De la publicación realizada por Antonio Vives llamada: “La Responsabilidad Social de las Empresas: Enfoques ante la Crisis”, publicada recientemente con el patrocinio de la Fundación Carolina, encuentro algunos puntos interesantes, de los cuales me quiero referir por ahora a uno en particular, que me parece vale la pena resaltar y comentar por su trascendencia.
En el texto de la presentación de la publicación, se habla de la empresa y se le define de la siguiente manera: “… como institución social, incluida por derecho propio entre los agentes imprescindibles para un progreso sostenible a largo plazo”.
Dicha frase expresada en una forma muy sencilla, considero implica una gran trascendencia tanto en la forma de ser vista la empresa por la sociedad en general, como por quienes laboran en ella y la dirigen.
Me atrevo a decir que prácticamente desde mi vida de estudiante universitario, de la cual ya han pasado algunas décadas, siempre me ha llamado la atención la forma en que es definida una empresa: en diversos libros de administración, cada autor la define a su manera, teniendo en todas ellas la parte económica como el denominador común; esto se complicaba más al referirse a libros de otras disciplinas como la contabilidad, la ingeniería e inclusive la sociología; todas ven a la empresa desde perspectivas diferentes y por consiguiente complica más su real definición.
Este prolífico bagaje de de definiciones es a su vez matizado por la forma como la ven quienes operan en ella; el directivo tiene su propia definición, el gerente o supervisor intermedio tiene la suya, el empleado o el operador de planta tiene también cada uno su propia definición, y finalmente el dirigente sindical le agrega también otra visión.
Es por demás interesante palpar en el campo de la realidad, como operan estas diversas concepciones, que en muchos casos son la causa de los conflictos y roces personales que se dan de manera cotidiana; y lo más impresionante todavía, es que se labora en forma diaria y por muchos años en una entidad que llamamos empresa, de la cual no hay una definición única que sirva como guía y marco de referencia para las decisiones que ahí se toman, ya sean de ventas, finanzas, producción o de recursos humanos.
De ahí la importancia que tiene el que se pueda ya hablar de una definición de empresa que cuenta al menos con un consenso general, como lo mencioné líneas arriba.
A lo anterior habría que agregar como lo menciona la propia publicación referida, que se le considera una “institución social”, así con comillas; que si bien su actividad es económica, tiene un papel social que cumplir, función que tiene también la ciencia económica.
En suma y con una visión optimista, tal vez estemos en el umbral de una nueva era en donde la empresa sea vista por todos como un ente social, que tiene al ser humano como su centro de acción, siendo además un instrumento que sirve para lograr un desarrollo sustentable a largo plazo.
Seguiremos platicando …
Empresa: Una Institución Social encargada del Desarrollo Humano, a través de la Inversión y el Trabajo
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