Tal vez una de las películas más emblemáticas del pensamiento actual es la de Wall Street que estuvo en cartelera el pasado 2010; ya que en forma clara proyecta cual es el gran paradigma que ha venido imperando prácticamente en los pasados 30 años; la avaricia.
Si bien es cierto que la avaricia es algo que siempre ha existido, según cuentan las más ancestrales historias de diversos pueblos de la antigüedad, y en alguna forma ha marcado el destino de sociedades y personajes, tanto en novelas como en la vida real; se conformó prácticamente desde los setenta como la máxima a la cual tiene que dirigirse cualquier ser humano.
Dicho en otras palabras, el propósito de cualquier persona debe ser la búsqueda y la acumulación de riqueza, convirtiéndose entonces en el símbolo del éxito y el propósito de vida. Y para lograr esta riqueza no importan los demás en el más amplio sentido de la palabra.
Esta forma de pensar utiliza a la economía como un mero instrumento para buscar generar e incrementar riqueza, dejando a un lado inclusive las ideas del padre de la economía, el profesor de ética Adam Smith, que en sus diversas obras nunca soslayó al ser humano, y considero siempre las actividades económicas como un medio y nunca como un fin en sí mismo.
Tal vez los historiadores del futuro señalen que esta avaricia extrema que caracterizó las últimas tres décadas del siglo XX, y posiblemente los primeros diez años del siglo XXI, al presentarse la Gran Crisis, propiciaron como contraparte el despegue y auge de la Responsabilidad Social, modelo de gestión que va más allá del simple hecho de ganar más dinero.
Es claro que puede resultar ocioso decir que todas las personas quieren ganar y tener más dinero, tener una vida más cómoda en términos de comodidades es una aspiración válida, sin embargo lo que no es válido, es hacerlo a costa de otros o atropellando derechos de terceros.
En este punto es prudente tal vez mencionar que la mencionada avaricia y con ella el egoísmo son sentimientos y emociones, y que esta gran crisis económica fue propiciada por aspectos eminentemente humanos, utilizando instrumentos de la economía y de la mercadotecnia que los han venido enalteciendo de forma metódica, llevado todo esto a un extremo tal que provocó los problemas financieros que se presentaron desde 2007.
Y en esta misma línea, la Responsabilidad Social que ha venido ganando cada vez más impulso, nace también de dos emociones o sentimientos; la empatía y la compasión; por lo que en un amplio contexto que puede decirse se presenta a escala mundial, el ser humano se encuentra confrontado en dos posiciones: la avaricia y el egoísmo por un lado; y la compasión y la empatía por el otro.
Esta confrontación posiblemente tuvo su clímax en el período 2007-2010, cuando se desató la crisis y se han ido conociendo poco a poco las motivaciones y acciones que se desarrollaron a través de diversos instrumentos financieros que propiciaron el gran problema económico del cual todavía no se sale de manera clara y contundente.
Si para algunos todo esto que ha sucedido en términos económicos sea una catástrofe plena y total, puede que sea tal vez la gran oportunidad de terminar con el paradigma de que el éxito personal se logra por medio de generar más riqueza, y cambiarlo por otro paradigma en el que la preocupación y el apoyo al resto de los seres humanos por medio de la responsabilidad social, siendo compasivo y empático, sean el signo del éxito y la felicidad; algo que todos finalmente buscan.
Seguiremos platicando …
Empresa: Una Institución Social encargada del Desarrollo Humano, a través de la Inversión y el Trabajo
La Responsabilidad Social, la Sustentabilidad y la Etica, son los Valores básicos para las
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario