Es evidente que la responsabilidad social en sus diversos grados y manifestaciones cada día se expande más, diferentes eventos como congresos, seminarios y cursos se realizan en gran cantidad en muchos países, y si bien esto es positivo, tal vez sea necesario hacer algo más para que la responsabilidad social “empresaria” tenga mayor consistencia y solidez.
Vale la pena recordar que la empresa, esta figura de creación humana que no tiene una definición única y universal, no tiene vida por sí misma, sino que existe por y para la sociedad en general, y por lo tanto se requiere hacerla y formarla por quienes la integran.
Y quienes la integran son precisamente seres humanos, por lo que inicialmente hay que inculcar en ellos que por vivir en una sociedad, tienen una responsabilidad para con ella.
Una forma posiblemente básica para ir gestando dicha responsabilidad social individual, es el educar y formar en civismo, es decir, ir haciendo a los individuos desde niños o jóvenes unos buenos ciudadanos, entendiendo esto último como el hacerlos conscientes de la importancia de tener un comportamiento adecuado en la sociedad en que viven.
Y un comportamiento adecuado no se sujeta al solo hecho de cumplir con las leyes de la comunidad en que viven, sino el que se entienda que por vivir en una sociedad son responsables ante ella de sus propias acciones.
En otras palabras, desarrollar una responsabilidad social individual en donde todos los habitantes de una comunidad, saben que una conducta adecuada con el prójimo, es positiva tanto para sí mismo como para los demás.
Si las personas son educadas de esta forma, al llegar a las empresas buscarán que esta actúe de la misma manera, y entonces si podríamos hablar plenamente de la responsabilidad social empresarial.
Tal vez suene muy utópico o idealista lo dicho hasta ahora, pero pensemos en lo que ha sucedido en esta crisis financiera que se iniciara desde el 2007; en su afán de codicia y en una actitud plenamente individualista, empresas como Lehman Brothers, fueron dirigidas por personas que si bien eran altamente competentes, por las evidencias de su actuación fueron poco o nada responsables socialmente; en otras palabras, no mostraron mayor preocupación por las consecuencias que podría tener su actuación.
Este modelo de Lehman Brothers se repitió en una gran cantidad de empresas, bancos específicamente, tanto en Europa como en Estados Unidos, convirtiéndose antes de la crisis como el modelo a seguir por todas las empresa y por la sociedad en general.
En conclusión es necesario desarrollar sociedades responsables que sean conformadas por individuos socialmente responsables, promover íconos que los hay, de personas que como individuos son responsables y dirigen sus empresas de manera responsable.
Educar en civismo y en ética a toda la población y así llevarlo a la empresa para operarla ética y responsablemente.
Seguiremos platicando …
Empresa: Una Institución Social encargada del Desarrollo Humano, a través de la Inversión y el Trabajo
La Responsabilidad Social, la Sustentabilidad y la Etica, son los Valores básicos para las
28 de junio de 2012
15 de junio de 2012
Lecciones de la crisis
Dentro de las muchas lecciones que está dejando la gran crisis financiera en la que se encuentra actualmente el mundo, es que los más importantes actores como son los gobiernos y las empresas, se están percatando que no pueden seguir actuando solos de manera aislada.
Los paradigmas que han imperado en al menos las tres décadas pasadas como el que los gobiernos nada más están para gobernar, y el que las empresas pueden operar por sí solas, dejando todo en manos del mercado, están siendo severamente cuestionados.
Y este cuestionamiento clave surge precisamente porque una de las que se dice principales causas de esta crisis, es el que cada una de estas entidades buscó su propio beneficio y conveniencia, pensando que cada uno podría actuar por sí solo sin la intervención del otro.
En otras palabras, cada quien era responsable por sí mismo, dejando la responsabilidad por la sociedad en general en manos del mercado.
Este autismo por llamarlo de alguna manera, motivó que nadie se preocupara por ejemplo por la ecología ni mucho menos por la sustentabilidad; la muestra clara del pensamiento que imperó por mucho tiempo y todavía busca de alguna manera permanecer, fue la ya célebre frase de Milton Friedman pronunciada en 1970, cuando publicó un artículo en New York Times titulado "La responsabilidad social de las empresas consiste en elevar sus beneficios".
