El paradigma que muchos años ha imperado de que la empresa es únicamente una unidad económica productora de bienes y servicios, está paulatinamente desapareciendo para dar paso un concepto más humano.
Aunque con fuertes resistencias todavía, por un dogma establecido prácticamente en los genes de lo que se debería entender como una empresa, la responsabilidad social con su fundamento ético está abriéndose paso en la forma como debe ser vista y administrada una organización.
Para todos es conocido el hecho de que el ser humano dentro de las organizaciones ha sido visto solamente como “mano de obra”, y que por lo tanto es un instrumento para el proceso productivo, sin embargo dicha conceptualización se está dejando atrás al estarse considerando ahora a la empresa como una entidad integrada por seres “humanos completos”, que además de su mano cuentan con cerebro y corazón (sentimientos).
Y esta nueva visión no está reñida con el factor económico, hay una gran cantidad de evidencias que muestran claramente un aumento en la productividad cuando el ser humano es considerado y atendido de manera plena, siendo esto ya un prerrequisito para lograr una mejora en las condiciones productivas.
Ahora la empresa ya empieza a ser vista como un lugar donde prácticamente viven y además conviven seres humanos para realizar un trabajo, una actividad económica, y que se necesita que esa actividad laboral tenga un sentido para quienes la realizan, pero no un sentido puramente monetario, sino que se convierta en una vía para su desarrollo y realización.
Lo anterior no es un hecho aislado o una quimera, empresas como Google muestran que lo antes dicho es posible, y otras del sector manufacturero, grandes y Pymes nacionales, de alguna manera están haciendo algo para mejorar las condiciones de trabajo más allá del aspecto monetario.
Además en diversas partes del mundo existen ya reconocimientos de diferente tipo, que se les otorgan a las empresas por sus acciones para mejorar la forma en que están gestionando a su personal.
El ser humano se está convirtiendo en el centro de referencia, y la empresa y sus resultados financieros y monetarios se vuelven ahora en el medio para que ese ser humano logre un mayor bienestar, y no al revés como mucho se ha manejado hasta ahora, y con ello la visión “tayloriana” de considerar al hombre como una extensión de la máquina se está quedando atrás.
Y es por eso, que la empresa tiene como una de sus principales responsabilidades sociales el atender a todo su personal, y no solamente a cumplir su responsabilidad económica de ser rentable, claro que sea rentable, debe serlo, pero con la premisa básica de buscar el bienestar mencionado.
Dicha rentabilidad económica sirve para los propietarios, para los empleados y para la sociedad en general, en un juego en donde todos ganan y que sirve de alguna manera para mejorar dicho bienestar.
En resumen, se está empezando a entender que la ética y con ella la responsabilidad social no están reñidos con el aspecto monetario, ni tampoco que están jerarquizados en cuanto a su importancia, sino más bien que tienen funciones y propósitos distintos que de alguna manera son complementarios para un mayor y mejor bienestar del ser humano.
Seguiremos platicando …
Empresa: Una Institución Social encargada del Desarrollo Humano, a través de la Inversión y el Trabajo
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