Responsabilidad Social y negocio son términos que pocas
veces van unidos posiblemente por considerarse excluyentes, tal vez pensando
que lo social no considera el aspecto económico, idea que dista mucho de ser
real.
Lo social, considero, es el concepto básico en toda relación
humana incluyendo las transacciones comerciales, realizándose estas últimas aún
de manera tácita, en base a una responsabilidad que tiene como base la
confianza entre las partes negociadoras.
De manera más concreta con lo anterior me refiero a un
ejemplo que creo que puede ser utilizado en diferentes escenarios y es el de la
educación, específicamente en las universidades.
Cuántas escuelas que se denominan como universidades es
decir, de educación superior, que dicen formar a sus estudiantes con una
preparación profesional, realmente ofrecen una educación a ese nivel y más aún,
“le venden” por así decirlo, la idea a sus educandos que les será más fácil
lograr un buen empleo con la profesión adquirida.
Estas susodichas escuelas están manejando el concepto
negocio en el sentido más peyorativo posible, ganando dinero pero sin compensar
realmente a quien está pagando por la preparación buscada. Ofrecen sus
servicios educativos a precios accesibles para un estrato social determinado,
con una fuerte carga académica en cada ciclo para que terminen rápidamente y
además dándoles la facilidad de repetir algún curso reprobado hasta cuatro o
más veces.
Ante dicho escenario la pregunta es: ¿Está recibiendo el
estudiante una formación profesional; o en el mejor de los casos solamente lo
están cargando de información para su memoria pero sin entender su real y
verdadero significado de todo lo visto en clase?
En términos más generales, qué tan socialmente responsable
es la escuela como para otorgar el título profesional a sus egresados y decir
que están técnica y profesionalmente preparados para ejercer la profesión
adquirida.
Qué tan real es el común anuncio que ofrece una preparación
completa en un tiempo mínimo y con precios accesibles.
No estoy en contra que la educación tenga un costo, pero
considero que no es válido ofrecer “diamantes a precio bajo, cuando en realidad
solamente se están dando brillantitos”. Esto no es negocio, más bien es un
fraude.
Desde el punto de vista ético, se está lesionando la parte
aspiracional que todo ser humano legítamente tiene, que a cambio de una
cantidad de dinero puede ser resuelta de manera rápida y con un mínimo de
esfuerzo.
Es en este tipo de aspectos donde adquiere su verdadera
valía la responsabilidad social la cual no está reñida con el negocio, pero
este tiene que estar basado en una relación “ganar-ganar”. Siendo la escuela
responsable de ofrecer una real educación y formación profesional, teniendo
como contraparte el estudiante la responsabilidad de ser un verdadero
estudiante.
Lo anterior puede sonar tal vez utópico por decirlo de
manera decente, pero es el comportamiento ético en las relaciones personales y
profesionales donde se pone de manifiesto la responsabilidad social.
Seguiremos platicando ....
Blog: http://atamayon.blogspot.com
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