La Responsabilidad Social, la Sustentabilidad y la Etica, son los Valores básicos para las

La Responsabilidad Social, la Sustentabilidad y la Etica, son los Valores básicos para las
En 1953, Howard R. Bowen definió a la Responsabilidad Social del Empresario como “…las obligaciones de los empresarios para seguir políticas, tomar decisiones o adoptar líneas de acción deseables en términos de los objetivos y valores de la sociedad”. ETICA Y SUSTENTABILIDAD: VALORES BASICOS PARA LAS EMPRESAS

25 de abril de 2016

Es cada vez más conocida y aplicada la Responsabilidad Social en México

Este artículo se publicó en el número de abril de la revista europea Social Value & Intangibles Review (página 35). http://ow.ly/4mZ8HM

Como una marea que de manera paulatina va creciendo en su fuerza y alcance, se podría describir el desarrollo y aplicación de la Responsabilidad Social en México, ímpetu que ha venido adquiriendo una mayor velocidad en los últimos años.

Si bien el concepto de Responsabilidad Social como actualmente se le conoce en prácticamente todo el mundo, se inició prácticamente en la década de los noventa del siglo pasado. En el caso de México me atrevo a decir que ha tenido tres momentos o estadios que en alguna forma convergen en este 2016.

Un primer momento se puede ubicar entre fines del siglo XIX y principios del XX en la ciudad de Monterrey, ubicada al noreste de México, a 200 kilómetros de la frontera con Estados Unidos y lejano a mil kilómetros de la ciudad de México, capital del país. Esta referencia a la distancia a la capital la menciono porque en esos tiempos por los pocos medios de comunicación existentes, los empresarios regiomontanos (gentilicio de Monterrey), tomaron su propio camino en cuanto al manejo y administración de sus empresas, sin tomar mucho en cuenta a lo que sucedía en el resto del país.

En el período antes mencionado, se registró un fuerte auge industrial en esa zona, que inclusive llega a nuestros días. Inicialmente se instaló la Cervecería Cuauhtémoc que aún existe, se construyó también la Fundidora de Acero de Monterrey, primera acerera de Latinoamérica que cerró en 1986; y una tercera empresa de nombre Vitro quien viene siendo un Spin-off de Cervecería, dedicada a la fabricación de productos de vidrio.

Estas tres empresas de importantes dimensiones se convirtieron en el ícono de la ciudad y la región. Pero lo importante en este caso, es que ellas pusieron en práctica lo que ahora se maneja dentro de la Responsabilidad Social, primordialmente con sus grupos de interés internos, sus empleados. Siendo esto algo totalmente nuevo tanto en Monterrey como en el resto del país.

En 1918 en la Cervecería se constituye la Sociedad Cooperativa de Ahorros e Inversiones para los Empleados y Operarios de la Cervecería Cuauhtémoc, S.A., para fomentar el desarrollo integral de su personal y sus familiares. Sus objetivos eran proporcionar despensas, así como ofrecer servicios médicos que incluía tanto al propio personal como para sus familias, caja de ahorros, descuentos, deportes, cursos y becas, entre otras prestaciones. Además de otorgar créditos para vivienda en casas construidas por la propia empresa.

Aunque ya no existe como cooperativa, la Sociedad se mantiene hasta la actualidad.

También a comienzos del siglo XX tanto Vitro como Fundidora inician modelos de otorgamiento de créditos de vivienda para su personal, así como servicios de atención médica.

Estas empresas de alguna manera se convierten en íconos de este tipo de atenciones a su personal, ejemplo que va cundiendo en el resto del país en diversos grados y modalidades, ya sea en atención médica o en otros servicios. Condicionado a las características de las empresas, su tamaño y la visión o actitud de los dueños y directivos.

 Segundo Momento
Un segundo momento en atención a la Responsabilidad Social vino por parte del gobierno, cuando en la Constitución de 1917 que actualmente sigue vigente, su artículo 123 consagra el derecho al trabajo, mencionando los principales derechos y obligaciones tanto de los trabajadores y de los ahora llamados empleadores (patrones). En ese artículo se establece también la figura del Salario Mínimo.

