Si bien la crisis financiera provocó pérdidas millonarias de dólares a escala mundial, ha puesto en evidencia una pérdida posiblemente más importante: los valores sociales; los cuales son los que realmente sostienen el desarrollo económico de cualquier sociedad; valores que ya eran promovidos a inicios del siglo XIX, a poco de haber comenzado la Revolución Industrial.
Ya en la época actual, con el impresionante auge tecnológico de los últimos 30 años, aunado a una creciente mentalidad desbordada de un liberalismo individualista y corto placista que corrompió los principios éticos de Adam Smith, propiciaron un crecimiento enorme de la actividad económica, pero corrupta en los principios que la sostenían, lo que no ha permitido la mejoría socioeconómica de la población en general; en suma, la actual crisis ya globalizada tiene su vicio de origen no en un liberalismo real, sino en un mercantilismo a ultranza.
Este fenómeno de búsqueda de riqueza en el corto plazo no es nuevo, y como antes lo mencioné, ya en el siglo XIX hubo personas que se dieron cuenta de ese individualismo exagerado y se preocuparon tanto por generar riqueza y en su distribución, y con una mentalidad que en términos actuales se podría calificar de sustentable.
Específicamente me refiero a los denominados “socialistas utópicos”: Robert Owen en Inglaterra, y Saint-Simon, Charles Fourier y Étienne Cabet en Francia, personajes que vivieron a principios del siglo XIX, y que fueron calificados con dicho sobrenombre por considerarse sus ideas muy idealistas y románticas, es decir fuera de la realidad y la mentalidad de aquella época, mentalidad que me atrevería a calificar muy similar a la de estos últimos 30 años, la que provocó la primera gran crisis del siglo XXI.
Sus ideas surgieron como respuesta a los serios problemas sociales que acarreaba el triunfo del industrialismo y el liberalismo individualista en Europa.
En términos muy generales las ideas que manejaban eran las siguientes:
• La importancia de la naturaleza, aunque ello no fue obstáculo para que fuesen favorables a la industrialización.
• Dedicaron sus esfuerzos a la creación de una sociedad ideal y perfecta, en la que el ser humano se relacionase en paz, armonía e igualdad.
• Sus metas habrían de alcanzarse mediante la simple voluntad de los hombres, es decir, pacíficamente, de ahí que sus seguidores se opusieran a las revoluciones y a acciones como la huelga.
• Pusieron al descubierto y denunciaron los perniciosos efectos del capitalismo, ahora denominado neoliberliasmo.
• Con el fin de paliar las injusticias y desigualdades emprendieron diversos planes, en los que primaron la solidaridad, la filantropía y el amor fraternal.
Robert Owen no solamente fue un pensador, sino que llevó sus ideas a la práctica en su propia empresa: se preocupó por darles casa a sus trabajadores, así como la supresión de las labores penosas y mantenimiento del salario en épocas de reducción de ventas.
Saint-Simon por su parte, entendía que todo lo que hicieran los gobiernos debía tender a mejorar la situación moral y material de los que trabajaban, y terminar con la pobreza y las guerras. Para ello, los sectores los productivos debían dirigir los destinos de la nación, ejerciendo cada vez menos gobierno (entendido como despotismo) y más administración.
Posteriormente, hace prácticamente un siglo, el presidente de Estados Unidos dijo: “Las empresas son un instrumento indispensable de nuestra moderna civilización, pero creo que ellas deben ser supervisadas y reguladas para que actúen para los intereses de la comunidad de forma completa”: Además creó leyes antimonopolio, de salud, seguridad, y estableció horarios de trabajo.
Creo que estas ideas son plenamente aplicables a la época actual, y están dentro de la ética, la sustentabilidad y la responsabilidad social.
Dicho lo anterior, es lamentable que cerca de 200 años después de los socialistas utópicos y con los notables avances tecnológicos actuales, todavía se tengan los mismos problemas sociales de aquel entonces; aunque por otro lado, podemos aprender de las experiencias de esos pensadores, de lo logrado en materia social en las pasadas dos centurias, y aprovechar los mencionados avances tecnológicos para lograr un mundo mejor.
