Hasta ahora, la idea mayoritaria sobre lo que significa la
Responsabilidad Social Empresarial, consiste básicamente en atender los
impactos que tiene la empresa en sus llamados grupos de interés. Sin embargo existe
un concepto que busca ir más allá de dicha idea mencionada.
Y ese concepto es el llamado “civismo empresarial”, el cual,
palabras más palabras menos, es cuando la empresa se ocupa de atender a la
sociedad ante la falta de un gobierno eficaz y eficiente. Al margen de
cuestiones políticas sobre cuándo un gobierno cumple con tales calificativos,
lo que pretendo resaltar es precisamente el papel que cumple la empresa en la
sociedad con este calificativo.
Desde el siglo XIX cuando se implantó el precepto totalmente
egoísta y autista de lo que es una empresa, basada en una idea deformada de
Adam Smith y que fue ratificada en la segunda mitad del siglo XX por Milton
Friedman. Se estableció como paradigma el que la empresa se dedicara única y
exclusivamente en satisfacer sus intereses económicos sin tomar en cuenta sus
impactos sociales, ecológicos ni económicos.
Con la Responsabilidad Social lo antes mencionado ha sido
plenamente rebasado, pero ahora con el civismo empresarial la empresa como
organización socioeconómica toma un papel tal vez nunca considerado como una
posibilidad real, y si bien alguien lo llegó a pensar en el pasado, tal vez fue
considerado como el “sueño de una noche de verano”, algo que ahora ya suena
factible.
Considerar el que una empresa aprovechando su capacidad
económica, sus nexos comerciales y posiblemente sus relaciones con el gobierno,
se preocupe y ocupe en tener en cuenta las necesidades sociales que el gobierno
no puede o no tiene las capacidades para atender.
No se trata de una posición del “Buen Samaritano” ni en el
otro extremo el pensar que lo hace solamente por hacer negocio y ganar dinero y
puede que en cierta medida tengan razón. Sin embargo el hacer negocio no está
reñido con la Responsabilidad Social. Lo que lo hace diferente creo, es que a
través del negocio está satisfaciendo una necesidad que no es exclusivamente con
sus grupos de interés.
Esta posición elimina la actitud autista y egoísta antes
mencionada, ubicando a la empresa en función de su giro y especialidad como un
instrumento para atender las carencias que pueda tener la sociedad donde se
encuentra.
De hecho algunas empresas ya están actuando de alguna manera
bajo este concepto aunque no lo mencionan de manera explícita.
El civismo no se refiere únicamente a la convivencia social
ni a los aspectos de índole política en el más amplio de sus sentidos, es algo
que puede aplicarse a las relaciones comerciales y de negocios y el ejemplo de
estas empresas es una muestra clara de ello.
Ante la evidencia de estas empresas con esta actitud cívica,
tal vez estemos en el umbral de una nueva era donde la Responsabilidad Social
entra al mundo de los negocios de una manera diferente, donde la economía
cumpla un papel social, papel en el que la situó Adam Smith y del cual nunca
debió haber salido.
Seguiremos platicando ….
1 comentario:
Muy interesante tu blog. Saludos
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