La llamada “Generación Y”, los nacidos entre 1977 y 1994, se muestra inconformista y exigente, según los resultados del informe anual de Deloitte “Millenial Survey”, que analiza las inquietudes y expectativas de este colectivo en su relación con el entorno empresarial y gubernamental.
Los resultados de esta encuesta realizada a nivel mundial y publicados a mediados del pasado mes de febrero, hacen evidente una mayor conciencia social de esta generación y por lo tanto más exigente tanto con el gobierno y con las empresas.
Específicamente, según este informe en el que han participado siete mil 800 jóvenes de 26 países, los encuestados consideran clave que las organizaciones empresariales potencien el pensamiento innovador, contribuyan al desarrollo de sus habilidades y tengan un impacto social positivo.
En lo que se refiere al impacto social, los encuestados consideran que los grandes retos a los que se enfrenta la sociedad en el mundo en estos momentos son: el desempleo, la escasez de recursos, el cambio climático, la protección del medioambiente y las desigualdades salariales.
Sobre la forma como están enfrentando los retos señalados, consideran que los gobiernos tienen una gran capacidad de acción a la hora de enfrentarse a estos retos, pero que no se están produciendo resultados positivos. Por lo tanto consideran que el impacto de las políticas gubernamentales a la hora de combatir el desempleo, la escasez de recursos y las desigualdades salariales no está siendo efectivas. Sin embargo, los encuestados consideran más positivas las actuaciones de los gobiernos en materia de salud, educación y formación.
En relación con las empresas, los encuestados consideran que el éxito de una organización debe ser medido más allá de su rendimiento financiero, teniendo en cuenta además los esfuerzos que se realicen para contribuir a la mejora de la sociedad. Esta forma de pensar considero que muestra de manera evidente que esta “Generación Y”, ya tiene otro concepto de empresa, viéndola corresponsable socialmente junto con el gobierno, y no una entidad autista que tiene como único objetivo el ganar dinero para ella misma.
En este sentido, el 74% de los consultados considera que la forma en la que las empresas llevan a cabo su trabajo tiene un positivo impacto en el entorno social en el que operan (generan empleo, forman profesionales, incrementan la calidad de vida). Sin embargo, los consultados piensan que las empresas aún pueden hacer más en relación con otros retos sociales como la escasez de recursos, el cambio climático y las desigualdades salariales.
Según Deloitte, las organizaciones tienen que mostrar a los miembros de la “Generación Y” su capacidad de innovación y su sintonía con la visión que tiene este colectivo sobre la sociedad. Sólo así tendrán una oportunidad de reavivar el entusiasmo de estos profesionales y progresar de forma real a la hora de resolver los problemas de la sociedad”.
Además, añade el informe que las organizaciones públicas y privadas deben mirar más allá de sí mismas y buscar colaboración mutua para encontrar soluciones innovadoras a los retos a los que se enfrenta la sociedad.
Esta encuesta muestra, pensando positivamente, que nos encontramos en el umbral de una nueva era en que la sociedad se muestra más exigente con gobiernos y empresas para que estas atiendan su responsabilidad social.
Seguiremos platicando …
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24 de febrero de 2014
5 de febrero de 2014
Valorando el tiempo y el compromiso social
El tiempo, un concepto evidente en el quehacer tanto personal como en las empresas, es manejado en una forma tan restringida, que solamente se considera mayoritariamente en su tiempo presente o en el corto plazo, sin evaluar sus repercusiones en el largo plazo.
Dicho en otras palabras, el largo plazo o el futuro no existen, y en la mentalidad de muchas sociedades de manera tácita solamente se habla del aquí y del ahora. Y esto ha provocado por lo tanto que se busque la ganancia o el bienestar de manera rápida e individual, sin reparar en la existencia de los demás. Es decir: “primero yo y ahora”, sin percatarse que se vive dentro de una sociedad.
Todo esto conduce como alguien ya lo ha dicho, a una codicia que busca lograr todo en el presente sin considerar las llamadas externalidades o el riesgo moral. Un individualismo exacerbado que es enaltecido tanto en el ámbito escolar como en las películas o series de televisión en donde hay solamente un héroe, no un grupo, que es reconocido por su audacia y agresividad para lograr sus objetivos sin tomar en cuenta a los demás.
Creo que no es exagerado decir que actualmente impera la hibris o hybris, un concepto griego que puede traducirse como ‘desmesura’, y que en la actualidad alude a un orgullo o confianza en sí mismo muy exagerada.
