La Responsabilidad Social, un vehículo para mejorar las relaciones
entre empresas y personas.
Ya es posible desde ahora, pronosticar que este 2020 se
convirtió en un antes y un después en la manera que se ha venido desarrollando
la civilización humana.
Puede tal vez sonar exagerado lo antes mencionado, sin
embargo, la aparición del coronavirus ha puesto en alerta a la humanidad entera,
sin importar condición social, nacionalidad, nivel educativo, y sexo, solamente
se ha visto según entiendo una diferencia en cuanto a la edad, los mayores son
los más susceptibles de contagio.
Lo anterior implica que estamos ante un ente biológico como
nunca, al menos en nuestra era, ante el cual estamos inermes por no contar con
una vacuna hasta ahora, y que se tendrá según se dice, hasta el 2021.
Todo lo antes dicho fue con la intención de percatarse de la
realidad en la que nos encontramos como sociedad, y por ello, aunque la mayoría
de nosotros no estamos en el mundo de la medicina para atender o curar a los
enfermos, tenemos, no obstante, mucho que hacer para ayudar a detener la propagación
de este virus.
Y es ante este escenario cuando la Responsabilidad Social
toma un carisma muy esencial, que nos habla de la importancia que le debemos a
todo el ser humano. Esta responsabilidad que nace precisamente de nuestra
relación como seres humanos, y la importancia que nos debemos como tales;
siendo esto lo que debemos llevar a todo lugar al que vayamos, ya que estaremos
justo, conviviendo con otros seres humanos.
Y todo esto dicho a nivel ser humano, es lo mismo, toda
proporción guardada, a lo que se requiere realizar a nivel empresa, sin
importar aquí también, ni el tamaño, nacionalidad o el giro de la empresa.
Reitero lo ya dicho desde hace tiempo y por muchos, que este
ente que fue creado como centro de producción, es ya ahora un centro social
donde conviven todo tipo de personas; y es ahora ante esta pandemia, que su
Responsabilidad Social amplía su espacio y dimensión.
Si bien es importante el aspecto económico, no es solamente
el de generar riqueza, sino como el medio para sobrevivir, al menos. La empresa
es ese vehículo que puede y debe ayudar a no verse afectado por esta pandemia,
ya sea como organización o individuo. Considerar o innovar, métodos o formas
para continuar con las actividades, como el teletrabajo, modelo que tiene
muchos años de existir, pero que es poco atendido, tal vez por desconfianza o
temor por un posible abuso.
Es aquí donde se debe hacer manifiesta la responsabilidad,
generada por una confianza que surge entre el empleador y los empleados;
buscando el apoyo y el beneficio mutuo.
También es importante mencionar que otras tantas organizaciones
empresariales han aportado por diversos medios, apoyos en dinero o en especie a
sectores determinados.
Con todo esto, tal vez esta pandemia sea el pretexto que se
requería para cambiar y mejorar nuestro modo de relacionarlos, generando una confianza
y apoyo mutuos, y dándonos cuenta que es a través de todos podemos estar mejor,
siendo más y mejor socialmente responsable.
1 comentario:
Un antes y un después. Sin lugar a dudas
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