Textualmente el texto sobre dicho salario decía lo siguiente: “deberá ser suficiente para satisfacer las necesidades normales de la vida del obrero, su educación y sus placeres honestos, considerándolo como jefe de familia”. Sin embargo al paso del tiempo aunque sigue existiendo, solamente se usa como punto de referencia, ya que su monto es muy bajo para las necesidades actuales de cualquier persona.

En cualquier caso, su sola mención implica el pago mínimo que debe recibir el empleado por parte de una empresa.

Posteriormente se promulga la Ley Federal del Trabajo en 1931, la cual reglamenta todos los aspectos del artículo 123 de la Constitución. Esta ley fue derogada cuando se promulgó la nueva Ley Federal del Trabajo en 1970, la cual actualiza la anterior y agrega nuevos elementos que no consideraba la legislación laboral previa.

Uno de esos aspectos que no consideraba la ley anterior era la seguridad social principalmente en materia de salud, aspecto que fue atendido con la creación del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), una Institución del gobierno federal, autónoma y tripartita (Estado, Empleadores (Patrones) y Trabajadores), dedicada a brindar servicios de salud y seguridad social a la población que cuente con afiliación al propio instituto.

Está considerada como la institución de seguridad social más grande de América Latina; fundada el 19 de enero de 1943.

La ley del Seguro Social es el marco legislativo bajo el que rige sus operaciones el IMSS. Señalando que la seguridad social tiene como finalidades:
  • La asistencia médica.
  • La protección de los medios de subsistencia.
  • Los servicios sociales necesarios para el bienestar individual y colectivo.
  • El otorgamiento de una pensión que, en su caso y previo cumplimiento de los requisitos legales, será garantizada por el Estado.

Cabe señalar que actualmente esta institución pasa por serios problemas financieros, sin embargo, es inimaginable su desaparición por ser el servicio médico prácticamente gratuito para todos los empleados formales del país, además de contar con una gran cantidad de servicios como guarderías, talleres y cursos de diversa índole en prácticamente todo el país.

Posteriormente el gobierno del país creó el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit). Siendo fundado el 21 de abril de 1972, e inicia actividades el 1 de mayo, fecha en que se celebra en México el “Día del Trabajo”.

Es una institución tripartita donde participa el sector obrero, el sector empresarial y el gobierno, dedicada a otorgar crédito para la obtención de vivienda a los trabajadores, y brindar rendimientos al ahorro que está en el Fondo Nacional de Vivienda para las pensiones de retiro.

Está considerado como el mayor prestamista hipotecario en América Latina, con más de 5 millones de hipotecas en sus libros y una nueva agregada cada 53 segundos.

Cabe señalar que ambas instituciones previamente mencionadas, tomaron como modelo para su creación, las organizaciones creadas por las empresas de Monterrey antes señaladas.

En esas fechas nadie hablaba en el país de Responsabilidad Social, concepto prácticamente desconocido.


Tercer Momento
El tercero y último momento se inicia cuando el Centro México para la Filantropía (Cemefi), asociación civil fundada en diciembre de 1988, inicia a fines de la década de los noventa del siglo pasado, la promoción de la gestión responsable de las empresas.

Cemefi es miembro de AliaRSE (la Alianza para la Responsabilidad Social Empresarial), que agrupa a Cámaras y Asociaciones empresariales para la promoción de la gestión responsable y sustentable de las empresas.

Para la promoción de la Responsabilidad Social Cemefi utiliza dos sistemas: El Distintivo ESR (Empresa Socialmente Responsable), que se entrega a las empresas que cumplen los requisitos de la evaluación respectiva y el Intercambio de Mejores Práctica para alentar la sinergia entre dichas empresas.

El Distintivo que celebró sus XV años el pasado 20015, es considerado como un parteaguas para el desarrollo y fortalecimiento de la RSE en México y Latinoamérica. En esta ocasión se otorgó a 1,126 empresas, y de ellas 213 lo alcanzaron por primera vez.

Una empresa que obtiene el Distintivo ESR ha sustentado con documentos (evidencias comprobatorias), que cuenta con un alto índice de responsabilidad social.

Este reconocimiento se otorga anualmente y es buscado de manera voluntaria por cualquier tipo de empresa y requiere refrendarse también anualmente.

Existen además unos certificados promovidos por el gobierno también voluntarios enfocados al aspecto ecológico; el de Industria limpia y de Industria segura. Ambos son otorgados por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente.

