Aún sin quererlo, la responsabilidad social se encuentra presente en forma tácita en todas las actividades comerciales o de negocios que se realizan cotidianamente sin importar el tamaño o giro de la empresa, y se hace más evidente todavía en las transacciones que se hacen entre un potencial cliente con una empresa.
De manera específica me refiero a la actitud que tiene cualquier persona cuando se acerca a una empresa para comprarle un producto y más cuando se trata de solicitar un servicio. Inicialmente se tiene una desconfianza ante el temor de ser engañado o defraudado, desconfianza mayor cuando es la primera vez que se acude a dicha empresa, pero que tienen el producto o servicio que se necesita; aquí la pregunta es: ¿Por qué esa desconfianza inicial? Es válido ser relativamente desconfiado una primera vez, pero por qué tanta.
La desconfianza en un grado superlativo impera y permea en prácticamente las operaciones comerciales, y eso posiblemente se debe a una escasez de responsabilidad social por parte de un gran número de empresas; y es por ello que la mayor parte de las veces se piden referencias de determinado establecimiento, para acercarse a él con la confianza de no ser engañados o timados.
Es lamentable decirlo, y quisiera estar equivocado pero creo que existe una severa escasez de responsabilidad social por parte de las empresas; escasez que se evidencia ante la gran desconfianza imperante; esto lo podemos notar en la actitud que se tiene ante la publicidad y mercadotecnia utilizada, no se cree en ella fácilmente. De alguna manera los anunciantes piden credibilidad sobre lo que están diciendo, y no solamente el decir que productos y precios tienen.
Esta forma de anunciarse se ha hecho tan común, que ya no se cuestiona o analiza, por lo que nos hemos acostumbrado a ella, en solamente verla pero no creerla fácilmente, y en lo posible buscar testimonios o referencias para entonces empezar a confiar en lo que se anuncia o publicita.
Tal vez por eso se dice a manera de refrán que la mejor publicidad es la que se “hace de boca en boca”; y es que la responsabilidad social es un valor humano, que como tal es intangible, pero que se manifiesta en el hacer y decir tanto de las empresas como de las personas.
Qué agradable sería que ante un anuncio de una empresa, ya sea en un medio de comunicación o en la marquesina del establecimiento, confiáramos plenamente en lo que dicen; en otras palabras, que de alguna manera están expresando y manifestando su responsabilidad social, que realmente tienen el producto o servicio requerido, y además a un valor o precio acorde a sus características reales, y no se trata de un robo disfrazado.
Lo anteriormente dicho no es tan utópico, y puede convertirse en una realidad plena cuando la confianza y la ética adquieran ocupen la posición y dimensión que les corresponde en las relaciones comerciales y de negocios, y esto implica entonces poner en práctica la responsabilidad social. Y esto no se logrará por medio de alguna ley o reglamento del gobierno, se alcanzará cuando toda la sociedad se comprometa a ser socialmente responsable.
Seguiremos platicando …
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Empresa: Una Institución Social encargada del Desarrollo Humano, a través de la Inversión y el Trabajo
La Responsabilidad Social, la Sustentabilidad y la Etica, son los Valores básicos para las
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