Y si bien esta idea fue la imperante durante mucho tiempo, su vigencia ha ido perdiendo validez en el tiempo, y posiblemente más aún ahora con la crisis en la que se encuentra una parte importante del mundo.
La buena noticia puede ser que con los altibajos económicos de la primera década de este siglo, y la profunda y larga crisis que comenzara en el 2009 y que todavía no tiene para cuando concluir plenamente, ha permitido repensar y dar entrada a reflexiones y pensamientos que si bien no son nuevos, si pueden ser un camino más sólido para lograr un mejor desarrollo económico y social.
Y este nuevo pensamiento considera la ecología, la responsabilidad social y la ética, como los marcos generales en donde se desenvuelvan los negocios; o en otras palabras, las utilidades y las ganancias se conviertan en el medio para lograr mejoras en el bienestar social.
Y la gran lección que está dejando esta crisis, es que empresas y gobiernos requieren trabajar juntos; y ese laborar en conjunto es percatarse que tienen una responsabilidad compartida, una responsabilidad con la sociedad, y no por cuestiones filantrópicas, sino por su propia conveniencia en función de su supervivencia.
Aunque con sus riesgos, es posible pensar que estamos en el umbral de una era donde las premisas claves son la ética y la ecología; muestra de esto es que cada vez surgen legislaciones que apuntan en este sentido, y en las grandes escuelas de negocios ya la ética y la responsabilidad social están formando parte de las asignaturas a estudiar.
Es cierto que falta mucho por avanzar en este campo, y que sea precisamente la mayor responsabilidad social de la generación actual, formar a las ahora generaciones de jóvenes estudiantes con una nueva mentalidad, en donde este tipo de crisis como en la que ahora nos encontramos sean cosas del pasado.
Seguiremos platicando …
Blog: http://atamayon.blogspot.com
Los paradigmas que han imperado en al menos las tres décadas pasadas como el que los gobiernos nada más están para gobernar, y el que las empresas pueden operar por sí solas, dejando todo en manos del mercado, están siendo severamente cuestionados.
Y este cuestionamiento clave surge precisamente porque una de las que se dice principales causas de esta crisis, es el que cada una de estas entidades buscó su propio beneficio y conveniencia, pensando que cada uno podría actuar por sí solo sin la intervención del otro.
En otras palabras, cada quien era responsable por sí mismo, dejando la responsabilidad por la sociedad en general en manos del mercado.
Este autismo por llamarlo de alguna manera, motivó que nadie se preocupara por ejemplo por la ecología ni mucho menos por la sustentabilidad; la muestra clara del pensamiento que imperó por mucho tiempo y todavía busca de alguna manera permanecer, fue la ya célebre frase de Milton Friedman pronunciada en 1970, cuando publicó un artículo en New York Times titulado "La responsabilidad social de las empresas consiste en elevar sus beneficios".
Y si bien esta idea fue la imperante durante mucho tiempo, su vigencia ha ido perdiendo validez en el tiempo, y posiblemente más aún ahora con la crisis en la que se encuentra una parte importante del mundo.
La buena noticia puede ser que con los altibajos económicos de la primera década de este siglo, y la profunda y larga crisis que comenzara en el 2009 y que todavía no tiene para cuando concluir plenamente, ha permitido repensar y dar entrada a reflexiones y pensamientos que si bien no son nuevos, si pueden ser un camino más sólido para lograr un mejor desarrollo económico y social.
Y este nuevo pensamiento considera la ecología, la responsabilidad social y la ética, como los marcos generales en donde se desenvuelvan los negocios; o en otras palabras, las utilidades y las ganancias se conviertan en el medio para lograr mejoras en el bienestar social.
Y la gran lección que está dejando esta crisis, es que empresas y gobiernos requieren trabajar juntos; y ese laborar en conjunto es percatarse que tienen una responsabilidad compartida, una responsabilidad con la sociedad, y no por cuestiones filantrópicas, sino por su propia conveniencia en función de su supervivencia.