Adicionalmente, desde el año 2007, Empresa Responsable, A.C. en alianza con el Consejo Latinoamericano de Calidad Humana y Responsabilidad Social, A.C., han impulsado la implantación de la Norma CRESE y la obtención del certificado CRESE de calidad humana y responsabilidad social en las empresas de México principalmente.

Todo esto ha servido para que cada vez sea mayor el número de empresas gestionen su operación en forma socialmente responsable.

 Conclusiones
Si bien estas acciones mencionadas han servido para promover la Responsabilidad Social, todavía falta mucho por hacer según diversos analistas.

Lo primero que deben hacer las empresas mexicanas, es alinear sus acciones socialmente responsables con sus objetivos de negocios.

En una encuesta levantada en 2013 por la consultora Responsable, más de 60% de los trabajadores respondió que, para su compañía, la responsabilidad social es importante, aunque 85% considera que el sector aún no madura.

Bryan Husted, profesor de Negocios y Sustentabilidad en Schulich, dice que las prácticas más comunes de responsabilidad tienen que ver con los procesos internos de las compañías, y al exterior, las empresas nacionales se enfocan más en los temas sociales y medio ambientales.

En suma, el principal reto para las empresas mexicanas coinciden los especialistas es que la responsabilidad social empresarial se convierta en parte del día a día del funcionamiento de las compañías, además de poder atraer a las Pymes a este modelo de gestión que lo ven lejano por considerarlo de elevado costo.


11 de abril de 2016

Cultura, Economía y Responsabilidad Social

Es poco común el ver relacionado o ligado el tema de Responsabilidad Social con aspectos culturales y económicos, como si dichas temáticas pertenecieran a mundos diferentes y más todavía distantes, sin embargo considero que tienen mucho que ver entre ellas.

El hablar de la Responsabilidad Social ya sea empresarial o individual, lleva implícito el tener clara conciencia de la existencia de los demás como lo dice la más común de sus definiciones, percatarse del impacto que tienen las propias actividades sobre el resto de la sociedad o en parte de ella.

Pero la generación de esa conciencia no se da porque sí, implica el generar y desarrollar una cultura en la cual tanto las personas como las empresas además de percatarse de la existencia de “los otros”, fomente esa habilidad para medir y reconocer con pleno conocimiento y libertad, de las consecuencias de todo lo que se hace.

Tal vez suene obvio lo expresado en el párrafo anterior, pero quiero remarcarlo porque con el tiempo y su uso continuo algunas palabras como que se “desgastan” y se devalúan o se desvalorizan y pierden su significado real o su impacto en toda su dimensión.

Por lo anterior es necesario desde la casa y en la escuela procurar una cultura de percatarse de las consecuencias de todo lo que se hace y dice también, y esto, aunque suene tautológico lleva implícita la parte social.

Esto que en palabras puede sonar muy bonito, no es para quedarse únicamente en la parte filosófica o etérea, su implicación práctica implica de suyo el generar una convivencia sana tanto con amigos, extraños, clientes, proveedores y con la sociedad en general.

Al tener esa cultura responsable va permitir provocar la confianza, concepto clave en toda relación social; y permitirá también propiciar la cooperación, donde, ya sea individuos y/o empresas, trabajarán de manera conjunta y compartida para alcanzar un objetivo común.

Lo último mencionado se refiere también a la parte económica, ciencia social que ha perdido esta connotación original, enfilándose ahora únicamente a la búsqueda de las utilidades sin considerar sus repercusiones sociales.

Es así que ahora la Responsabilidad Social tiene ese hándicap, esa mentalidad económica pervertida donde el valor supremo es la utilidad, la obtención de ganancias en primera persona, a costa e inclusive en perjuicio de alguno sector o de países enteros. Las crisis financieras y el grave problema del calentamiento global son claras pruebas de esa degeneración o perversión mencionada.

La lección es clara, se requiere desaprender esa cultura egoísta e individualista, y rehacer el tejido social teniendo como hilo conductor la responsabilidad que genere y fomente la confianza y la cooperación y con ello una mejor convivencia social y también económica.

Poco o nada servirán los impresionantes avances tecnológicos y las llamadas redes sociales si no propician una verdadera integración social.

Seguiremos platicando …