Un aspecto que ha venido cobrando cada vez mayor importancia en el ámbito empresarial, es la denominada Responsabilidad Social; concepto que bien puede calificarse como revolucionario, en la medida que está cambiando la idea tradicional de lo que es una empresa, la cual se ha venido manejando desde la época de la Revolución Industrial, hace más de 250 años.
Pero: ¿Qué es la Responsabilidad Social? Se puede definir, como la conciencia del compromiso y la acción de mejora continua medida y consistente, que hace posible a la empresa ser más competitiva, cumpliendo con las expectativas de todos sus participantes (empleados, proveedores, clientes y accionistas), y de la sociedad en lo general, respetando la dignidad de la persona, las comunidades en que opera y su entorno ecológico.
El concepto de Responsabilidad Social se encuentra en un abanico muy grande que va desde acciones puramente altruistas o filantrópicas, hasta propósitos totalmente utilitarios.
Y si bien se reconoce que esta idea tiene su origen en las ya mencionadas razones altruistas, lo cual no es demeritorio, recientemente muchas empresas han empezado a reconocer que sus beneficios van más allá; es decir, en el aspecto interno, es posible poder contratar y retener personal con una mejor preparación y con elevados valores éticos, poder desarrollarlos y tener mejores formas de motivarlos (lo cual permite reducir la rotación y tener un mejor ambiente de trabajo que se traduce en una mayor productividad).
Y como beneficios externos, se tiene una ventaja competitiva por tener una buena imagen con los clientes, con los inversionistas de todo tipo, y con las autoridades de todos los niveles.
Estas ideas rompen con algunos paradigmas, ya que la Responsabilidad Social es evaluar el impacto en la sociedad, de todas las actividades de cualquier empresa; dejando atrás la clásica visión de que la responsabilidad de una organización es únicamente para la generación de riqueza, creación de empleo e ingresos fiscales; ampliando así su área de influencia en aspectos ecológicos, y en su relación con la sociedad civil (incluyendo en ello los derechos humanos).
Por lo anterior, la empresa está generando un valor social, que se forma a través de sus actividades, asumiendo su responsabilidad en los impactos que ocasiona en la sociedad y el medio ambiente; esto se traduce finalmente en un valor económico tanto para los accionistas y/o dueños de la empresa, y por consiguiente para la sociedad en general.
Aunque puede sonar romántico en su concepción básica, el concepto parte de un principio económico, esto es; la empresa genera su riqueza de los recursos que obtiene de la sociedad y de su entorno, a través de sus empleados, leyes, de las materias primas, y de los recursos que le da la naturaleza; y la idea es que le entregue a la sociedad (y a la naturaleza), parte de la riqueza creada y que fue obtenida de multimencionada sociedad.
Por lo anterior se califica a una Empresa Socialmente Responsable, como un ciudadano corporativo que más allá de sus obligaciones, fundamenta su gestión en políticas y programas que inciden positivamente en la gente, el entorno y las comunidades en que opera.
Empresa: Una Institución Social encargada del Desarrollo Humano, a través de la Inversión y el Trabajo