Además de pedirle a las empresas un comportamiento
socialmente responsable, es necesario también que la sociedad en conjunto tenga
una conducta sostenible que sea igualmente responsable.
Hasta ahora, mucho se ha escrito sobre el significado y
efectos de la responsabilidad social, dirigido principalmente a las empresas,
siendo esto primordialmente por la relevancia que tiene este tipo de
organizaciones en la sociedad actual. Sin embargo, en el plano ecológico y en
su conjunto la sustentabilidad o mejor dicho de la sostenibilidad en el idioma
español, se ha escrito y hablado mucho también, pero de una manera más general,
invocando a la conciencia de empresas, gobiernos y sociedad en general, pero
todo esto lamentablemente considero ha dado pocos resultados, dados los
informes y resultados de investigaciones que se dan a conocer continuamente, en
los cuales se menciona un horizonte poco optimista para el planeta y sus
habitantes.
Es posible considerar que la visión en conjunto tanto de
gobiernos, empresas como de la sociedad en general es de corto plazo.
Específicamente se dice en un reciente informe las consecuencias ecológicas que
se prevén para el 2030 en relación al aumento de la temperatura.
Y si bien estamos en el 2014, a tan sólo 16 años para llegar
al 2030, este último año se ve muy lejano tanto para los directivos
empresariales, funcionarios públicos y para el ciudadano común. En el discurso
se habla mucho de pensar en las generaciones futuras, pero en la práctica quien
manda es el corto plazo, en el aquí y en el ahora, por lo que en realidad
sucede es que se pasa el asunto a la próxima generación; y cuando llegue esa
próxima generación culparán a sus antecesores de su situación y volverán a
pensar en el corto plazo.
Ese estigma o paradigma del corto plazo es un aspecto que
mucho ha sido la lógica para la toma de decisiones, tanto en el pasado como en
el presente.
Y ese paradigma es tan fuerte, que muchas de las soluciones
que se plantean actualmente son pensando en dicho corto plazo, solamente
adecuando o ajustando el modelo vigente.
Ejemplo de lo anterior es la generación de energía, el
petróleo que ha sido su base por al menos durante poco más de un siglo, es el
modelo que sigue vigente, por lo que muchos avances tecnológico buscan reducir
sus efectos contaminantes, pero poco se habla de considerar seriamente de
planear su obsolescencia, lo cual implica pensar en el mediano y largo plazo.
Estoy cierto que existen muchos intereses creados que por
obvias razones económicas no piensan en dejar de producir utilizar dicho
producto, por lo que se ve difícil que en el “corto plazo” las generaciones
actuales nos alcance un cmbio de paradigma en este aspecto.
Por lo que a mi modo de ver tendría que haber en el
multimentado dicho corto plazo, un fenómeno catastrófico de alcances mundiales
para pensar realmente en cambiar el modelo energético hasta ahora imperante.
Seguiremos platicando …