Tal vez también pueda calificarse también de utópica la aseveración anterior, pero el no aprender de las experiencias vividas por la humanidad y retomar los valores sociales, las crisis y sus magnitudes como la que ahora vivimos serán recurrentes y con resultados desastrosos.
Seguiremos platicando …
Empresa: Una Institución Social encargada del Desarrollo Humano, a través de la Inversión y el Trabajo
La Responsabilidad Social, la Sustentabilidad y la Etica, son los Valores básicos para las
30 de septiembre de 2009
23 de septiembre de 2009
Ahora es el momento para darle un gran impulso a la ética
A raíz del primer aniversario del anuncio de la quiebra de Lehman Brothers el pasado 15 de septiembre, fecha que se reconoce ya como la formalización de la crisis financiera y económica que se ha vivido en este 2009, he podido encontrarme con diversas lecturas que reiteran la necesidad de darle mayor fuerza a la transparencia y al comportamiento ético en el mundo de los negocios.
Y si bien es cierto que en la cotidianidad muchos están o estamos buscando sobrevivir en medio de la hecatombe económica en la que nos encontramos, también es cierto que el mundo dentro de su globalización tiene que modificar las reglas del juego en las que opera para que no se vuelva a repetir una debacle de las actuales dimensiones.
Aunque se menciona que muchos quieren se mantengan las reglas igual antes de la mencionada fecha, lo cierto es que el gobierno de Estados Unidos y la Unión Europea están buscando por medio de diversas legislaciones restringir de alguna manera las actuaciones ambiciosas y de alto riesgo, actitudes que fueron de alguna manera las que provocaron toda la problemática de los pasados doce meses.
Estas acciones que sin duda son positivas en cuanto a encontrar formas para limitar y vigilar inversiones riesgosas y con poco sostén, la realidad es que se necesita algo más que eso, es necesario modificar en el fondo la mentalidad que se viene manifestando desde los ochenta, en donde el gobierno tiene una participación mínima, junto con un individualismo exagerado y un liberalismo entendido como un libertinaje al estilo de la ley de la selva.
Políticos y académicos en diversas formas, se encargaron en los pasados 20 años de adoctrinar e inculcar a la población en general y a los estudiantes en particular, que se preocuparan por sobresalir a costa de los demás, que no se consideraran como parte de la sociedad, y que los problemas de contaminación eran responsabilidad del gobierno.
La ética y el civismo en sus aspectos más básicos se han venido manejando como temas de sobremesa, pero que en la práctica no tienen la mayor utilidad. Las consecuencias de todo ello es ahora lo que estamos pagando, no solo una crisis financiera, sino peor aún, una crisis de confianza que se traduce en una inmovilidad que se traduce en una recesión de efectos mayúsculos.
Los empresarios no quieren invertir por el temor a no vender, los bancos no prestan por temor a que no se les pague, y la gente no compra por temor a no tener dinero a futuro ante la posibilidad de perder el empleo; círculo vicioso en el cual ahora nos encontramos en diversos grados y escalas.
La confianza es tal vez uno de los ingredientes para romper el mencionado círculo vicioso, y la ética su principal fundamento para recobrarla; y esto no se logra a través de alguna legislación, sino por medio de una actitud diferente que considere al individuo como parte de la sociedad y no ente aislado.
En pocas palabras, se requiere un cambio de mentalidad que vuelva a la globalización, fenómeno irreversible, en algo positivo para toda la humanidad y no solo para unos cuantos; aprovechar los avances tecnológicos para detener la hambruna, la pobreza y el calentamiento global.
Esta crisis fue un gran aviso de algo peor que puede venir en el corto plazo si no se actúa desde ahora.
Seguiremos platicando …
Y si bien es cierto que en la cotidianidad muchos están o estamos buscando sobrevivir en medio de la hecatombe económica en la que nos encontramos, también es cierto que el mundo dentro de su globalización tiene que modificar las reglas del juego en las que opera para que no se vuelva a repetir una debacle de las actuales dimensiones.
