Aunque en principio el concepto de sustentabilidad abarca mucho más que solamente lo ecológico, aún así, considerándolo solamente en este aspecto; implica algo que puede cambiar la convencional cosmología de la sociedad que ha venido imperando desde hace muchos siglos.
Recordando las clases de historia universal, es de llamar la atención que las antiguas civilizaciones, ya fuera en Asía, América o Africa, tenían en su concepción religiosa al sol como un elemento clave, al que se le veía como el que proporcionaba la vida en el más amplio de los sentidos.
Todo provenía del “Señor Sol” independientemente del nombre que se le diera, y junto con él, o parte de él estaba lo que ahora llamamos la naturaleza en términos generales, y el ser humano era una parte integral de ese conjunto de vida y naturaleza.
Todo esto vino cambiando paulatina pero radicalmente cuando surge el llamado antropocentrismo, en donde al hombre se le considera como el pináculo de la creación, y todo lo que existe es para su servicio.
El radicalismo en este sentido proviene del siglo XIX cuando los recursos naturales empiezan a utilizarse en forma desmedida como energéticos, y sin tomar en cuenta los efectos nocivos de ese uso desmedido; y así en el pasado siglo XX el petróleo se convirtió en el recurso clave para el desarrollo tecnológico, explotándolo en todos los sentidos.
Toda la creatividad del ser humano se utilizó para buscarle más y mejores usos, sin pensar en sus efectos, o que en algún momento se tendría que acabar.
En los sesentas del siglo pasado, cuando empezaron a salir al espacio los primeros astronautas, y más todavía con la llegada del hombre a la luna; estos viajeros espaciales empezaron a comentar la belleza del planeta visto desde lejos, y sin quererlo tal vez, reconsideraron su visión de lo que se empezó a denominar el “planeta azul”, el cual además de verse hermoso desde la luna, al mismo tiempo se percibe su fragilidad dentro del “gran océano” al menos de la galaxia donde nos encontramos, y más del universo total.
Este planeta en donde el hombre se siente el punto máximo de la creación divina, es solo un minúsculo punto en el gran mapa estelar de grandes soles, estrellas e inmensos planetas.
Es aquí donde entra justamente la sustentabilidad; el darnos cuenta como humanidad que solamente tenemos un planeta que por grande que parezca, no es más que un pedazo de roca con ciertas características flotando en el gran espacio, y que nada garantiza su existencia eterna.
La verdadera y real sustentabilidad nos pide un cambio de mentalidad total y drástica, que implica cuidar el planeta en el que nos encontramos, si es que queremos sobrevivir como especie.
Y no se trata de cuestiones económicas, ya que aún el más rico del mundo no podrá vivir en un mundo sin recursos como el agua, los animales, los insectos, y en general todo lo que comprende lo que llamamos naturaleza.
Cambiar esta conciencia implica tal vez volver a la visión de las antiguas civilizaciones, que le daban su lugar al sol como el protagonista principal, y despojar al ser humano de esa soberbia de considerarse la cúspide de la creación.
La ciencia menciona cada día la importancia del sol y de todo lo creado por la denominada naturaleza. Y su necesario cuidado para la sobrevivencia de lo que se llama vida.
Aquí es donde el hombre tiene que cambiar su mentalidad, dejar esa soberbia y verse de manera humilde como realmente es, un ser vivo más, y aprovechar realmente su conciencia e inteligencia para tener un mundo mejor.
Seguiremos platicando …
Empresa: Una Institución Social encargada del Desarrollo Humano, a través de la Inversión y el Trabajo
La Responsabilidad Social, la Sustentabilidad y la Etica, son los Valores básicos para las
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