Aunque con sus riesgos, es posible pensar que estamos en el umbral de una era donde las premisas claves son la ética y la ecología; muestra de esto es que cada vez surgen legislaciones que apuntan en este sentido, y en las grandes escuelas de negocios ya la ética y la responsabilidad social están formando parte de las asignaturas a estudiar.
Es cierto que falta mucho por avanzar en este campo, y que sea precisamente la mayor responsabilidad social de la generación actual, formar a las ahora generaciones de jóvenes estudiantes con una nueva mentalidad, en donde este tipo de crisis como en la que ahora nos encontramos sean cosas del pasado.
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5 de junio de 2012
Epoca de Cambios vs Cambio de Epoca
Los acontecimientos que se han venido desarrollando por la ya muy mencionada crisis, parecen indicar que sin ser señalado de manera expresa por alguien, se está conformando una nueva forma de operar de empresas y gobiernos, en donde la ética y la responsabilidad social adquieren mayor relevancia.
Dentro de lo mucho que se habla de la crisis en cuanto sus efectos presentes y los posibles en el futuro en los aspectos económico-financieros, se ha venido gestando también una mayor conciencia en cuanto a: ¿Cómo fue posible que se gestara un problema de estas dimensiones y que tendrá severas repercusiones al menos en el mediano plazo?
Y como causas principales se mencionan con mayor insistencia la codicia y el dejar al mercado (entelequia creada por el ser humano), como los artífices de la situación actual.
El despersonalizar al mercado de la acción humana como si fuera un ente ajeno al mismo, y pensar en la codicia sin mencionarla como tal, se convirtieron en los paradigmas claves para la mejora de toda la sociedad; pero como se ha estado viendo en los pasados cuatro años, esto no ha sido así.
Y si bien algunos quieren resolver el problema pensando en que todo quede como estaba antes, muchos más piensan realmente en modificar este modelo de pensamiento.
Estos muchos son tanto los movimientos sociales de protesta que se han creado tanto en España, Estados Unidos y en otras partes del mundo, como lo mencionado por diversos analistas que reclaman a políticos y también a las grandes instituciones financieras y empresariales, un cambio drástico en su forma de operar.
En pocas palabras, tal vez se podría resumir que los llamados “Indignados” por decirlo en términos generales, no quieren una vuelta al pasado como si nada hubiera ocurrido, que lo sucedido no fue un hecho aislado, sino más bien un gran efecto de las causas antes mencionadas.
Y si bien es cierto que este clamor es general con distintas intensidades en todo el mundo, marcan sin quererlo, un antes y después de la crisis actual.
Por un lado, la crisis financiera actualmente en Europa ha llegado a tal grado, que se tienen que repensar en forma seria y profunda la forma de operar hasta ahora, y modificar las reglas del juego de manera drástica; en otras palabras, no hay un vuelta atrás.
Estados Unidos por su lado, requiere de modificar su modelo para terminar con problemas financieros y sociales como su todavía elevado desempleo.
Y en las distintas formas que se plantean para resolver el problema se marca como un requisito clave restaurar la confianza, y para poderla restaurar al margen de cualquier nueva regla o disposición, se necesita la ética y con ella la responsabilidad social.
De nada servirán nuevas leyes o instituciones si junto con ellas no se modifican también los modelos de pensamiento individualista y de codicia, que menosprecian o relegan la responsabilidad social.
Tal vez pueda sonar romántico para algunos lo dicho previamente, pero los políticos hablan reiteradamente de recobrar la confianza, y esta no volverá hasta que se modifiquen las reglas del juego.
Es posible entonces, que nos encontremos en el umbral de una nueva era, la cual como ha sido en otros momentos de la historia, su avance sea lento y poco visible por las mayorías, recordemos por ejemplo la Revolución Industrial que comenzara en el siglo XVIII y siguió al menos durante la siguiente centuria, y muy pocos fueron los que se percataron en su momento de lo que estaba pasando.