Aunque se menciona que muchos quieren se mantengan las reglas igual antes de la mencionada fecha, lo cierto es que el gobierno de Estados Unidos y la Unión Europea están buscando por medio de diversas legislaciones restringir de alguna manera las actuaciones ambiciosas y de alto riesgo, actitudes que fueron de alguna manera las que provocaron toda la problemática de los pasados doce meses.
Estas acciones que sin duda son positivas en cuanto a encontrar formas para limitar y vigilar inversiones riesgosas y con poco sostén, la realidad es que se necesita algo más que eso, es necesario modificar en el fondo la mentalidad que se viene manifestando desde los ochenta, en donde el gobierno tiene una participación mínima, junto con un individualismo exagerado y un liberalismo entendido como un libertinaje al estilo de la ley de la selva.
Políticos y académicos en diversas formas, se encargaron en los pasados 20 años de adoctrinar e inculcar a la población en general y a los estudiantes en particular, que se preocuparan por sobresalir a costa de los demás, que no se consideraran como parte de la sociedad, y que los problemas de contaminación eran responsabilidad del gobierno.
La ética y el civismo en sus aspectos más básicos se han venido manejando como temas de sobremesa, pero que en la práctica no tienen la mayor utilidad. Las consecuencias de todo ello es ahora lo que estamos pagando, no solo una crisis financiera, sino peor aún, una crisis de confianza que se traduce en una inmovilidad que se traduce en una recesión de efectos mayúsculos.
Los empresarios no quieren invertir por el temor a no vender, los bancos no prestan por temor a que no se les pague, y la gente no compra por temor a no tener dinero a futuro ante la posibilidad de perder el empleo; círculo vicioso en el cual ahora nos encontramos en diversos grados y escalas.
La confianza es tal vez uno de los ingredientes para romper el mencionado círculo vicioso, y la ética su principal fundamento para recobrarla; y esto no se logra a través de alguna legislación, sino por medio de una actitud diferente que considere al individuo como parte de la sociedad y no ente aislado.
En pocas palabras, se requiere un cambio de mentalidad que vuelva a la globalización, fenómeno irreversible, en algo positivo para toda la humanidad y no solo para unos cuantos; aprovechar los avances tecnológicos para detener la hambruna, la pobreza y el calentamiento global.
Esta crisis fue un gran aviso de algo peor que puede venir en el corto plazo si no se actúa desde ahora.
Seguiremos platicando …
14 de septiembre de 2009
A 150 años del inicio de la industria petrolera
Entre tanta noticia e información que se genera diariamente pasó de largo recordar un importante evento que marcó en mucho el pasado siglo XX, y considero sin exagerar, que está siendo un punto de inflexión para la actual centuria.
Específicamente me refiero a que el 27 de agosto de 1859 (hace 150 años), Edwin L. Drake, cerca de la población de Titusville en el estado de Pensilvania en Estados Unidos, hizo lo que puede calificarse como el primer pozo petrolero con el cual se inició la industria petrolera y con ella, toda la industria petroquímica de la cual todos somos beneficiarios; aunque por otro lado también, es la causante de los severos problemas de contaminación que ahora estamos viviendo.
Aunque no se puede asegurar plenamente que el pozo de Drake fuera el primero construido con el propósito de extraer petróleo, lo cierto es que fue el primero en el que se utilizó una técnica novedosa en la época, que permitió profundizar en la tierra sin verse expuesto a sufrir el colapso del terreno que terminaba taponando cualquier perforación.
Y si bien el petróleo se conoce desde tiempos inmemoriales, el hecho de realizar pozos y el utilizarlo de forma intensiva y extensiva hasta convertirse en la principal fuente energética en la actualidad, comenzó prácticamente desde la fecha mencionada, marcando con ello el destino de la civilización humana, tanto por el uso que se le ha dado hasta ahora, como el poder ser de ahora en adelante, el punto de referencia de lo que tienen que ser las denominadas fuentes alternas de energía.
