La aparente lejanía de algunos sucesos a escala mundial y
que potencialmente pueden tener graves repercusiones, se hayan desvinculados de
la atención y opinión pública general, dejándole a “otros” su atención y
cuidado.
Lo anterior lo refiero a una situación actual específica
como es el caso del virus del ébola, el cual está provocando un elevado índice
de mortalidad en la población de algunos países africanos, situación que se
vuelve más dramática aún, por no existir una vacuna para poder defenderse y
atacar dicho virus en el ser humano.
Da la impresión que por encontrarse en un lugar específico y
lejano para los países americanos y europeos, su eventual contagio es mínimo, y
esto aunque pueda ser cierto, no reduce la realidad ante la cual se encuentran
seres humanos que están afectado por este mal, o peor todavía, los niños que
han quedado huérfanos por la muerte de sus padres víctimas de esta grave
enfermedad.
Ante tal escenario la pregunta es: ¿existe alguna
responsabilidad para la población, gobiernos e instituciones de diversa índole,
para atender este problema al que se encuentra sometida una enorme población
del mundo?
Gracias a la tecnología actual, los diversos medios de
comunicación a escala global, dan una clara y precisa imagen de lo que está
sucediendo en la zona afectada, y para resolverla, diversos especialistas
mencionan que se requieren grandes cantidades de dinero para invertir en
investigación y crear una vacuna, sin embargo pocos son los que están
dispuestos a invertir en ello. Y tal vez esto sea, según mi opinión, porque es
un problema “de otros” que no le incumbe al resto de la sociedad.
Por el contrario, hemos visto y ahora seguimos viendo, que
Brasil requirió de enormes inversiones para las instalaciones y organización
del mundial de futbol, y ahora lo sigue haciendo para las Olimpiadas del 2016.
Para estos eventos si hay muchos y suficientes recursos monetarios, pero en la
atención de un grave problema de salud no hay dinero.
Alguien puede decir, lo cual es válido, que en los eventos
de Brasil hay negocio, y por ello le es posible obtener los recursos, en cambio
en la atención de una epidemia en Africa no hay rendimientos.
¿A tal grado ha llegado la insensibilidad humana que solo
cuando hay posibilidad de negocio lo atiende y se preocupa? ¿La Responsabilidad
Social a nivel planetario se desliga de la epidemia del ébola en Africa? ¿Dónde
está la ética en este caso?
Y no es tampoco un aspecto de filantropía, es algo más.
Recodemos el origen del viagra. El Sildenafil o Citrato de Sildenafil, fue
desarrollado en los laboratorios Pfizer para tratar la angina de pecho. En la
primera fase de las pruebas clínicas la droga resulto tener pocos efectos en la
angina, pero produjo "reacciones adversas". El maravilloso
medicamento generaba erecciones intensas.
Como en este caso, es posible que con dinero utilizado en la
investigación se encuentre algo más que la vacuna. Pero mientras se logre
obtener dicho remedio, una enorme cantidad de población necesita apoyo de la
humanidad, y en su atención se requieren crear algunos modelos de negocio que
tengan algún incentivo pecuniario.
Afortunadamente existen historias en las que con decisivo
apoyo se han podido atender las necesidades de diversas poblaciones. Esto sería
la Responsabilidad Social en acción.
Seguiremos platicando …
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