Desde su aprobación y puesta en marcha el 25 de septiembre
de 2015, los llamados Objetivos de Desarrollo Sostenible, son cada vez más
mencionados desde diferentes ángulos y perspectivas, tanto en su complejidad,
en su grado de ambición para alcanzarse; y para algunos pesimistas, creo que
son los menos, la imposibilidad de lograrlos.
En cualquier caso, considero que son, sino el primero, si al
menos un esfuerzo serio y a nivel mundial de pensar en el futuro que se quiere
para la humanidad toda; sin importar credos religiosos o cualquier otro tipo de
credo ideológico. Creo que ese afán de quererse diferenciar del otro por su
condición económica o religiosa que se inició en el siglo XIX y tuvo su climax
en el siglo XX a través de las llamadas “guerras mundiales”, debe quedarse ya
en el pasado en donde están y no querer repetir las llamadas “guerras frías” o
cualquier otro tipo de guerras que sin importar sus temperaturas, no han hecho
más que separar a la humanidad en “islas” o comunidades generando un
aislamiento sin sentido.
Es paradójico que en este siglo XXI con un internet muy
avanzado con posibilidades todavía inimaginables, con una múltiple cantidad de
las llamadas “redes sociales”, con una inmensa cantidad de tecnologías que
acercan a los seres humanos literal y metafóricamente, todavía se sigan
manteniendo mentalidades de varios siglos atrás que buscan diferenciar y
separar a los seres humanos por su origen étnico, por su nacionalidad, por su
idioma y por sus preferencias sexuales.
El desarrollo tecnológico logrado desde la invención de la
máquina de vapor en el siglo XVIII, hasta al menos el internet a fines del
pasado siglo XX, han rebasado y avanzado con un mucho en relación al desarrollo
social en estos pasados 200 años.
¿Cómo es posible que a fines de la segunda década del siglo
XXI? Época en la que estamos, se sigan presentando problemas de discriminación
racial y esclavitud, y lo estemos viendo a través de nuestros inmensos
televisores de pantalla plana de tipo digital; ¿no es todo esto una
contradicción y un contrasentido? ¿qué clase de raza somos?
Sigo sin tener respuesta; pero considero que estos Objetivos
de Desarrollo Sostenible, pueden ser un primer paso, que pueda servir para un
lavado de conciencia para toda la humanidad, sin importar las diferencias
circunstanciales como idioma, color, nacionalidad o credo religioso.
Ya es hora que la humanidad empiece a tener madurez, piense
como adulto y deje sus actitudes juveniles o infantiles de querer sentirse
superior al otro, de creer que tiene más que el otro por ser de un color o una
creencia determinada.
Como dije antes, dejar eso en el pasado y pensar en un
futuro en el que todos estamos involucrados porque estamos en el mismo planeta;
y buscar que nuestro viaje por el universo a través de este vehículo que
llamamos tierra, sea emocionante, divertido y de aprendizaje tanto para
nosotros como para las generaciones futuras. ¿La otra opción? Destruirnos todos
desde ahora y así no tendremos problemas en el futuro.
Seguiremos platicando ….