Recientemente en una publicación que hablaba sobre una
organización española dedicada a promover la Responsabilidad Social, se utilizó
una frase que me resultó por demás interesante y que considero cubre mucho del
fondo y trasfondo de dicha responsabilidad: se menciona que una organización
tiene como principal función el generar “Entornos de trabajo emocionalmente
saludables”.
Debo reconocer que la expresión me encantó porque encierra,
desde mi punto de vista, una de las principales obligaciones que tiene
cualquier organización, sea o no de lucro, y esto lo digo por la “sencilla
razón”, de que, en dicha organización, laboran, viven y conviven personas,
seres humanos aunque suene obvio.
Y dichos seres humanos aunque pueda sonar redundante,
sienten, y por lo tanto se emocionan; se enojan, ríen, en ocasiones lloran,
anhelan y se entristecen. Ningún empleado puede dejar “su humanidad” en la
puerta de la empresa, y funcionar como una máquina o robot dentro de ella.
Ahora bien, el que se diga que una de las principales
funciones de una organización es el de crear un entorno de trabajo
emocionalmente saludables, una forma de interpretarse puede ser el que el
personal sea feliz mientras esté trabajando. Puede que tal vez suene raro eso
de que la “persona esté feliz mientras labora”, pero: ¿Por qué no puede ser?
¿En dónde está escrito que no se pueda sonreír o ser feliz en el tiempo en que
se está en el centro de trabajo?
La formalidad en el actuar y comportarse no está reñido con
el buen humor y el bienestar.
Ya se ha dicho la cantidad de horas que se está en el
trabajo en relación a las horas de vida, siendo al menos un tercio, más el
tiempo mental cuando se está pensando en cosas por hacer, o preocupaciones
relacionadas al propio trabajo, tal vez no nos podemos deslindar de “la
chamba”, pero no es una maldición ni mucho menos.
En esa mencionada chamba están nuestros objetivos
profesionales, una posición que estamos buscando, o tal vez también el obtener
un ingreso determinado para un proyecto personal. Y ser psicólogo, creo que es
lo más sano y divertido estar en un ambiente saludable y positivo en el camino
para lograr el objetivo buscado.
En términos filosóficos tal vez, disfrutando el viaje que
nos lleve al objetivo buscado, y ese viaje puede ser en “una nave que se llama
organización”. Suena utópico, tal vez pero no para todos, he tenido la
oportunidad de conocer personas que sin considerar el puesto que ocuparon,
disfrutaron el “viaje” en la empresa para lograr sus objetivos personales y
profesionales. Los cuales de alguna manera están ligados.
Finalmente, estoy convencido que este es el propósito de
cualquier organización, generar ese entorno saludable, que por ello se tiene
que buscar ser sostenible o sustentable, siendo este el propósito último de la
sustentabilidad; propiciar un ambiente saludable; física o de manera ecológica,
pero también emocionalmente, y si no es así entonces; para qué. Al fin y al cabo
somos seres humanos.
Seguiremos platicando …