Hay que recordar que el desarrollo del motor de combustión interna, se basó en la gasolina que se empezó a extraerse de este producto, que en su momento era desechada por no tener una aplicación práctica, y que se obtenía como consecuencia de producir otros productos para el alumbrado de aquella época.
El comentar estos hechos anecdóticos nos muestra una vez más que estos logros como muchos otros en la historia, han surgido por circunstancias meramente coyunturales, sin considerar las consecuencias positivas o negativas en el futuro.
Es por esto que ahora cada vez más se le pone ya un especial énfasis a la sustentabilidad, considerando la responsabilidad social que tienen las generaciones actuales con las generaciones futuras.
Es innegable agradecerle al petróleo y a toda la ingeniería desarrollada todas las comodidades con las que actualmente contamos, sin embargo, es importante también los efectos han tenido dichos logros alcanzados.
El recordar esta fecha nos sirve para conocer el inicio de una era que ha sido tal vez la más importante en cuanto al desarrollo tecnológico logrado, y que sin embargo, además de ser un recurso limitado ha tenido severas repercusiones ecológicas, por lo que es necesario comenzar de ya una nueva era, modificar radicalmente los paradigmas sostenidos en estos pasados 150 años, ver a la naturaleza como un aliado y no solamente como una fuente de explotación que posiblemente se pensó inconmensurable.
Seguiremos platicando …
Específicamente me refiero a que el 27 de agosto de 1859 (hace 150 años), Edwin L. Drake, cerca de la población de Titusville en el estado de Pensilvania en Estados Unidos, hizo lo que puede calificarse como el primer pozo petrolero con el cual se inició la industria petrolera y con ella, toda la industria petroquímica de la cual todos somos beneficiarios; aunque por otro lado también, es la causante de los severos problemas de contaminación que ahora estamos viviendo.
Aunque no se puede asegurar plenamente que el pozo de Drake fuera el primero construido con el propósito de extraer petróleo, lo cierto es que fue el primero en el que se utilizó una técnica novedosa en la época, que permitió profundizar en la tierra sin verse expuesto a sufrir el colapso del terreno que terminaba taponando cualquier perforación.
Y si bien el petróleo se conoce desde tiempos inmemoriales, el hecho de realizar pozos y el utilizarlo de forma intensiva y extensiva hasta convertirse en la principal fuente energética en la actualidad, comenzó prácticamente desde la fecha mencionada, marcando con ello el destino de la civilización humana, tanto por el uso que se le ha dado hasta ahora, como el poder ser de ahora en adelante, el punto de referencia de lo que tienen que ser las denominadas fuentes alternas de energía.
Hay que recordar que el desarrollo del motor de combustión interna, se basó en la gasolina que se empezó a extraerse de este producto, que en su momento era desechada por no tener una aplicación práctica, y que se obtenía como consecuencia de producir otros productos para el alumbrado de aquella época.
El comentar estos hechos anecdóticos nos muestra una vez más que estos logros como muchos otros en la historia, han surgido por circunstancias meramente coyunturales, sin considerar las consecuencias positivas o negativas en el futuro.
Es por esto que ahora cada vez más se le pone ya un especial énfasis a la sustentabilidad, considerando la responsabilidad social que tienen las generaciones actuales con las generaciones futuras.
Es innegable agradecerle al petróleo y a toda la ingeniería desarrollada todas las comodidades con las que actualmente contamos, sin embargo, es importante también los efectos han tenido dichos logros alcanzados.
El recordar esta fecha nos sirve para conocer el inicio de una era que ha sido tal vez la más importante en cuanto al desarrollo tecnológico logrado, y que sin embargo, además de ser un recurso limitado ha tenido severas repercusiones ecológicas, por lo que es necesario comenzar de ya una nueva era, modificar radicalmente los paradigmas sostenidos en estos pasados 150 años, ver a la naturaleza como un aliado y no solamente como una fuente de explotación que posiblemente se pensó inconmensurable.
Seguiremos platicando …
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