Aunque parezca un contrasentido, es necesario contar con una
sociedad más participativa para tener más y mejores empresas socialmente
responsables.
Hasta ahora, por lo que me ha tocado ver, gran parte de la
literatura dedicada a la Responsabilidad Social, esta principalmente dedicada a
la empresa, lo que puede o debe hacer para poder ser calificada dentro de esta
categoría.
Sin embargo, en esa literatura se menciona poco a la
sociedad, y cuando se habla de ella, parece que sea un ente pasivo y más aún, aislado
y sujeto a lo que haga o deje de hacer la empresa. En suma dos entidades
diferentes, distanciadas y con pocos aspectos que las unan, a lo sumo el
mercado, una es el cliente y el otro el proveedor.
Y bajo esta óptica se le recarga todo el peso de la
responsabilidad social a la empresa, la cual debe hacer por sí sola todo lo
necesario. Pero si bien es cierto que la empresa tiene que hacer lo conducente
para adquirir el calificativo de responsable, también la sociedad en este
aspecto tiene mucho que hacer.
En otras palabras se requiere que esta sociedad tenga un
papel más activo para que la empresa se conduzca en la forma deseada, tomando
en cuenta inicialmente que la empresa surge de la sociedad, vive y crece por
ella; y lo más importante adquiere todos los recursos que requiere, el
personal, materia prima y dinero de esa misma sociedad.
Y por esos recursos mencionado, la empresa es responsable
del uso positivo y productivo de todos ellos, por la sencilla razón que no son
de ella; es cierto que por decirlo de alguna manera los compra y los transforma
en bienes y servicios, lo que significa que su valor agregado es precisamente
esa transformación, pero de alguna manera siguen siendo de la sociedad.
Y desde esa perspectiva es precisamente que se requiere una
sociedad más activa que haga sentir su presencia en la empresa, y no dejar a
esta última que actúe de manera aislada y de acuerdo a sus propios intereses.
De alguna manera la sociedad misma ha permitido el
desarrollo de empresas egocéntricas y autistas que funcionen y operen sin tomar
en cuenta a la sociedad. Ahora se le reclama a la empresa el por qué no ha sido
responsable, cuando es la misma sociedad que ha permitido y dejado el que la
empresa se mueva y crezca como ella quiera.
En otras palabras se crean y desarrollan empresas legales
desde el punto de vista legal, pero qué tan legítimas son, tomando en cuenta
que dicha legitimidad es otorgada por la sociedad.
Muchas veces se le concede al gobierno el poder para conceder
esta legitimidad, cuando es precisamente una facultad de la sociedad el
otorgarla.
Hay que recordar el hecho de que aun siendo legal la
empresa, esta depende de la sociedad o del mercado por decirlo en términos
económicos, y es este (mercado o sociedad), el que finalmente decide si la
empresa triunfa o fracasa. Y es en base a este poder al menos, por el que se
ejerce la autoridad sobre la empresa.
Reitero, es aquí donde se requiere una sociedad más activa
que reclame la responsabilidad social a la empresa, la cual en términos
prácticos implica desde ofrecer productos con calidad, precios accesibles, del
trato justo y adecuado de su personal y ser consciente de su acción ecológica.
No solamente cumpliendo lo que la legislación señala, ya que esta señala lo
mínimo a realizar, sino ir más allá pensando en el beneficio de la sociedad por
ser de ella de quien recibe todos los recursos para su existencia.
Seguiremos platicando …