Actualmente ya se ha venido convirtiendo en práctica común llamar capital humano al otrora conocido como departamento de personal o de recursos humanos, buscando con ello dignificar el verdadero valor de la persona, y aunque el nombre alude el aspecto financiero, su sentido debe ir mucho más que considerar un rendimiento.
Tal vez porque no se encontró un nombre más apropiado, o tal vez la razón sea precisamente el de utilizarlo y aprovecharlo lo más posible, pero si este fuera el caso, el ser humano no puede ni deber tratado como un recurso más en las empresas.
En ese afán de poner inclusive a la persona y todo lo relacionado a ella al servicio del mercado, se ha enfocado al ser humano en términos de la utilidad que le pueda dar, menospreciando o ignorando que dicho mercado es un medio y no un fin para la realización de esa persona.
Pero de esta concepción no es solamente culpable la empresa, sino de la sociedad en general que también ha convertido a la persona en un consumidor y/o prospecto de cliente.
El capital humano es de alguna manera el individuo en sí mismo por el simple hecho de ser humano, pero no en términos de lo que puede obtenerse de él, sino por el contrario, de su capacidad de dar y ser útil al resto de los seres humanos.
Poco se considera que una empresa es una entidad compuesta por personas, y se olvida que inclusive la misma empresa es una “persona moral”. Lo cual significa entonces que todo está integrado y formado por personas, y a riesgo de sonar tautológico, se convive y se produce y se vende por y para personas.
Y así como se habla que una empresa tiene mucho o poco capital económico en función de sus ventas, activos fijos y créditos, es posible que se pueda decir que dicha empresa tiene mucho o poco capital humano debido a su comportamiento ético con sus grupos de interés, clientes, proveedores su responsabilidad ecológica, y en suma su responsabilidad social.
Luego entonces así como se busca incrementar el valor económico de la empresa, debe también buscarse incrementar el capital humano, lo cual a nivel interno se reflejaría en el bienestar de los empleados, en una menor rotación y también en un incremento en la productividad, y por contraparte, la empresa será vista como una empresa confiable mejorando por lo tanto su reputación y de esta manera incrementar sus ventas.
Pero insisto, esos logros económicos son un medio para la sobrevivencia de la empresa, la cual existe para el desarrollo humano en el más amplio sentido del término.
Hasta ahora el enfoque que impera es ver a las personas como un recurso más, y no como seres humanos que tienen emociones y que en general buscan su felicidad más allá de todos los bienes que se logren obtener.
Estoy claro que lo dicho hasta ahora puede sonar utópico para algunos, pero las empresas creadas por Yunus tienen mucho de lo expresado hasta ahora, por lo tanto son posibles. Por lo tanto es momento ya de volver a la economía a su lugar, y poner al ser humano como el fin de toda la actividad productiva.
Seguiremos platicando ….
Empresa: Una Institución Social encargada del Desarrollo Humano, a través de la Inversión y el Trabajo
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