Uno de los métodos muy extendidos para luchar contra la
corrupción son los llamados códigos de ética en todas sus modalidades. Y si
bien su intención a todas luces es positiva, pregunto: ¿Estos es suficiente
para terminar con este problema?
Sin querer ser pesimista creo que la respuesta es negativa.
Sin embargo creo que es un buen principio para que las empresas e instituciones
en general, tengan un documento que en forma explícita rechacen este tipo de
comportamiento entre sus miembros.
Y creo que la respuesta es negativa, ya que la corrupción no
se podrá detener con un escrito. Dicen por ahí que el “camino al infierno está
lleno de buenas intenciones”. La corrupción nos remite a los valores y la
cultura en general.
Tanto en México como en muchos otros países, este modelo de
comportamiento se ha vuelto por así decirlo en algo natural; es decir, todos de
alguna manera y en algún momento hemos realizado un acto corrupto; y si bien
sabemos que no es lo correcto, lo pasamos por alto justificándolo por el
objetivo que se busca. En otras palabras: “el fin justifica los medios”.
Y si bien son “actos pequeños” (quién sabe qué sea eso), si
sumamos los de todos entonces nos encontramos en una sociedad corrupta.
Y si esto es un problema, creo que hay uno mayor cuando la
corrupción se convierte en un modo de vida para una persona o una organización,
definiendo a esa persona, organización o sector social corrupta por
antonomasia, tal es el caso de los políticos que de entrada son etiquetados con
dicho calificativo.
Y si esto es el caso: ¿Será un código de ética suficiente
para que un político no sea corrupto, corruptible y corruptor? De no nuevo
insisto, no creo que esto sea suficiente.
Si este es el caso. ¿Qué se requiere hacer para evitar que
surja la corrupción antes de que nazca? Se dice que los países nórdicos son
poco corruptos o corruptibles, por lo tanto: ¿Qué han hecho en esos países para
que la población se comporte de acuerdo a las reglas establecidas sin tener a
un policía a un lado
Hablando como cualquier ciudadano sin ser experto en la
materia, creo que la respuesta a la última pregunta es a través de inculcar
valores con el ejemplo; si los padres de familia, los maestros y las figuras
públicas ya sean músicos, actores, actrices y políticos tienen un
comportamiento ético, esto será aprendido por las nuevas generaciones. Esto no
es fácil ni rápido, pero es necesario generar un ambiente social en donde la
corrupción sea vista como algo raro, poco común y que no sea considerada como
algo normal, tal como actualmente sucede.
Hay que llegar al momento en que cualquier relación
comercial o de negocios, los involucrados no desconfíen desde el inicio de su
relación de su contraparte, o bien, el sentirse engañados simplemente por
alguien que proviene de un sector ya etiquetado de corrupto.
Tal vez lo mencionado en los dos últimos párrafos suene a
utopía y lo reconozco, pero en cualquier caso hay que hacer algo para reducir a
su mínima expresión este problema que tiene enferma a toda la sociedad, que de
continuar creciendo, terminará con nuestra vida social en todos los órdenes. O
en otras palabras, terminará con lo sociedad en el más amplio de sus sentidos.
Seguiremos platicando ...
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