Ante esta forma de ser, la responsabilidad social viene a ser una respuesta o contrapropuesta. Modelo de vida y de gestión, que está consciente de la existencia de un futuro, como consecuencia del presente, y buscar de algún modo una empatía o conciencia “del otro”.
La promoción y desarrollo de la responsabilidad social busca tener clara la conciencia de la existencia del otro, ya sea una persona o un llamado grupo de interés, pero no solamente en el presente que ya de suyo es importante, sino además crear un ambiente y condiciones adecuadas en este presente que tenga efectos positivos en el futuro tanto a título individual como para una empresa y para todos los involucrados con esta última.
Por todo lo antes mencionado, es necesario generar primeramente una conciencia social, contraponer ese modelo individualista que se nos ha impuesto desde hace ya algunas generaciones atrás, y que ha llegado a un extremo en el pasado reciente, siendo la causa de esa actitud apática e indolente en el presente tanto en las personas como en las empresas.
Revalorar el tiempo, y no considerar solamente el presente como si este fuera único, sino como la causa de lo que será el futuro y que se tiene una responsabilidad por ello.
Esa toma de conciencia de la convivencia social, aunada a una concepción real del tiempo, pasado, presente y futuro, son algunos de los principales factores para tener clara la responsabilidad que se tiene y por lo tanto responder adecuadamente a los requerimientos de dicha responsabilidad.
Es importante reafirmar que por ignorarla no es válido eximirse o rehuir de la responsabilidad social que se tiene.
Como alguien lo dijo ya también, el futuro es ahora, en la medida en que se está construyendo en el presente, y en la medida que mejor se construya este presente considerando la responsabilidad que se tiene para con los demás, se estará construyendo una sociedad mejor.
Seguiremos platicando …
Dicho en otras palabras, el largo plazo o el futuro no existen, y en la mentalidad de muchas sociedades de manera tácita solamente se habla del aquí y del ahora. Y esto ha provocado por lo tanto que se busque la ganancia o el bienestar de manera rápida e individual, sin reparar en la existencia de los demás. Es decir: “primero yo y ahora”, sin percatarse que se vive dentro de una sociedad.
Todo esto conduce como alguien ya lo ha dicho, a una codicia que busca lograr todo en el presente sin considerar las llamadas externalidades o el riesgo moral. Un individualismo exacerbado que es enaltecido tanto en el ámbito escolar como en las películas o series de televisión en donde hay solamente un héroe, no un grupo, que es reconocido por su audacia y agresividad para lograr sus objetivos sin tomar en cuenta a los demás.
Creo que no es exagerado decir que actualmente impera la hibris o hybris, un concepto griego que puede traducirse como ‘desmesura’, y que en la actualidad alude a un orgullo o confianza en sí mismo muy exagerada.
Ante esta forma de ser, la responsabilidad social viene a ser una respuesta o contrapropuesta. Modelo de vida y de gestión, que está consciente de la existencia de un futuro, como consecuencia del presente, y buscar de algún modo una empatía o conciencia “del otro”.
La promoción y desarrollo de la responsabilidad social busca tener clara la conciencia de la existencia del otro, ya sea una persona o un llamado grupo de interés, pero no solamente en el presente que ya de suyo es importante, sino además crear un ambiente y condiciones adecuadas en este presente que tenga efectos positivos en el futuro tanto a título individual como para una empresa y para todos los involucrados con esta última.
Por todo lo antes mencionado, es necesario generar primeramente una conciencia social, contraponer ese modelo individualista que se nos ha impuesto desde hace ya algunas generaciones atrás, y que ha llegado a un extremo en el pasado reciente, siendo la causa de esa actitud apática e indolente en el presente tanto en las personas como en las empresas.
Revalorar el tiempo, y no considerar solamente el presente como si este fuera único, sino como la causa de lo que será el futuro y que se tiene una responsabilidad por ello.
Esa toma de conciencia de la convivencia social, aunada a una concepción real del tiempo, pasado, presente y futuro, son algunos de los principales factores para tener clara la responsabilidad que se tiene y por lo tanto responder adecuadamente a los requerimientos de dicha responsabilidad.
Es importante reafirmar que por ignorarla no es válido eximirse o rehuir de la responsabilidad social que se tiene.
Como alguien lo dijo ya también, el futuro es ahora, en la medida en que se está construyendo en el presente, y en la medida que mejor se construya este presente considerando la responsabilidad que se tiene para con los demás, se estará construyendo una sociedad mejor.
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