La llegada de la llamada “Cuarta Revolución Industrial” y
con ella el “internet de las cosas”, está poniendo en la palestra nuevamente el
papel que tiene el personal dentro de la empresa.
Es innegable el impresionante avance de las tecnologías de
la información que están teniendo un protagonismo en el internet de las cosas,
las cuales ya en el presente y más en el futuro cercano, vienen y vendrán a
sustituir mucho del trabajo realizado por personas; concretamente la robótica
es ya una realidad y no solamente ciencia ficción como la vimos en muchas
películas en el pasado reciente.
Creo que para comprender mejor lo antes mencionado, es
importante recordar en una perspectiva histórica, que desde la aparición de la
máquina de vapor, siendo la llamada primera revolución industrial, hasta
nuestros días, se ha presentado una pugna entre lo que puede hacer una máquina
versus el trabajo humano.
Durante prácticamente todo el siglo XIX hasta principios del
XX, la mano de obra fue considera una prolongación de la máquina, la cual era
necesaria debido a que la tecnología no estaba tan avanzada como en la
actualidad.
Con los primeros humanistas como Fayol entre otros y
posteriormente con las invaluables aportaciones de Peter Drucker, el concepto
del ser humano en la actividad productiva tuvo un drástico y notable avance,
buscando ubicar a la persona en un papel diferente en relación a la máquina o
los avances tecnológicos.
Ahora con la llamada Cuarta Revolución Industrial y el
internet de la cosas se vuelve a discutir esa que parece eterna dicotomía entre
el hombre y la máquina. Algo que considero es una dicotomía falsa, ya que el
ser humano no puede estar a la altura de una máquina por muy inteligente que esta
sea.
La búsqueda constante de incrementar la productividad ha
sido el principal argumento para los avances tecnológicos, siendo así vista en
términos económicos pero no en términos sociales o humanos.
Las máquinas y la tecnología en general deben ser para
mejorar la calidad de vida del ser humano y no para sustituirlo. Aun en el
extremo de tener una fábrica solamente con máquinas robotizadas, siempre o al
menos durante muchos años más se seguirá necesitando al ser humano al menos
para prender y apagar dicha maquinaria.
Por lo tanto considero, no se debe visualizar esto como si
el personal fuera un mal necesario y lo ideal fuera tener todo el centro
productivo lleno de robots. Un lugar donde no hay problemas por llegar tarde,
ausentismo, permisos para faltar, permisos por maternidad, y muchos otros aspectos
inherentes al ser humano, ya que finalmente los directivos son también seres
humanos.
La dimensión social siempre ha existido y existirá por la
sencilla razón que todo se hace en función del ser humano, aunque suene
redundante.
Por lo tanto y como antes se mencionó, la tecnología debe
ser vista para mejorar la calidad de vida del ser humano, esa su función desde
la invención del pico y la pala hasta el actual internet de la cosas.
Seguiremos platicando …