No cabe duda que conforme pasan los días, cada vez más se va confirmando el calificativo de “madre de todas las crisis” a la álgida situación financiera que estamos viviendo, ya que está poniendo a revisión tanto los aspectos estrictamente operativos en el mundo de las finanzas, como también está involucrando los comportamientos humanos.
Si bien los efectos prácticos de esta gran crisis son económicos y financieros, cada día se confirma más que una de sus principales causas fue el comportamiento ético y la falta de visión de quienes se involucraron en las riesgosas operaciones financieras.
Una clara muestra de lo antes mencionado, es la revisión de la curricula académica que están haciendo las principales escuelas de negocios de todo el mundo, en las cuales, si bien se preparan a los Masters en Administración con las mejores herramientas del denominado “managment”, se están cuestionando ahora qué tanto se preocuparon por infundir un comportamiento ético y desarrollar una visión de largo plazo entre su alumnado.
Creo que es una actitud honesta por parte de estas escuelas, el tomar parte de su responsabilidad en las causas que originaron esta crisis, que ahora pretenden incluir los valores como un elemento importante al momento de evaluar riesgos en la toma de decisiones.
Y dentro de esos riesgos a considerar está la sustentabilidad de la empresa, y no solo su ganancia económica en el corto plazo; esto sin duda es un cambio de visión drástico a lo que ha sido hasta ahora el estilo de administración imperante en los últimos tiempos.
Más aún, en alguna de estas escuelas de negocios piensan ahora también el incluir a los grupos de interés de las empresas como parte de la misma, y no solamente a los dueños o socios como ha sido tradicionalmente; en suma, ampliar la visión del directivo, y que tome en cuenta el efecto de todas sus decisiones en todos los sentidos, es decir, su responsabilidad social en el más amplio sentido del término.
Esta severa autocrítica académica está cuestionando todos los principios y verdades que de alguna manera reforzaron las causas de la crisis, que soslayaron el comportamiento humano por considerarlo posiblemente como algo secundario en cuanto a la forma de evaluar los riesgos en su toma de decisiones.
Ante todo ello, me atrevo en asegurar que estamos viviendo una verdadera revolución paradigmática como tal vez no se haya visto nunca antes, lo cual podrá verse reflejado en un mundo mejor para las próximas generaciones.
Seguiremos platicando …
Empresa: Una Institución Social encargada del Desarrollo Humano, a través de la Inversión y el Trabajo
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