No sé cómo fue para los demás, pero en mi caso la
Responsabilidad Social es la respuesta a lo que debe ser el comportamiento de
la empresa con su personal.
Mi encuentro con ella fue casual e inesperado, y me la topé
sin querer y de manera causal.
Debo aclarar que desde mi época de estudiante universitario,
de la cual ya pasaron “algunos años”, me surgió la inquietud de qué era
realmente una empresa además del concepto económico que mayoritariamente se maneja,
todo esto después de haber visto los análisis de los grandes maestros de la
administración como Taylor y Mayo por mencionar algunos.
Los años pasaron, y al estar involucrado en los temas
laborales-sindicales y buscando temas de capacitación para dirigentes de dichas
organizaciones de trabajadores, fue cuando me encontré con la Responsabilidad
Social Empresarial (o empresaria como la llaman en Sudamérica), un modelo de
gestión que da cuenta de la responsabilidad que tiene la empresa con este grupo
de interés y que lo ubica en el radar de la dirección, no como un costo
adicional en el proceso productivo, sino más bien como una persona que debe ser
tratada como tal en todas sus dimensiones, no solo en la parte económica o
productiva como siempre ha sido.
Recordemos que para Taylor era prácticamente una extensión
de la máquina y se le necesitaba como una “mano de obra” y por lo tanto pagarle
como tal, posteriormente ya se le empezó a ver como una persona que tiene
sentimientos; después de eso se percató la empresa que con dicha mano de obra
viene incluido un cerebro “gratis”, que como tal piensa, y con ello ya se
inicia la integración de lo que viene siendo una persona en toda su extensión.
Lo anterior puede ser obvio para todos aquellos inmersos en
el tema, sin embargo, todavía hay mucha gente dentro de la empresa que tiene
bien establecido el paradigma de Taylor que está cumpliendo los cien años de
existencia, y dentro de este pensamiento hay tanto directivos como supervisores
en la línea de producción que su relación laboral o de trabajo con el operario
sigue siendo como en aquel entonces.
Desconozco como sea en otras partes del mundo, pero en el
caso de México no entiendo cómo todavía existe en la legislación esa división
entre “empleados de confianza” y trabajadores. Se entiende entonces que los
segundos no son de confianza y por lo tanto hay que tratarlos con recelo y con
muchas limitantes.
Bajo este concepto la empresa es de los dueños, patrones
(término que persiste en la legislación), y que todos los demás están para
servirle a ella, algo que considero plenamente anacrónico.
Por lo anterior, la empresa es solamente un ente económico y
no tiene ninguna responsabilidad social con su personal. Esto significa
entonces que cada quien trabaja para sí mismo, directivos, empleados y
trabajadores, que solamente existe una responsabilidad laboral porque es una
asociación forzada para la producción de un bien o servicio, y la parte humana
o social es accidental y por lo tanto secundaria.
Con el comentario anterior no estoy de acuerdo, primero
somos seres humanos y por ello tenemos una relación ética y social, y después
se dan las relaciones laborales, y aún en estas últimas no dejamos nuestra
humanidad y por lo tanto nuestra responsabilidad entre nosotros.
Seguiremos platicando ….
No hay comentarios.:
Publicar un comentario