platicando …
No hay comentarios.:
Publicar un comentario