En los prácticamente ocho años que lleva el presente milenio, se ha venido incrementando el número de certificaciones y/o normas de Responsabilidad Social, llegándose a decir que existen ya cerca de 300 a escala mundial; si bien esto es positivo en cuanto a que representa el auge e importancia que ha venido adquiriendo la Responsabilidad Social, por otra parte implica una gran complejidad en términos de la enorme diversidad de ideas y términos de lo que significa ser realmente socialmente responsable.
Aunado a lo anterior, surge también la pregunta hecha por muchos: ¿Para qué sirve una certificación o norma que no es obligatoria para las transacciones de cualquier empresa? O dicho en otras palabras; ¿Cuál es su utilidad o rentabilidad para obtener y cumplir con ciertos estándares?
Los planteamientos mencionados en los dos párrafos anteriores se dan como una consecuencia de que no existe una definición única del concepto de Responsabilidad Social, y que para algunos es solamente una actividad filantrópica en donde en el mejor de los casos se tienen una fundación para apoyar cierto tipo de actividades o para algunas comunidades específicas. Y para otros en cambio, es un modelo de gestión de negocio, en el cual, en una etapa superior, la empresa se convierte en un instrumento de desarrollo social y económico tanto para su personal como para la sociedad y tienen una visión de sustentabilidad.
Por otro lado, también se considera la imagen que tiene la sociedad en general sobre el comportamiento ético en todos los sentidos que puede tener una empresa, tal vez esto no fue visto como algo importante hace al menos un par de décadas, sin embargo, ahora a la sociedad (en diversos grados según el país), ya le interesa saber qué tan honesta es la empresa en la producción de los bienes o servicios que elabora, y en qué forma utiliza la riqueza que genera.
En ambos casos, las certificaciones o normas existentes son precisamente la diversidad de enfoques que existen sobre el cumplimento de la Responsabilidad Social, y se convierten por ello en un reconocimiento público por un tercero, de que la empresa esta actuando en una forma socialmente responsable.
Este reconocimiento le sirve a la empresa para tener una imagen positiva inicialmente con su personal que se puede reflejar en productividad, lealtad y menor rotación; y con sus proveedores y clientes que la pueden considerar una empresa confiable en sus operaciones comerciales.
Siendo esto último la razón primordial para obtener una certificación o el estar adherido a determinada norma. Si esto ya era algo importante en épocas anteriores, a partir del gran fraude de Enron, y más aun con el origen de la actual crisis financiera, la sociedad en general ya se ha vuelto más exigente con el comportamiento de las empresas, sin importar su giro o tamaño.
Ahora bien, aunque hasta ahora no existe una obligatoriedad legal o comercial para el cumplimiento de alguna norma o certificación en particular, el adherirse en alguna de ellas mejora su imagen y reputación en la comunidad social o de negocios en donde opera.
Por lo anterior, la decisión por parte de la dirección de la empresa de involucrarse en alguna norma, implica una decisión estratégica, y principalmente un compromiso tanto interno como con la sociedad, de cumplir con las obligaciones y deberes que todo ello implica.
La pregunta en este caso es: ¿Está dispuesta la dirección de la empresa a sostener y respetar dicho compromiso?
¿Cuál es la mejor norma o certificación?
Si la respuesta a la pregunta es afirmativa, luego entonces ¿cuál norma o certificación a seguir? A lo anterior considero que no hay mejores o peores, en todo caso la opción es en función del camino que tomará la empresa al seguir determinada norma, y si la empresa está dispuesto a seguirlo, y el grado de compromiso a la que se verá obligada, ya que no daría una imagen positiva el estar sustituyendo normas o certificaciones en el transcurso de los años.
A lo anterior se podría agregar el evaluar cuál le conviene en cuanto tipo y ubicación de sus clientes y proveedores, y más importante todavía el considerar la mejora del ambiente laboral dentro de la propia empresa en función de la norma o certificación a seguir.
Como conclusión, se cual fuere la norma o certificación pretendida, implica un avance en el cumplimiento de la Responsabilidad Social de la empresa.
Seguiremos platicando …
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