Un fenómeno similar seguramente ahora se está viviendo, y la crisis es precisamente por el agotamiento de un modelo que no ha servido plenamente, y que está siendo el origen o nacimiento de una nueva época.
Una nueva época en donde la ética y la responsabilidad social serán los marcos de referencia para las decisiones económico-financieras; y esto será ya sea por convencimiento propio, o principalmente porque esta sociedad del siglo XXI con los nuevos modelos de comunicación como las redes sociales y con una mayor educación, exige ya y exigirá en el futuro un modelo donde puedan desarrollarse y crecer en forma segura y sustentable.
Seguiremos platicando …
Dentro de lo mucho que se habla de la crisis en cuanto sus efectos presentes y los posibles en el futuro en los aspectos económico-financieros, se ha venido gestando también una mayor conciencia en cuanto a: ¿Cómo fue posible que se gestara un problema de estas dimensiones y que tendrá severas repercusiones al menos en el mediano plazo?
Y como causas principales se mencionan con mayor insistencia la codicia y el dejar al mercado (entelequia creada por el ser humano), como los artífices de la situación actual.
El despersonalizar al mercado de la acción humana como si fuera un ente ajeno al mismo, y pensar en la codicia sin mencionarla como tal, se convirtieron en los paradigmas claves para la mejora de toda la sociedad; pero como se ha estado viendo en los pasados cuatro años, esto no ha sido así.
Y si bien algunos quieren resolver el problema pensando en que todo quede como estaba antes, muchos más piensan realmente en modificar este modelo de pensamiento.
Estos muchos son tanto los movimientos sociales de protesta que se han creado tanto en España, Estados Unidos y en otras partes del mundo, como lo mencionado por diversos analistas que reclaman a políticos y también a las grandes instituciones financieras y empresariales, un cambio drástico en su forma de operar.
En pocas palabras, tal vez se podría resumir que los llamados “Indignados” por decirlo en términos generales, no quieren una vuelta al pasado como si nada hubiera ocurrido, que lo sucedido no fue un hecho aislado, sino más bien un gran efecto de las causas antes mencionadas.
Y si bien es cierto que este clamor es general con distintas intensidades en todo el mundo, marcan sin quererlo, un antes y después de la crisis actual.
Por un lado, la crisis financiera actualmente en Europa ha llegado a tal grado, que se tienen que repensar en forma seria y profunda la forma de operar hasta ahora, y modificar las reglas del juego de manera drástica; en otras palabras, no hay un vuelta atrás.
Estados Unidos por su lado, requiere de modificar su modelo para terminar con problemas financieros y sociales como su todavía elevado desempleo.
Y en las distintas formas que se plantean para resolver el problema se marca como un requisito clave restaurar la confianza, y para poderla restaurar al margen de cualquier nueva regla o disposición, se necesita la ética y con ella la responsabilidad social.
De nada servirán nuevas leyes o instituciones si junto con ellas no se modifican también los modelos de pensamiento individualista y de codicia, que menosprecian o relegan la responsabilidad social.
Tal vez pueda sonar romántico para algunos lo dicho previamente, pero los políticos hablan reiteradamente de recobrar la confianza, y esta no volverá hasta que se modifiquen las reglas del juego.
Es posible entonces, que nos encontremos en el umbral de una nueva era, la cual como ha sido en otros momentos de la historia, su avance sea lento y poco visible por las mayorías, recordemos por ejemplo la Revolución Industrial que comenzara en el siglo XVIII y siguió al menos durante la siguiente centuria, y muy pocos fueron los que se percataron en su momento de lo que estaba pasando.
Un fenómeno similar seguramente ahora se está viviendo, y la crisis es precisamente por el agotamiento de un modelo que no ha servido plenamente, y que está siendo el origen o nacimiento de una nueva época.
Una nueva época en donde la ética y la responsabilidad social serán los marcos de referencia para las decisiones económico-financieras; y esto será ya sea por convencimiento propio, o principalmente porque esta sociedad del siglo XXI con los nuevos modelos de comunicación como las redes sociales y con una mayor educación, exige ya y exigirá en el futuro un modelo donde puedan desarrollarse y crecer en forma segura y sustentable.
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