Es muy posible que al pensar en crear un negocio, la mayor
parte de las veces se piensa primero en la utilidad buscada, en cómo ganar más,
dejando al final el beneficio que se genera a la sociedad o bien a una parte de
ella con dicho negocio pretendido.
En otras palabras, se tiene una actitud egoísta pensando en
el beneficio propio inicialmente. Mentalidad que es común y muchas veces
calificada como normal, siendo este el paradigma imperante durante muchos,
muchos años.
Sin embargo, recientemente me enteré de un tipo de negocio
que considero no es común en cuanto a su giro y perspectiva.
Concretamente este negocio en cuestión está dedicado a la
atención de personas con problemas de diabetes. Específicamente se venden
productos alimenticios, dulces y pasteles inclusive, además de otros de diverso
tipo para quienes tienen este padecimiento.
Además como parte del mismo establecimiento, se hacen
pruebas de azúcar en la sangre para cualquier persona, inclusive a quienes no
tienen esta enfermedad, y se aplican inyecciones de insulina; todo esto a
precios accesibles a personas de escasos recursos.
Quien me lo platicó, me comentó además que el propietario no
tenía el capital para instalarlo, pero que pudo conseguir uno de los llamados
“inversionistas ángel”, quienes le diseñaron el modelo de negocio incluyendo un
plan financiero para la recuperación de la inversión.
Cuando me lo comentaron realmente me impresioné y también me
dio gusto el pensar que hay empresarios que desarrollan estos llamados negocios
sociales. Con este tipo de mentalidad que si bien buscan y es totalmente válido
que pretendan una utilidad, consideren primero ofrecer un servicio a una
comunidad importante de la sociedad, atendiendo no solamente a los diabéticos
sino además a sus familiares, facilitándoles los servicios médicos primarios
para su atención así como los alimentos que pueden ingerir sin mayor problema.
Pero además de los empresarios, también hay que reconocer la
existencia de estos inversionistas ángel que están dispuestos en arriesgar su
capital en giros poco convencionales.
Este tipo de ejemplos los considero plenamente de
Responsabilidad Social en el más amplio de los sentidos, que no están reñidos
con la rentabilidad y que ven esta última como un medio para atender un fin que
es la atención de personas con algún tipo de trastorno en salud.
Por todo lo anteriormente citado pregunto: ¿Qué tan
diferente sería el mundo y la sociedad en general si al crear negocio se
pensara primero en atender un problema social? en cómo resolverlo o al menos
atenderlo, pensando en su rentabilidad como un medio para su mantenimiento y
eventualmente su crecimiento.
Es un hecho, como se señaló en un principio, que la
mentalidad egoísta es la que ha imperado, y que al encontrarse con ejemplos
como el mencionado sean vistos como raros, no solamente por ser poco comunes,
sino por tener una perspectiva de negocio muy diferente a la gran mayoría.
Creo que de eso se trata la Responsabilidad Social, de
ayudarnos y apoyarnos como sociedad, utilizando todos los recursos inclusive
los económicos para mejorar el bienestar de todos los seres humanos.
Seguiremos platicando ….
1 comentario:
Muy interesante.
Tengo una oportunidad de negocio así: ayudar a las personas a sanar con un método nuevo, desarrollado en México. Quisiera conocer a un inversionista ángel para formar más expertos, consolidar la técnica y hacerla crecer. ¿Conoces alguno?
Publicar un comentario